«No hay ninguna posibilidad». Así de contundente se mostró Diego García, presidente del Elche, cuando al final del partido en el Nuevo Zorrilla se le preguntó sobre la posible destitución de Alberto Toril como entrenador.

El máximo dirigente ilicitano, que estuvo acompañado en el palco por el consejero Ramón Segarra y el director general José Luis, «Chuti», Molina, abandonó a continuación el coliseo pucelano. Los tres se reunieron con el técnico en el vestuario, analizaron la derrota y llegaron a la conclusión de que de aquí al viernes no va a cambiar nada. El próximo partido, frente al Almería, «hay que ganarlo sí o sí», insistió Diego García; y Toril y los jugadores, que están a muerte con el entrenador, tratarán de sumar los tres puntos.

La próxima semana se reunirá el consejo de administración para decidir el día de la Junta Extraordinaria de Accionistas y, también, se tratará el futuro del entrenador, aunque no se esperan sorpresas. El preparador se sentará en el banquillo el próximo viernes, en el Martínez Valero, en el partido que enfrentará a los franjiverdes al Almería (20 horas). Se entiende que frente al Valladolid hicieron muchas cosas bien, pero una vez más, la suerte se mostró esquiva. Consideran desde el consejo que hay que seguir insistiendo y no romper la baraja en estos momentos de zozobra.

Toril mostró cara de resignación en la sala de Prensa del estadio Nuevo Zorrilla y dejó su cargo a disposición del club, mientras su segundo, Iván Madroño, en una esquina, escuchaba las explicaciones de su preparador. Era la primera vez que lo hacía en toda la temporada. Fue una manera de respaldarle en un momento difícil para el cordobés.

Sorprendió desde el principio la presencia de Segarra, presidente de la sección de fútbol sala, que en vez de estar con su equipo en Valdepeñas, donde se jugaba el primer partido del «play off» de ascenso, prefirió estar en Valladolid, consciente de que el partido era muy importante para el futuro de la entidad y deseaba estar al lado de Diego García.

Al final, ninguno de los dos quiso tomar una decisión en caliente sobre el futuro de Toril en el banquillo franjiverde, aunque sí confesó que «no hay ninguna posibilidad» de que abandone el club antes del duelo del viernes.

La derrota volvió a ser un duro golpe para el equipo ilicitano, que, en el minuto 87, tenía, al menos, en el bolsillo el empate. Pero se volvió a regalar un partido que tenía controlado, en esta ocasión a un Valladolid miedoso y sin apenas ideas (2-1).

El Elche, con Antonio Caballero, Iriondo y Pelayo en el once titular, comenzó bien, pero en un error defensivo vio como Raúl De Tomás el 1-0 (m. 6). Empataron los franjiverdes por mediación de Borja Valle, en el 10.

Los ilicitanos tuvieron el partido donde quisieron, pero en la recta final de la primera parte se quedaron sin oxígeno y llegó con problemas al descanso. Pelayo, que salía de una lesión, terminó con la gasolina justa y el centro del campo perdió fuerza. De todas maneras, el rival apenas inquietó y tan sólo en alguna jugada aislada de Raúl de Tomás los de Pucela incordiaron a Juan Carlos.

Los franjiverdes quisieron, pero no pudieron, y esa falta de oxígeno propició que el equipo diera un paso para atrás y no llegara con frescura al área de Becerra.

En la reanudación, no se varió la tónica del duelo hasta que Josete salió al campo en lugar de un exigido físicamente Pelayo. Luego entró Pablo Hervías, para intentar aprovechar una contra, pero en un nuevo error defensivo, en el 87, José firmaba el gol de la victoria para los de Pucela.

El Elche hizo muchas cosas bien, mereció al menos empatar, Toril puso una alineación lógica y acertó en los cambios. Lo peor, el resultado.