Alberto Toril, entrenador del Elche, confesó ayer que el encuentro de mañana ante el Lugo (20 horas), en el Anxo Carro, es uno de los duelos que su equipo tiene marcados en el calendario tras el 0-3 sufrido en la primera vuelta ante los gallegos en el Martínez Valero. «Estuvimos francamente mal en aquel partido», reconoció Toril, quien pronosticó un encuentro «complicado porque son fuertes en su campo». El preparador andaluz confesó que el Lugo utiliza un sistema de juego similar al de su equipo, por lo que descartó realizar «cosas raras» tácticamente para que «podamos ser nosotros mismos y tener la pelota». Seguirá dibujando en el campo un 4-4-2.

Pese a la mala dinámica de resultados que arrastra su Elche, Toril afirmó que «estoy contento con lo que veo de mi equipo en cada partido», ya que en su opinión «dominamos y hacemos méritos para ganar», aunque luego el fútbol no sea justo con ellos al final de los 90 minutos. «Veo al equipo capacitado para ganar en Lugo», repite.

Toril agradeció el respaldo del consejo de administración, del que comentó que está «tranquilo porque ve el trabajo que se hace día a día». Seguidamente, añadió que «sabe el grupo que hay y cómo afrontamos los partidos, aunque luego hay cosas que no se pueden controlar». El técnico aseguró que no nota en la plantilla la tensión por estar cerca de la zona baja. «Existe normalidad, alegría y ganas de revelarse ante una situación que muchos de ellos consideran injusta por el rendimiento en el campo. No noto nerviosismo, al contrario», insistió.

Confianza en sus jugadores

El técnico restó importancia a su enfrentamiento con Álex Fernández, con quien se enfadó el pasado domingo ante el UCAM Murcia por demorar su salida al campo, y garantizó que mantiene la confianza en Armando Lozano, a pesar de que un penalti absurdo cometido por el central andaluz en el minuto 93, privó al equipo de sumar los tres puntos ante el conjunto universitario.

Sobre el centrocampista madrileño dijo: «Lo conozco, sé que es un futbolista que tiene un carácter fuerte y, en un momento determinado, la gente se puede equivocar. Él se equivocó, pidió disculpas y no tengo ningún rencor en ese sentido. Al final son ellos los que se quitan o se ponen. Si trabajan bien, tienen todas las puertas abiertas. Álex estaba jugando bien, no tengo ninguna duda sobre él y en un momento de tensión se equivoca».

Seguidamente, Toril relató su rifirrafe con Álex Fernández antes de acabar el partido con el UCAM: «Yo le exijo un poco más de velocidad en el cambio, él no está rápido para salir, quedando tan poco tiempo, me hace un comentario que a mí me molesta. Nada más. A partir de ahí, decido hacer otro cambio».