Sergio León apareció en el escenario trajeado, sonriente y muy feliz para recoger el galardón de mejor delantero de la Liga Adelante en la temporada 2014-2015, en la que con la camiseta del Elche sumó 22 goles y con ellos se lllevó en propiedad el «pichichi» de la categoría de plata, que anteriormente sólo había logrado en el equipo franjiverde Jorge Molina. Luciano Sánchez, Vavá, lo fue en Primera División en dura pugna con Luis Aragonés.

Raúl González le entregó la estatuilla y, a su lado también estaba Charles Rexach, que había recogido en el tarimado el de Leo Messi, como mejor delantero de Primera División, y Gaizka Mendieta. «Es un momento muy bonito que no olvidaré pero ya es pasado, ahora hay que centrarse en el presente. Cuando estás feliz, en el campo se nota y se demuestra», explica el delantero cordobés después de reconocer que le hizo ilusión estar en la Gala de la LaLiga, celebrada en Valencia, con su excompañero Armando Lozano, con el que se hizo una foto.

Tampoco nunca borrarán de su mente el apoyo que tuvo del resto de la plantilla franjiverde para hacer una temporada tan redonda como la de la pasada campaña. «Este trofeo va dedicado a mis excompañeros del Elche CF, a mi mujer y a mi hijo, y, en especial a mi padre, que es quien me empuja desde arriba», asegura antes de añadir que también se lo dedica «a la afición ilicitana, que me siempre me apoyó. Va por vosotros».

No cabe duda que el premio a los 22 goles que marcó con el Elche la pasada campaña ha ido más allá de un trofeo que el miércoles mostró a todos los medios navarros en las instalaciones de Tajonar y que tiene un lugar destacado en su domicilio y que le hace revivir las grandes tardes vividas en el Elche. Sin duda alguna ha sido la llave para entrar en el edificio de la Primera División. Osasuna pagó 1'7 millones de euros por él a finales del verano y ahora es una de las piezas más relevantes en el ataque del conjunto que dirige desde el banquillo Enrique Martín Monreal.

En el olimpo de los mejores delanteros de Segunda División comparte gloria con el actual jugador del Elche Nino, además de con Jorge Molina, Rubén Castro, Iago Aspas, Charles o Borja Viguera. Todos ellos terminaron subiendo a Primera, ya fuera con sus equipos -casi siempre sucedió así- o con un contrato mejorado para ellos. Ése ha sido el caso de Sergio León, que aguantó hasta el último momento entrenando con el Elche, en Segunda, hasta que llegó desde Osasuna la oferta que le rescató para la máxima categoría en el mes de agosto. «El verano fue muy intenso tanto para mí como mis más allegados. Estuve más de un mes sin ver a mi mujer y a mi hijo. Ellos estaban en Reus y yo en un hotel en Elche. No sabía en que equipo iba a jugar. Un día se hablaba de Las Palmas, otras del Sporting, Éibar y Osasuna. Tenía dolor de cabeza todos los días. Se fueron cayendo equipos y al final se negoció con Éibar y Osasuna. En el Elche hablaban con uno y con otro. Hablé con el director deportivo de Osasuna y le dí mi palabra. Si salía del Elche iba a ir a Osasuna y así fue», reconocía León.

En Osasuna, en lo que va de campaña, ya ha marcado cuatro goles y se ha ganado el cariño de la gente que va cada domingo a El Sadar. «Soy muy abierto y eso me ayuda a integrarme en los sitios. Los goles llegan, pero siempre hay que trabajar por el equipo», reconoce el «siete» del conjunto rojillo. «El dorsal nueve es el que más me gusta, lo llevo en mi tatuaje, pero aquí lo tiene Oriol Riera. Lo he llevado en el Betis, Llagostera y Elche y mi hijo nació un nueve», relata antes de dejar claro que su paso por el club ilicitano no lo olvidará mientras viva.