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Pelayo Novo: «Dame un abrazo, amigo»

El futbolista dedicó el primero de sus dos goles del domingo al médico franjiverde César Quesada

Pelayo se abraza con el doctor César Quesada después de marcar el primer gol. lfp

«Va por ti, doctor César Quesada». Es lo primero que pensó Pelayo Novo cuando vio entrar en la portería de Irureta, meta del Real Zaragoza, el balón, en el minuto 28, que recibió en el segundo palo, enviado por Pedro desde la derecha, y que Nino dejó pasar. Sólo tuvo que tocarlo y empujarlo dentro. Las emociones se le amontonaron en ese instante. Lo celebró cerrando el puño y abrazándose con varios compañeros. Seguidamente, corrió hacia el banquillo como poseso y se abrazó al doctor César Quesada. «Dame un abrazo, amigo», gritó.

Se lo había prometido hace tiempo y ahí tenía la oportunidad para estrujarse con él y compartir con el galeno un momento de felicidad, después de horas, en varias campañas, de conversación entre médico y paciente, incluso cuando estuvo cedido en Lugo y Córdoba, lejos del Elche.

Cuando el balón besó la red se acordó del médico, no se le olvidó que tenía un amigo en el banquillo, un confesor y quiso hacer partícipe de esa alegría con su «psicólogo» particular. «En los momentos malos siempre está ahí», reconoce el mediapunta. El asturiano no se dejó llevar por la euforia y dio rienda a su corazón. Los focos no le deslumbraron y supo que era el momento de compartir una alegría con un amigo. «Además de ser un profesional como la copa de un pino en lo suyo, luego es una gran persona y tanto en las lesiones como en momentos difíciles es un tío que siempre está ahí», reconoce.

La semana pasada Facebook le recordaba, tras marcar un gol decisivo en Anduva el 6 de octubre de 2012, el reportaje publicado en estas páginas titulado «El quinto magnífico». A la sombra de Fidel, Coro, Xumetra y Carles Gil el asturiano era capaz de lucir sus virtudes en beneficio del Elche. Las lesiones le han impedido llegar más lejos, pero todavía está a tiempo de demostrar todas sus virtudes en este equipo, si continúa jugando en su verdadero puesto, por delante del doble pivote, rozando el balcón del área.

El peregrinaje ha sido largo por el desierto, ha contado con el aliento de mucha gente como el doctor Quesada que lo aprecia, consciente de que este tipo de jugadores que no van de estrella tienen que hacer el doble que otros para triunfar, a pesar de que en entrega y trabajo muy pocos les superan. De nuevo está ahí.

<b>El partido perfecto</b>

Pelayo Novo hizo el domingo su partido, quizás el mejor desde que está en el Elche. Marcó todavía un gol más y realizó un encuentro extraordinario en su regreso a la titularidad, como enlace con el punta. Cuando en el minuto 80 pidió el cambio estaba exhausto. Llevaba mucho tiempo sin jugar un envite entero en la Liga y el de la Copa del martes frente al Alcorcón lo disputó completo.

Al final del duelo, el centrocampista franjiverde reconocía estar «muy contento», tanto en lo coral como en lo personal por «ayudar al equipo a sumar los tres puntos con mis dos goles y mi trabajo». De todas formas, prefiere seguir fiel a su manera de ser y no despega los pies del suelo. «Mi filosofía es seguir peleando para ganarme minutos». Unos días después, así es el fútbol, ha pasado a recibir elogios, después de que en la Copa una parte de la afición le recriminara desde la grada alguna pérdida de balón. Pelayo no da importancia, ni a una cosa, ni tampoco a la otra. «A nadie le gusta que le silben pero yo me centro en lo mío. Es algo normal en los campos de fútbol y hay que asumirlo. Cuando esto sucede hay que estar tranquilo y hacer tu trabajo».

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