Lucas Alcaraz rechazó ayer, por medio de un comunicado, que hizo oficial en su página web, la opción de dirigir al Elche las dos próximas campañas, como había firmado el pasado sábado, al considerar que el nuevo director deportivo tiene que tener libertad para elegir a su entrenador.

En un acto de coherencia, el preparador nazarí optó por abandonar la entidad ilicitana al comprobar el pasado jueves que el presidente, Diego García, no estaba por la labor de contar con él, aunque el resto de consejeros le transmitieron su deseo de que siguiera. Pero los actuales consejeros no son los que mandan en el club, sino José Sepulcre desde la sombra, que se dejó convencer por otros elementos externos, para buscar otra opción en el mercado.

El técnico granadino fue anunciado como nuevo entrenador del Elche, el pasado sábado, para las dos próximas temporadas, pero tras la dimisión del director deportivo Ramón Planes, que lo fichó, decidió replantearse su contratación y darse un tiempo para reflexionar.

Alcaraz tenía que haber sido presentado el martes en la sala de prensa del estadio donde estaba todo preparado, incluso, un maniquí con una camiseta con su nombre, pero en lugar de su presentación se produjo la dimisión del cuerpo técnico. El club y él se dieron un plazo.

El jueves regresó para ver si podía firmar, pero vio que allí no había «feeling». Se habló de esperar a que llegara un director deportivo, pero el preparador nazarí se dio cuenta de que lo prometido en su día por Juan Contreras y Ramón Planes, sus valedores, había dejado de tener vigencia.

Apenas unos minutos después de que el Elche anunciara la contratación de José Luis Molina, como nuevo director deportivo, Alcaraz emitió un comunicado en el que admitía que la situación que ha vivido en el Elche «ha sido la más difícil de digerir que he vivido en los treinta años que llevo en esto. Recuerdo cuando mi amigo Ramón Planes me llamó para explicarme el proyecto del Elche y, tras realizar un estudio responsable del club, el proyecto, la ciudad, la afición y el estadio, no dudé en aceptar la oferta», recordaba el preparador andaluz, quien admitía que se quedó «bloqueado» cuando conoció la dimisión del entonces director deportivo. Intentó enderezar la situación, puso de su lado todo lo posible para adaptarse al nuevo rol, pero fue imposible. Sin quererlo, se convirtió el técnico más efímero de la historia del club ilicitano. No ha durado ni una semana.

El preparador agradeció en su escrito el cariño que le ha mostrado la afición del Elche y su entorno y desea «lo mejor al club» en el futuro. El Elche ya busca su sustituto.