Rubén Baraja no podrá contar el próximo sábado en Tenerife con el centrocampista Mandi, que ha sido titular en 31 de los 36 partidos que se llevan de Liga. Se ha perdido dos partidos por sanción, además de los dos primeros de la competición, ya que llegó tarde, y, un quinto por lesión. Es un hombre clave en los esquemas del técnico castellano y su puesto podría ser ocupado por Pelayo, que, tras su lesión, terminó jugando el domingo ante el Albacete y se estrenó como goleador.

El futbolista canario puede ser castigado de uno a 12 partidos por el Comité de Competición como consecuencia de la tarjeta roja que vio el domingo ante el Albacete, en el minuto 77, en función de que Competición considere su acción como agresión o violencia en el juego. Fue expulsado, según el acta del colegiado andaluz Figueroa Vázquez, por «dar un cabezazo sobre el pecho de un adversario con el uso de fuerza excesiva, estando el balón en juego, pero no en disputa entre ambos».

Mandi perdió los papeles ante Víctor Curto, después de que minutos antes empujara a su compañero Javi Jiménez cuando le recriminó una acción a la hora de despejar un balón dentro del área.

Su acción es semejante a la que protagonizaron Zidane y Materazzi en el Mundial de Alemania, en el duelo Francia-Italia, aunque en aquel caso el transalpino hizo muchos más aspavientos que Curto.

El golpe de Mandi puede ser entendido como agresión y, según el artículo 98,1 del Código Disciplinario de la RFEF, se castigará con una suspensión de 4 a 12 partidos. En él se afirma lo siguiente: «Agredir a otro, sin causar lesión, ponderándose como factor determinante del elemento doloso, necesario en esta infracción, la circunstancia de que la acción tenga lugar estando el juego detenido o a distancia tal de donde se desarrolla que resulte imposible intervenir en un lance de aquél, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos».

Por contra, el Comité puede considerar la acción como de violencia en el juego y aplicar el artículo 123, 2, que dice lo siguiente en los puntos 1 y 2: «Producirse de manera violenta con ocasión del juego o como consecuencia directa de algún lance del mismo, siempre que la acción origine riesgo, pero no se produzca consecuencias dañosas o lesivas, se sancionará con suspensión de uno a tres partidos (1). Si la acción descrita en el párrafo anterior se produjera al margen del juego o estando el juego detenido, se sancionará de dos a tres partidos, sin perjuicio de lo establecido en el articulo 98 del presente código (2)».

En los últimos años existen varios antecedentes de sanciones a jugadores propiciadas por dar cabezazos a contrarios. Medel y Dimas fueron penalizados con dos partidos. El primero, en un Sevilla-Barcelona, 2012-2013, «por propinar un cabezazo en la cara de un contrario sin estar el balón en juego». El segundo, en un Almería-Recreativo, en la misma campaña, «por dar un cabezazo a un contrario en el rostro, estando el balón en juego en otro lugar del campo». Este caso es el que más se parece al de Mandi.

Sin embargo, en la 2011-2012, el delantero uruguayo Pandiani sólo fue sancionado por un partido, en un Levante-Espanyol por «dar un cabezazo en la espalda de un jugador contrario de forma intencionada sin el estar el balón a distancia de juego. En el caso más extremo, con un castigo de cuatro partidos, está Iago Aspas en un Celta-Deportivo en la 2012-2013. El jugador gallego dio un cabezazo a un rival «estando el juego detenido».