El Elche sumó un punto en Mendizorroza, tras empatar a cero ante el Alavés, en un partido en el que el guión previsto, dadas las virtudes de ambos equipos, se cumplió a la perfección. En el «día del libro», las páginas futbolísticas que escribieron ambos conjuntos no ganarán ningún tipo de premio Nobel a la excelencia, pero cuando el final de Liga se acerca llegan los miedos y los equipos no quieren perder lo que tienen ya conseguido y se vuelven mucho más cautos. No todo el mundo puede ser Miguel de Cervantes, de hecho sólo hay uno, ni escribir El Quijote, pero el Elche cuenta con unas virtudes y con ellas está tratando de conseguir al menos el premio del ascenso, aquel que le hurtaron la pasada campaña en los despachos.

Alavés y Elche apostaron por sus respectivos estilos y buscaron que el rival cometiera errores. Los dos equipos jugaron con la red puesta y el trabajo y la solidez defensivas se impusieron al trabajo de ataque. Los locales lo intentaron con más corazón que cabeza, sobre todo con un bullicioso Toquero, mientras que a los ilicitanos no les dio para mucho más. Estuvieron atrás casi perfectos, pero arriba Sergio León fue un islote en medio del océano. Héctor trató de ejercer de enlace, pero no consiguió lo deseado. Y cuando los artistas no tienen su día con su pincel hay que buscar que los de brocha gorda al menos dejen las cosas como estaban al inicio de la obra.

El Elche, sobre todo en la segunda parte, comenzó a frotarse las manos al ver que el partido se podía abrir. Baraja puso en el campo a Cristaldo y Espinosa para tratar de matar en alguna contra, pero el Alavés no dejó espacios a las espaldas de sus dos centrales, dado que sus laterales se van al ataque, y todo quedó en un espejismo. Los vascos no quisieron regalar nada y el partido terminó entre el quiero y no puedo de los dos púgiles. Ambos equipos cogieron la llave del duelo y lo cerraron a cal y canto. Un punto era bueno para todos y no había motivos para pelearse por los tres y tener el peligro de quedarse sin nada.

En esa discusión filosófica sobre el césped de Mendizorroza, ni el Alavés se volvió loco, ni tampoco el Elche cayó en la trampa de irse como poseso a por el rival. Con todo ello, justo reparto de puntos y a hacerlo bueno el próximo domingo ante el Albacete.

En el lado positivo, un punto más, portería a cero y ocho encuentros sin conocer la derrota.

El equipo duerme una noche más de sábado en la zona de promoción de ascenso y, aunque no se acerca al ascenso directo como hubiera deseado, sigue en la pelea y cada partido que se suma sirve para este objetivo.

La primera parte estuvo marcada por un pulso entre dos equipos empeñados en buscar el error del rival. Los franjiverdes supieron defenderse de las acometidas rivales sin muchos problemas, pero les faltó un poco más de decisión para irse al área del meta Fernando Pacheco.

El Elche trató de sorprender al conjunto vasco con la velocidad de sus dos laterales, Isidoro y Noblejas, pero no existió la profundidad para romper al rival. Además, los franjiverdes no quisieron caer en la provocación futbolística del equipo de Bordalás. El Alavés dejó que el Elche saliera con el balón controlado para matar a la contra, pero los ilicitanos no picaron el azuelo y apostaron por el mencionado pase a los laterales y a utilizar a Héctor como enlace con León. Por contra, Álex Moreno apenas tuvo protagonismo por su banda a la hora de ejercer el papel de desequilibrador.

También pudo apreciarse el juego subterráneo de los vitorianos y una presión ante la que los franjiverdes no se arrugaron en ningún momento. El árbitro también supo llevar el partido para que la situación no fuera a más en el plano extradeportivo. Dirigió a la inglesa.

Tras el descanso, no varió nada la tónica del duelo. Hubo un momento en que parecía que el partido se podía abrir a medida que el Alavés parecía estar dispuesto a dar el paso adelante. Pero, en esos momentos de duda de los blanquiazules, al Elche le falló estar más fino en la transición de balón. Cuando mejor se ponía el partido, el conjunto de Bordalás decidió dar marcha atrás y conformarse con el punto.

Alavés y Elche terminaron fumando la pipa de la paz y repartiéndose los puntos. Todos contentos y a por el próximo encuentro. Los franjiverdes siguen soñando con luchar hasta el final por conseguir al menos jugar la fase de ascenso a Primera División. No son inferiores a nadie.