Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aquel intento de soborno con luz y taquígrafos...

En 1972 el delegado del Elche intentó "comprar" al portero del Oviedo a pie de campo

Aquel intento de soborno con luz y taquígrafos... Perfecto Arjones

El encuentro que enfrentará al Elche y al Real Oviedo el próximo domingo trae a la memoria el choque que ambos clubes protagonizaron hace 43 años, concretamente el 1 de junio de 1972, una cita que la prensa local calificó como el «partido del siglo en Altabix».

La Liga de Segunda División llegaba a la última jornada con el Oviedo ascendido y con las otras dos plazas de ascenso por decidir. Para adueñarse de alguno de esos dos lugares de privilegio pugnaban tres equipos: Castellón, Zaragoza y Elche, empatados todos ellos a 48 puntos. Los guarismos particulares aclaraban que el equipo ilicitano y los castellonenses dependían de ellos mismos, mientras que el Zaragoza debía, además de ganar el último partido, esperar el tropiezo de alguno de sus rivales en esa partida a tres bandas.

Para esa última y decisiva trigésimo octava jornada de la Liga 71-72, el Castellón recibía en su feudo al Mallorca, un rival situado en la parte media de la tabla sin ninguna aspiración; el Zaragoza aguardaba en La Romareda al Cádiz, que ya tenía asegurada la permanencia y no peleaba por nada; y el Elche esperaba la visita del Oviedo, que llegaba a Altabix sin ningún tipo de presión dado que una semana antes se había asegurado el ascenso a Primera.

Elche se vistió de gala el primer día de junio. Todo estaba listo y dispuesto para festejar un ascenso a la máxima categoría del fútbol español por mucho que se sospechara que el Oviedo pudiera acudir al trámite con una buena prima del Zaragoza por no perder en Altabix.

Esas sospechas tenían razón de ser. El médico del Zaragoza llegó al hotel Palas de Alicante, lugar de concentración del equipo asturiano, el mismo día que lo hizo la expedición ovetense. El club aragonés confió en su galeno para negociar la prima con el plantel del Real Oviedo, que finalmente vio con muy buenos ojos el millón y medio de pesetas (nueve mil euros) ofrecido por no salir derrotado de Altabix. «Era una cantidad desorbitada», recuerda Crispi, que jugó con el Oviedo aquel partido. «Cada jugador nos repartimos alrededor de 80.000 pesetas. Con ese dinero casi te podías comprar un piso».

También en las filas ovetenses disputó aquel encuentro Juan María, un futbolista ilicitano traspasado un año antes por el Elche. «Yo estaba convencido de que alguien del Elche iba a venir a verme al Palas antes del partido para intentar arreglar el asunto antes de jugar, pero para mi sorpresa nadie se acercó por el hotel», recuerda Juan María antes de puntualizar que «el intento de 'arreglo' llegó más tarde, demasiado tarde».

El impresionante aspecto de Altabix no amilanó al Oviedo, pese a que el Elche apretó desde el inicio. Lombardía, portero asturiano, comenzó pronto a dar pistas de que estaba preparado para aguantar el vendaval hasta el punto de acabar firmando el partido de su vida. «Le dieron hasta patadas en la cabeza, pero no pudieron batirlo», rememora Juan María.

Los minutos fueron pasando sin que se moviera el marcador hasta llegar al descanso del partido. Y con malas noticias: El Zaragoza ya vencía por 2-0 al Cádiz con goles de Galdós y Luis Costa; y el Castellón hacía lo mismo ante el Real Mallorca con dianas de Planelles y Tonín.

Así que al Elche no le quedaba otra que doblegar al Oviedo en los 45 minutos restantes. Eso u olvidarse del ascenso.

«Durante el descanso, llegó el primer intento para amañar el partido», relata Juan María. Joaquín Vidal, directivo, delegado del equipo y brazo derecho de Manuel Martínez Valero, presidente del club, pidió permiso para entrar en el vestuario del Oviedo. Tras obtenerlo se dirigió a los jugadores ofreciendo medio millón de pesetas por dejarse perder, pero su oferta fue rechazada. Vidal, molesto, salió dando un portazo. «Pues peor para vosotros porque vais a perder», espetó el delegado ilicitano, según desvela Juan María.

El encuentro se reanudó con tensión y muchos nervios por Altabix. Cuarenta y cinco minutos por delante con un ascenso a Primera División en juego. Desde Zaragoza llegan noticias del rotundo triunfo del conjunto maño con otros dos goles de Galdós y Rico (4-0), mientras que en Castalia el Castellón domina plácidamente a un rival entregado y rendido con el 2-0 de renta obtenido en el primer periodo.

La temperatura va subiendo en Altabix, que presencia impotente una auténtica exhibición de Lombardía. El guardameta desbarata todo lo que llega a su portería. González estrella dos disparos en la madera y Carrete salva un gol desde la misma línea. La impotencia invade el palco y Martínez Valero reacciona enviando, de nuevo, a Vidal a «negociar a pie de campo».

Justo en ese momento, Toba, entrenador del cuadro ovetense, sustituye a Crispi por Mendoza. Falta un cuarto de hora para la conclusión y el entonces jugador del Oviedo escucha con claridad la súplica de Vidal a Toba en el banquillo visitante: «Me ha dicho Martínez Valero que os da la taquilla del partido entera. ¡Toda para vosotros!

Toba negó con la cabeza y se limitó a zanjar la conversación con un «demasiado tarde». «El técnico tenía prima triple del Zaragoza. A él le daban una fortuna los maños», recuerda Crispi.

Vidal, sin embargo, no se dio por vencido. Corrió por la banda hasta colocarse detrás de la portería defendida por Lombardía, sin reparar en los miles de ojos que le podían seguir, ni tampoco en el fotógrafo de INFORMACIÓN, Perfecto Arjones, sentado a escasos metros para tomar imágenes del encuentro, captar la foto delatora y convertirse en testigo de excepción de una conversación sin ambages:

-«Lombardíaaaaa, déjate marcar un gol que está todo arreglado», rogaba Vidal sin éxito, agarrado al poste y con la cabeza dentro del campo, a escasos centímetros del portero asturiano que, una y otra vez, repetía: -«Déjame tranquilo».

No hubo forma. El colegiado navarro Luis María Juango Ruiz decretó el final del encuentro con el 0-0 inicial que dejaba al Elche en Segunda División y Altabix inundado de lágrimas.

El autobús del Oviedo partió de la ciudad ilicitana y se detuvo en Aspe. Allí, el enviado del Zaragoza estaba esperando con un cheque por valor de millón y medio de pesetas. «Una fortuna para la época», subraya Crispi.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats