El delantero Sergio León ha vuelto al Elche para quedarse y sus goles lo están encumbrando. Al igual que Simba, en el Rey León de Rob Minkoff, que tuvo que exiliarse, a pesar de ser el heredero del trono al ser injustamente acusado por el malvado Scar de la muerte de su padre, el cordobés jugó en el filial y se tuvo que ir a Llagostera cedido. Durante su destierro, el pequeño león hizo méritos y muchos amigos para regresar y recuperar lo que legítimamente le corresponde, mientras que el actual jugador franjiverde se ganó el respeto de los defensas y sus goles comenzaron a tener importancia en los despachos del Martínez Valero.
Su inicio no ha podido ser mejor y ya ha sumado cuatro goles en la Liga y uno en la Copa. De todas formas, sigue teniendo los pies en el suelo y prefiere ir partido a partido y no marcarse metas que no vayan más allá del próximo domingo.
En su interior sí existe un deseo, hacer bueno su apodo. Le llaman «Trepa» y desea subir a lo más alto con trabajo y entrega. Este sobrenombre le viene de su padre, que cuando era niño se hizo una cabaña en un árbol y guardaba las cosas allí y ninguno de los amigos era capaz de subir a semejante atalaya. Inicialmente le llamaban «trepa coco» y se le quedó al final lo de trepa, que pasó luego a Sergio. «Salgo al campo con la intención de seguir mejorando como futbolista y persona», declaró el realizador franjiverde al final del partido en Huesca, que considera que quince no estarían mal después de los 9 de la pasada campaña en el Llagostera. «Habrá partidos que no tenga suerte, no voy a obsesionarme con cifras... los goles llegarán trabajando, lo importante es el grupo», dice.
El del domingo fue su primer doblete en Segunda. En lo que va de campaña ha sido capaz de convertir en gol uno de cada dos disparos que ha realizado a las puertas contrarias y marca cada 106,5 minutos.
Su primer gol de la temporada lo hizo en la segunda jornada frente al Bilbao Athletic, culminando una jugada de estrategia estudiada en el laboratorio de Rubén Baraja. Nono tocó el balón sobre el área y Sergio León introdujo la pelota en la red con un potente derechazo. Tan solo cuatro días después, marcó el tanto que le dio la victoria a los franjiverdes frente al Nàstic tras un espectacular remate de cabeza, después de un centro de Álex Moreno desde la izquierda. Y en el último duelo en El Alcoraz ante el Huesca, tuvo una actuación impresionante y además de dos dianas dio una asistencia.
León adelantó al Elche en una acción a balón parado similar al gol que anotó frente al Bilbao Athletic, pero con Mandi como ejecutor de la falta, y firmó una soberbia volea que entró por la escuadra de la portería. Antes de su segundo tanto, regaló a Héctor su primer gol con el equipo ilicitano. A esos cuatro goles hay que sumar el que anotó en la Copa del Rey ante el Almería tras transformar un penalti que le hicieron a él y que provocó la expulsión a Zabaco.
El «Trepa» regresó al Elche este verano tras su cesión en el Llagostera, donde marcó 9 goles en 35 partidos. El equipo catalán no quiso ejercer la opción de compra que tenía sobre él de 200.000 euros. El Elche lo fichó al final de la temporada 2012-2013 tras marcar 18 goles en el Reus, equipo que militaba en el tercer grupo de la Segunda División B. Se fue cedido al Real Murcia, al no tener hueco en la plantilla de Primera del Elche, pero no tuvo la oportunidad de jugar y regresó al filial donde hizo 12 dianas con Vicente Mir en el banquillo. La pasada campaña se fue cedido al Llagostera, donde creció mucho como futbolista.
Su progresión está siendo espectacular en este inicio de Liga y por este camino puede llegar lejos tanto él como el equipo. A semejanza de su ídolo futbolístico, David Villa, va a seguir dándolo todo en el campo, tanto en tareas ofensivas, como a la hora de defender. Quiere ser el «Rey León» del Elche, en la «sabana» franjiverde, como Simba en la africana.
