La afición del Elche dictó ayer sentencia. Una amplia mayoría de los seguidores que se dieron cita en el estadio Martínez Valero pidió la dimisión del presidente, José Sepulcre. Y no esperaron al final del partido y mostraron su indignación por la derrota.

En el minuto 12, ya comenzaron las protestas. En ese momento del encuentro, la Federación de Peñas y el club habían invitado a los aficionados a ondear sus bufandas y banderas y a cantar «¡Elche, Elche!». Pero la situación fue totalmente distinta. La mayoría del estadio comenzó a gritar «¡Sepulcre vete ya!» y «¡Elche sí, Sepulcre no!», mientras que una pequeña minoría, principalmente de la zona de la grada de la curva «Unión Franjiverde» y del fondo norte, en la que se encuentran la mayoría de las peñas que pertenecen de la Federación, pitaron a las protestas y gritaron «¡Elche, Elche!»

Lo más curioso fue cuando el árbitro decretó el final del primer tiempo y a pesar de que el equipo se había adelantado en el marcador volvieron los cánticos de «¡Sepulcre vete ya!».

Todo subió de tono en el minuto 85, con el 1-2 en el marcador, las protestas fueron ya casi unánimes y en esta ocasión la solicitud de dimisión no fue sólo para Sepulcre, se ampliaron a los consejeros con gritos de «¡Directiva dimisión!». Pero aún fue a más. Con el pitido final, los aficionados comenzaron a sacar pañuelos y cartulinas blancas al grito de «¡Fuera, fuera!» y «¡Elche sí, Sepulcre no!».

Para tapar las protestas se subió la megafonía, lo que provocó que la indignación todavía fuera mayor.

La indignación fue total y las protestas se trasladaron hasta la puerta 0, donde más de medio millar de seguidores volvieron a solicitar con cánticos la dimisión de Sepulcre y de su consejo de administración.

Rodeados de fuertes medidas de seguridad, los aficionados estuvieron muy alejados de la puerta 0, lo que provocó que, con el paso del tiempo, se fueran disgregando y quedara cada vez un grupo más pequeños.

El presidente y sus directivos no salían y la afición empezó a impacientarse. Mientras tantos, iban desfilando los jugadores, que fueron despedidos con aplausos y el entrenador, Fran Escribá, quien recibió cánticos de apoyo. El técnico tuvo la deferencia de saludar y de acercarse a los seguidores para darles las gracias y felicitarles las fiestas navideñas.

Hubo un pequeño enfrentamiento entre Alberto Capón con un grupo de aficionados, pero, rápidamente, reinó la calma y se apaciguaron los ánimos.

Pero los gritos siguieron: «Sepulcre sal ya», «Sepulcre da la cara» y «Enchufados fuera».

Cada vez había menos gente hasta que a las 22.25, más de hora y media después de acabase el encuentro, apareció José Sepulcre, acompañado de sus consejeros, que custodiados por la Policía Nacional, la seguridad privada que contrata el club y miembros de la seguridad del club, fueron hasta sus vehículos, mientras seguían recibiendo gritos «Fuera, Fuera» o, incluso, de «Ladrones, ladrones», que también iban dirigidos hacia al secretario general, Antonio Rocamora, y al consejero Toño García Hita. Incluso algunos aficionados, corrieron detrás del coches y uno de ello fue detenido por las fuerzas de seguridad, requiriéndole su documentación. Al final se disgregó todo. El frío también hizo que la mayoría de aficionados se marchasen y a las diez y media de la noche ya no quedaba nadie en las inmediaciones del estadio.

No obstante, algunos aficionados aseguraron que hoy lunes continuarán con sus protestas en la Junta General de Accionistas, convocada para esta tarde. Y es que la indignación es total.