El árbitro madrileño Del Cerro Grande impidió ayer que el Elche regresara con los tres puntos del estadio de los Juegos Mediterráneos. En el vestuario franjiverde se habló de robo, en la afición de «manos arriba», Escribá obvió cualquier valoración y elogió a los suyos... y todo, ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Que te lo hagan con un grande como el Real Madrid puede parecer hasta normal, pero lo de ayer es un insulto al trabajo de unos profesionales que se dejaron todo en el campo para sumar la victoria y se tuvieron que conformar con el empate. Duele perder un partido así, pero la imagen mostrada por el equipo fue buena, el grupo venía de una semana para olvidar y volvió a demostrar que se puede confiar en ellos.
Los ilicitanos marcaron dos soberbios goles por mediación de Víctor y Jonathas, fueron muy superiores a su rival durante muchos minutos, pero la actuación del colegiado resultó decisiva, demasiado en el devenir del encuentro. Con el 0-1 en el marcador se inventó un penalti de Edu Albacar sobre Wellington, que sólo vio él, ya que la falta del lateral franjiverde se produjo fuera del área. Luego, con el 1-2, expulsó a Jonathas por tocar un balón con la mano cuando el brasileño ni tenía intención de tocar el balón, ni nada que se le parece. Desde el minuto 65, el Elche, con sus limitaciones, aguantó con diez jugadores en el campo todo lo que pudo ante el empuje del rival.
Además, para colmo de males, en el minuto 84, Hemed le robó la cartera a Manu Herrera, a la salida de un córner. Ese balón nunca debió entrar, pero el Almería empató y con ese gol recuperó un punto que prácticamente tenía perdido.
Fran Escribá volvió a confiar en José Ángel para formar el doble pivote junto a Mosquera, mientras que Coro dejó fuera del once inicial al Fayçal Fajr. Los ilicitanos realizaron 35 minutos muy buenos, de lo mejor de esta temporada. La solidez defensiva tuvo su acompañamiento por el trabajo incansable de Jonathas arriba, mientras que los tres medias puntas, Coro, Rodrigues y Víctor, con sus continuos movimientos volvieron locos a los defensas almerienses. El Elche apostó por el juego directo sobre Jonathas y el brasileño se manejó a su antojo arriba y abrió huecos a sus compañeros.
Todo este planteamiento vino reforzado por el gol que hizo Víctor en el minuto cinco. Jonathas y el extremo catalán se intercambiaron los papeles. El brasileño puso el balón en el área, y el pequeño, Víctor mide 1,66 metros, remató de cabeza al fondo de la red. Lo celebró a lo Bale, dibujando con sus manos un corazón.
El Elche tuvo el control del partido, pudo aumentar su ventaja, pero la jugada del penalti inexistente permitió empatar al Almería y dejó tocados a los franjiverdes que perdieron su sitio. En la recta final de esa primera parte, Soriano en dos ocasiones, en remates de cabeza, pudo decantar el partido del lado andaluz. El Elche terminó pidiendo la hora.
Tras el descanso, el Elche volvió por sus fueros y, en el minuto 56, un balón largo de Edu Albacar, Jonathas supo bajarlo y de potente chut batió a Rubén. Un soberbio gol que celebró haciendo el chupete. Dedicado a su hija, que acaba de nacer.
El Elche parecía estar más cerca de conseguir su objetivo, el delantero Jonathas volvió a ser el protagonista del duelo. Del Cerro Grande lo expulsó en el 65 de manera injusta. Los franjiverdes se quedaron con uno menos.
A partir de ahí, al Elche se le hizo muy largo el encuentro en inferioridad numérica y sin su referencia en el ataque. Se perdió el control del balón, el Almería apretó de lo lindo y desde banda izquierda, con Wellington, lo intentó una y otra vez. Pero, a la salida de un córner, en el 84, Hemed hizo el empate aprovechando una salida en falso de Manu Herrera. El árbitro pudo pitar falta, pero esta vez se lavó las manos.
