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1973: Cruyff, tensa espera en la grada de Altabix

El crack holandés no pudo debutar ante el Elche en la primera jornada de Liga de la campaña 73-74 a causa de los obstáculos que puso el presidente del Ajax, que había pactado el traspaso de su jugador estrella al Real Madrid

1973: Cruyff, tensa espera en la grada de Altabix

Un murmullo corrió por la grada de Altabix coincidiendo con la entrada de un tipo flaco con traje blanco que, acompañado de una atractiva mujer, buscaba sitio para acomodarse en la tribuna del vetusto estadio ilicitano. A punto estaba de comenzar en esa agradable tarde del 2 de septiembre el primer partido de la Liga 73-74 que iba a enfrentar al Elche y al FC Barcelona, partido que se resolvió a favor del equipo ilicitano con un solitario gol de Chiva. El tipo flaco con traje blanco era Johan Cruyff, la joven estrella etiquetada como el mejor jugador del continente bajo la disciplina del Ajax y que venía de librar una batalla encarnizada con el club holandés y con la Federación de su país para poder vestir la camiseta del FC Barcelona, club con el que había llegado a un acuerdo pero que seguía sin poder inscribirlo a causa de problemas burocráticos.

Barça y Ajax cerraron el traspaso de Cruyff el 13 de agosto de 1973. Ese día parecía que se cerraba un largo culebrón que se alargó debido a que el club holandés había acordado por su cuenta el traspaso al Real Madrid, circunstancia que enfadó al jugador. La Federación Holandesa también puso todas los obstáculos a su alcance con la «mano» oculta de Jaap Van Praag, presidente del Ajax, que durante el «culebrón» maniobró por detrás para torpedear aunque públicamente mostrara su disposición absoluta para consumar el traspaso.

Mientras tanto, Agustín Montal y Armand Carabén, presidente y gerente del Barça, respectivamente, insistieron sin desfallecer para que Cruyff acabara vistiendo la camiseta azulgrana y debutara ante el Elche en Altabix el 2 de septiembre de ese mismo año. Finalmente, lograron lo primero, pero fue imposible tener al futbolista a disposición de Rinus Michels en el campo ilicitano, a donde Cruyff asistió en calidad de espectador para conocer «in situ» a sus nuevos compañeros en competición oficial. La Federación Holandesa denegó el tránsfer. Después alegó que lo mandaría en diciembre. Entre tira y aflojas, con amenazas de «El Flaco» incluidas -llegó a decir al organismo futbolístico holandés que renunciaría a jugar con la selección el Mundial de Alemania que debía disputarse un año después-, la Federación cedió, pero Johan no pudo debutar como azulgrana hasta el 28 de octubre, ante el Granada, en un partido que se resolvió por 4-0 con dos goles con su firma.

Otro de los obstáculos que hubo que salvar durante esas semanas fue el pago del traspaso-un millón de dólares para el Ajax y otro para Cruyff como salario de tres años. En total, 120 millones de las antiguas pesetas-. Por los millones que tenía que cobrar Cruyff en España no había problemas, pero sí por el traspaso, por la cantidad que tenía que recibir el Ajax. La importación de un jugador, de una persona extranjera, no estaba prevista en la legislación española. Así que hubo que recurrir a Manuel Ortínez, entonces director general del Instituto Español de Moneda Extranjera, departamento del Ministerio de Comercio. Fue Ortínez quien facilitó la fórmula para hacer la importación como si se tratara de mercancía. O lo que es lo mismo: Cruyff entró a España como si fuera un automóvil.

«Hubo que salvar muchos problemas», recordaba ayer Josep María Minguella -en aquella época ayudante de Rinus Michels en el Barça- en declaraciones a este periódico. «Tardamos en poder contar con Johan Cruyff, que no debutó hasta el 28 de octubre en el Camp Nou ante el Granada. En Elche no pudo ser, pese a que se intentó por todos los medios. Recuerdo aquel partido de Altabix, un domingo a las cinco de la tarde con el campo lleno. Cuando acabó, el 'Cholo' Sotil casi quería regresar a su país de las patadas que le dio Llompart», recuerda Josep María Minguella.

Gol de Chiva

No estaba Cruyff, pero el Barcelona llegó a Elche con un equipo poderoso que, tras la incorporación del holandés, acabó paseándose en la Liga y anotando la primera «manita» al Real Madrid en el Bernabéu (0-5).

Rinus Michels alineó aquel 2 de septiembre de 1973 a Sadurní, Rifé, Gallego, De la Cruz, Juan Carlos, Costa, Juanito, Asensi, Cos, Sotil y Rexach.

Por su parte, el Elche, entrenador por Roque Olsen puso sobre el terreno de juego a Esteban, Poyoyo, González Canós, Montero, Llompart, Chiva, Cano, Sitjá, Hiller y Melenchón. El gol fue anotado a los cinco minutos.

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