­Carlos Akapo vio cumplido un sueño el sábado en Malabo. Con la camiseta de Guinea Ecuatorial, país en el que nació su padre, se midió a España, la campeona del mundo en un partido que «siempre recordaré», según reconocía ayer en su cuenta de Twitter, y en el que el conjunto que dirige Andoni Goikoetxea plantó cara a los pupilos de Vicente del Bosque.

Akapo vino al mundo en Elche el 12 de marzo de 1993, un año después de que Guillermo, su progenitor, decidiera establecerse en la localidad ilicitana después de estudiar en San Javier para piloto. «Para mí es un orgullo representar al país de mi padre», insiste un Akapo que se inició futbolísticamente en las divisiones inferiores del Kelme, luego estuvo en el cadete del Hércules y, posteriormente recaló en el Elche. Como juvenil de segundo año se fue al Huracán Valencia y tras jugar una campaña en Segunda División B en el equipo de la ciudad del Turia fichó el pasado verano por el Numancia. En el equipo castellano está actuando de lateral derecho y tiene el cartel de titular. «Mi sueño es volver al Elche y vestir la camiseta franjiverde», afirma el defensa ilicitano.

Había sido convocado en 2012 por la selección de fútbol de Guinea Ecuatorial -juega con el país africano debido al nacimiento de su padre- en una ocasión, pero no llegó a debutar. Convocado para una serie de encuentros, debuta finalmente el 5 de junio de 2013 en el partido amistoso contra Togo. Fue el jugador destacado de su selección en la derrota en Cabo Verde (1-2).

Un partido para no olvidar

Pero, cuando de verdad ha tenido protagonismo ha sido esta semana con motivo de la visita a Malabo de la Selección Española. Goikoetxea le dio la titularidad y no tuvo ningún complejo para dar todo lo que lleva dentro ante los mejores jugadores del mundo.

Al final del partido consiguió llevarse para casa la camiseta, con el dorsal 19, de Fernando Llorente, aunque su deseo era la de conseguir la de Sergio Ramos. «Es madridista y estaba ilusionado con ella», reconocía ayer Guillermo Akapo, su padre, que junto a su mujer y madre de Carlos, María Isabel Martínez, estuvieron el sábado delante del televisor viendo el partido. «Algunas lágrimas se nos escaparon ya que hace dos campañas estaba en División de Honor y ahora lo tenemos ahí jugando con los campeones del mundo. Nunca olvidaremos este partido», recuerda su progenitor antes de reconocer que el Nuevo Estadio de Malabo «estuvo viendo el partido su primo. El abuelo también tenía entrada pero al final decidió quedarse en casa porque no le gustan esos tumultos de gente».

Javier, hermano de Carlos, que juega al fútbol en el Carrús, también estuvo viendo el Guinea Ecuatorial-España y ya tiene ganas de abrazarlo y estar con él para que le cuente todo lo vivido estos días.

Carlos Akapo regresa hoy a España y viajará desde Madrid a Soria sin pasar por Elche. El miércoles el Numancia juega en Valladolid la final de la Copa de Castilla-León. Le gustaría estar en el once de Anquela, técnico de los sorianos.