El fútbol nacional ya comienza a hablar de los cuatro magníficos, es decir, de los mediaspuntas con los que cuenta el Elche, letales en los últimos metros y que han sido capaces de marcar 12 de los 17 goles que lleva en su cuenta particular la escuadra franjiverde, la más realizadora de la categoría en este inicio de competición.

Fidel, Coro, Xumetra y Carles Gil se ha convertido en las auténticas pesadillas de las defensas de Segunda División. Tapar los huecos que crean es la obsesión de todas ellas, así como frenar su velocidad cuando se acercan al área. Su instinto asesino deslumbra. No perdonan cada vez que se acercan al área y como sucedió el sábado en Anduva, la primera que tuvo el equipo se fue para dentro de la portería. Robó Mantecón para, éste sirvió a Xumetra y el catalán metió el balón fuera del alcance de Goitia. Una prueba más de que cuando los de arriba entran en acción el gol está cerca.

A los cuatro citados se ha unido en las últimos partidos el astur Pelayo Novo. El exjugador del Oviedo bien podría considerarse con el quinto magnífico, igual que los Beatles llevaron a tener su quinto integrante o "Los tres mosqueteros" eran cuatro. No tiene de momento el puesto de titular, pero cuando sale demuestra que puede serlo. "Aquí está muy complicado jugar e incluso entrar en la convocatoria. La próxima semana se recuperan Generelo y Palanca de sus lesiones y hacerse un puesto en el grupo es difícil. Trabajo día a día para ganarme la confianza del entrenador, sabiendo que lo importante es el grupo. Los ascensos y títulos en fútbol se consiguen al final de Liga entre todos", reflexiona el futbolista nacido en Oviedo.

Pelayo llegó al Elche por la puerta de atrás, nadie lo conocía en estos lares aunque en Oviedo ya le habían concedido el premio "Pelayo" que galardona al mejor jugador de la capital de Asturias. Bien es cierto que el Oviedo está en Segunda División B, pero también hay que tener en cuenta que los del Tartiere son un club histórico y no se regalan los elogios de forma gratuita.

El calor le agota

Un golpe de calor en pretemporada y otro en el descanso del partido de Copa de Córdoba hicieron temer lo peor, pero las pruebas médicas posteriores demostraron que Pelayo está como un roble astur y que el calor le afecta más de la cuenta, acostumbrado a la brisa del mar Cantábrico y las nieblas de los Picos de Europa.

Después del susto, poco a poco ha ido sumando minutos. En Huesca tuvo en su cabeza la oportunidad de estrenarse como goleador pero "el remate salió excesivamente cruzado y se me fue a la grada". El sábado en Anduva, saltó al campo en el minuto 23 sustituyendo al "magnífico" Carles Gil y demostró que puede tener un sitio en ese equipo y que no está dispuesto a ser un convidado de piedra. "Ha trabajado muchísimo y va a ser importante en la segunda vuelta de la Liga", profetiza el vicepresidente Juan Anguix.

La primera piedra la puso en Miranda estrenándose como goleador. "Hice la pared con Fidel y me salió un zurdazo muy bueno. Le pego con la derecha, pero en ese momento no lo dude", dice.

Cuando sus compañeros se acercaron a felicitarle el más efusivo fue Pelegrín. El central, que duerme con él en la misma de habitación, le comentó: "Te lo mereces". Pelayo se sintió por un momento importante, el quinto magnífico. "Es un orgullo para mí que un jugador del recorrido de Pelegrín me diga eso", reconoce antes de poner de nuevo los pies en el suelo y señalar que "me salió todo perfecto en la jugada".

Ni corto, ni perezoso, Pelayo corrió a la zona del córner y celebró su goles simulando que estaba escanciando un culín de sidra. Al estilo de otros asturianos como Mata, Adrián o Villa. "Era una de homenajear a mi tierra y de acordarme de mis padres, que estaban en el campo, de mi novia y de toda la gente que me ha apoyado".

Pero el mediapunta franjiverde no se contentó con ese estreno goleador. Tuvo muy cerca el segundo seis minutos más tarde de su estreno. "Rematé de cabeza al segundo palo y Coro no llegó por muy poco". En pleno acoso rival ayudó en tareas defensivas, cortó un avance peligroso de un punta rival y provocó una falta con el 2-1 en el marcador que prácticamente llevó al reloj al minuto 94.

Más cerca del área

Pelayo se maneja bien como pivote defensivo, al menos así se lo ofrecieron al Elche, pero Fran Escribá lo quiere más cerca del área rival y en ese apartado el técnico le está sacando sus verdaderas virtudes como futbolista. Guardando las distancias, las comparaciones siempre son odiosas, es una especie de Cesc.

Al igual que al catalán, Pelayo tiene que arreglar sus ataques de impaciencia, su anarquía y desorden. No se puede llegar a todo en 90 minutos y hay que seleccionar. Pero, también tiene, al igual que el futbolista del FC Barcelona, su capacidad de llegada al área rival y de gol, sin olvidar su alto nivel de competitividad. Aporta al equipo nervio, tensión y alboroto, pero también gestión de balón y precisión. "¿El quinto magnífico? Yo no pienso en eso. Mis compañeros de arriba son grandes futbolista y mi obligación es trabajar y darlo todo".