Cuando salió a calentar recibió los primeros aplausos de la grada como recompensa a su sacrificio y, en el minuto 71, cuando Bordalás decidió que era el momento de regresar, los aficionados le tributaron una sonora ovación cuando sustituyó a Perico. Como antes de la lesión luchó lo indecible, se fajó con los defensas y hasta recibió una dura entrada al tobillo. Al final, el resultado empañó un día que el punta franjiverde no olvidará jamás.

¿Qué valoración hace de su vuelta a los terrenos de juegos después de tanto tiempo lesionado?

La verdad es que tuve un cruce de emociones porque al final del encuentro no sabía si estar feliz o triste. Por la parte que me toca, volver a salir a un terreno de juego y volver a marcar un gol me hace estar feliz, pero el resultado y la derrota no me deja estarlo. Supongo que cuando vaya pasando el tiempo se me irá olvidando la derrota y que tengo que estar contento de volver y marcar después de todo el calvario que he pasado.

La verdad es que se presentaba una noche muy bonita con pancartas de apoyo y todo...

Fue una lástima tener que regresar después de tanto tiempo con una derrota, cuando el equipo ha estado últimamente cosechando victorias, pero estoy contento por como me he encontrado, por el gol y ahora sólo puedo pensar en el próximo partido ante el Valladolid

¿Qué sensaciones tuvo en el campo?

La verdad es que muy buenas. Llevaba casi un mes entrenando con el grupo y las sensaciones estaban siendo buenas y en el partido fue igual.

¿Tuvo miedo cuando le hicieron una dura entrada en la que casi le cazan el tobillo?

No porque fue un pisotón y no noté nada más. Afortunadamente, no estoy notando miedo a la hora de ir a por los balones y chocar con los contrarios.

Si no hubiera sido por la derrota, el regreso hubiera sido el soñado con gol incluido...

Los delanteros siempre trabajamos para marcar, pero es difícil anotar goles. Hacerlo el día que vuelves después de siete meses lesionado es complicado y, por ese lado, estoy contento.

A pesar de tanto tiempo sin jugar, se notó que la afición le quiere...

Sí y es un aspecto para estar feliz. No sólo por los ánimos que recibí cuando salí a calentar y cuando entré en el campo. Durante el tiempo que he estado lesionado, los seguidores me daban ánimos por la calle y cuando venía a ver los partidos. Es de agradecer.

¿Ha recibido muchas felicitaciones?

La verdad es que sí, sobre todo mensajes de móvil de familiares, amigos y antiguos compañeros.

¿Qué le dijeron su mujer Nazaret y sus hijas Elsa y Adriana después del partido?

Estaban contentas porque tenían ganas de volver a verme vestido de corto en un campo de fútbol, aunque, al igual que yo, estaban un poco tristes por la derrota.

¿A quién quiere agradecer todo el sacrificio y la colaboración durante estos siete meses?

A mi mujer, a mis hijas, a mis compañeros, pero, sobre todo, al club, que ha puesto todo lo que ha estado en su mano para ayudarme durante la lesión.

Como decía la pancarta, ¿se ha acabado todo ya?

Espero que sí. Por fin puedo cantar victoria después de tanto tiempo trabajando en solitario y a la sombra del grupo. La verdad es que ha sido duro, pero estoy feliz porque he podido volver.

¿Y a partir de ahora qué...?

Pues a intentar ponerle las cosas difíciles al entrenador y tratar de ayudar al equipo, que llevo mucho tiempo sin poder hacerlo.