El Elche despide esta tarde en el estadio Martínez Valero, a partir de las 18 horas, la Liga haciendo el pasillo al recién ascendido Real Sociedad. Lo que hace un mes parecía que iba a ser el partido decisivo de la competición dentro de la Segunda División, en la lucha por el ascenso, se ha diluido con un auténtico azucarillo en un café caliente y ha quedado convertido en el encuentro más insulso de la campaña 2009-2010.

En lo deportivo el equipo llegó hasta donde pudo y no hay motivos para echar nada en cara a un grupo de profesionales que lo ha dado todo desde el principio de Liga. La Primera División estuvo al alcance de la mano, la ilusión se desbordó en vísperas del encuentro ante el Villarreal B, pero una vez más tocó perder y no hay que darle más vueltas. Esto es fútbol y en los últimos tiempos a este Elche siempre la moneda le ha caído del lado de la cruz.

Pero, lo peor de todo ha sido la guerra civil que se ha originado de puertas para adentro del vestuario. La lucha interna que existía entre técnico y plantilla ha salido al exterior cuando las matemáticas dejaron sin opciones a los franjiverde y las dos últimas semanas han puesto una mancha muy grande a la actual campaña y, lo que es peor, a la próxima.

Nadie puede entender cómo se destroza de esta manera una plantilla que ha competido con auténticos transatlánticos en la lucha por el ascenso. Levante y Hércules no subieron la pasada campaña, mantuvieron el bloque y ahí están. En cambio, el Elche se ha convertido en una auténtica trituradora que se lleva por delante a todo lo que encuentra y destroza los equipos sin ningún tipo de misericordia. Comenzar de nuevo en septiembre se ha hecho ya habitual en la filosofía de la entidad.

El partido de esta tarde sólo tiene el atractivo de poder celebrar el trofeo de máximo goleador de Segunda con Jorge Molina. El punta lleva 22 goles, uno más que su perseguidor Stuani, y se merece alzarse con el "Pichichi".

José Bordalás no contará para este partido con los jugadores que arrastran diferentes molestias como Wakaso, Saúl y Usero, "para no arriesgar" y los señalados Martí Crespí, Raúl Fuster, Miguel Ángel Tena y Paco Esteban, además de Óscar Trejo, que por un tema personal ha dejado su plaza al francés Charpenet.

Todo apunta a que Jaime estará bajo los palos y tendrá la oportunidad jugar. Leandro podría estar en el banquillo y Caballero en la grada. Además, no se descarta que Charpenet ocupe la plaza de Samuel en el centro de la defensa. El resto será el mismo equipo que jugó en Tarragona.