El consejero delegado del Elche, Juan Carlos Ramírez, reconoció ayer que existe malestar en el vestuario por las declaraciones que José Bordalás realizó tras el partido contra Las Palmas (4-1) ("parecía que un equipo se jugaba mucho y otro poco", dijo entonces en alusión al rendimiento del equipo). Ramírez no escondió ayer que las aguas bajan revueltas, pero advirtió de que está tratando de reconducir la situación para que la temporada acabe de la mejor forma posible. Luego, ya habrá tiempo para cerrar las heridas que se han abierto entre la plantilla y el técnico.

"Es verdad que existe un cierto malestar por ciertos comentarios del entrenador, que los jugadores creen que van en su contra. Personalmente, tras analizar esas declaraciones, no doy la importancia que ellos han querido dar. Nunca he pensado que iban contra la profesionalidad del grupo. Los futbolistas no lo creen así y están en su derecho de opinar. Si se sienten ofendidos se pide disculpas y se acabó. El citado malestar se le ha transmitido a Bordalás", reconoció el dirigente franjiverde.

Ramírez mantiene que "el Elche necesita a esta plantilla y a este técnico" y en ese sentido aclaró que va a "tratar de reconducir" la situación, "sin más". "No voy a cambiar al entrenador porque me lo pida la plantilla, ni voy a cambiar a la plantilla porque me lo solicite el técnico", advirtió el consejero delegado.

Destituir a Bordalás, que tiene un año más de contrato, costaría al Elche 360.000 euros, más los 70.000 que cobra su segundo, Javier Vidal. Mucho más costoso sería prescindir de los futbolistas que con contrato en vigor han mostrado su disconformidad con el preparador.

El consejero delegado del Elche aseguró que "en este final de temporada están sucediendo cosas de las que el primer sorprendido soy yo" y adelantó que para el año que viene se cuenta con todos los jugadores que tienen contrato, "porque son patrimonio del club". A esto último añadió: "También contamos con Pepe Bordalás, que será el capitán del barco. Gracias a la plantilla que tenemos, y a su entrenador, que vino en la séptima jornada, estamos donde estamos; de lo contrario lo habríamos pasado muy mal para mantener la categoría. Se ha hecho un trabajo excelente y no podemos mancharlo al final. Tenemos un gran entrenador que ha sabido sacar a esta plantilla el 120 por ciento. Los jugadores son unos grandes profesionales, he estado con ellos para bien o para mal".

"Ha habido una charla en el vestuario para limar asperezas y dejar claras las cosas, abordando la rumorología que se había instalado en la plantilla. No ha pasado nada y se ha montado un lío tremendo. Lo que más nos importa es la institución. Se reconducirá la situación. Nosotros sabemos la verdad de lo que está ocurriendo y no se puede transmitir. Lo que más nos importa es el Elche, no me mueve ni el interés de un jugador, ni el del entrenador".

A partir de ahí, Ramírez insistió en que "ni un entrenador, ni una plantilla, ni nadie va a imponer nada al Elche".

Ramírez trató de poner paños calientes a una situación que resulta complicada ya que no va a ser fácil arreglar la convivencia de un grupo donde la totalidad de los juga su despachopara dar a conocer su malestar con el entrenador. De momento, se pretende finalizar la temporada dignamente.