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La provincia cierra la campaña de cereales con 3.000 toneladas menos

Los cultivos han acusado el exceso de humedad y los hongos generados por las abundantes lluvias, contabilizándose pérdidas de un millón de euros

La provincia cierra la campaña de cereales con 3.000 toneladas menos

La provincia de Alicante está a punto de cerrar una campaña de cereales que, de nuevo, no ha respondido a las expectativas. El exceso de humedad y los consecuentes hongos generados por las abundantes lluvias han propiciado una reducción de la cosecha de cerca de 3.000 toneladas, lo que supone unas pérdidas económicas cercanas al millón de euros. Las zonas de montaña del interior, y, más en concreto, las pertenecientes a l'Alcoià y El Comtat, han sido las más afectadas.

El sector de los cereales de la provincia de Alicante viene encadenando una serie de campañas en que, por distintas razones, no se han podido alcanzar los rendimientos esperados. Primero fue el ciclo de la sequía, que dejó las cosechas en mínimos históricos, y después, con el regreso de las lluvias, diferentes fenómenos meteorológicos que han impedido que las excelentes perspectivas iniciales hayan llegado a cuajar. El ejemplo más cercano corresponde al año pasado, cuando las olas de calor registradas en el inicio del verano, justo cuando se iba a iniciar la recolección, propiciaron la pérdida de 3.600 toneladas.

El descenso de la producción no ha sido tan acusado en esta ocasión, aunque poco le ha faltado. Gonzalo Cots, agricultor de la comarca de El Comtat perteneciente a La Unió, explica que esta ha sido una campaña engañosa. «Las generosas lluvias registradas en invierno y también en el transcurso de la primavera podrían hacer pensar que han resultado beneficiosas para los cultivos. Pues bien, en algunos lugares ha sido así, pero en otros, en cambio, se ha registrado un exceso de humedad que ha provocado mucha afectación por hongos, lo que infecta a las hojas y propicia que se sequen, impidiendo el normal desarrollo de las espigas», lamenta este productor.

La incidencia ha sido irregular, dependiendo de los territorios. Así, mientras en la zona del Vinalopó incluso se han podido mejorar en algo los resultados del año pasado, en otros lugares como l'Alcoià y El Comtat la afectación de los hongos oscila entre el 20% y el 35%.

Según Cots, «ya en primavera se veía venir que la cosecha no iba a ser la esperada, y desafortunadamente los peores presagios se han acabado cumpliendo a la hora de la recolección».

La estimación es que la cosecha de la provincia, en su conjunto, se habrá reducido en cerca de 3.000 toneladas, lo que supone casi un 20% del total. Las pérdidas económicas, atendiendo a estos porcentajes, rondarán el millón de euros.

Cabe destacar que los principales cereales que se recolectan en la provincia son el trigo, la cebada, la avena y, ya a una mayor distancia, el maíz y los girasoles, entre otros.

Por otro lado, y como viene siendo habitual en los últimos años, los agricultores están extremando las precauciones con la finalidad de evitar incendios durante las tareas de recolección. Las normas que se deben cumplir, atendiendo a las recomendaciones de la Conselleria de Agricultura, pasan por priorizar las parcelas de menor riesgo en momentos de peligro de fuego, evitando las horas de máximo calor y teniendo en cuenta el nivel de preemergencia de cada jornada. También se debe revisar diariamente la maquinaria, protegiendo el tubo de escape para evitar chispas. Asimismo, se aconseja no apurar el corte hasta el suelo con la misma finalidad.

El parón de la caza por el confinamiento agudiza los daños de conejos y jabalíes

Los agricultores denuncian que los animales han tenido más facilidades para acercarse hasta los campos

El parón registrado por la caza como consecuencia del confinamiento por el coronavirus ha tenido también consecuencias sobre los cultivos de cereales. Y es que, según denuncian los agricultores, se ha detectado un incremento de los daños causados por conejos y jabalíes, que han encontrado más facilidades para acercarse a los campos y aprovisionarse de ellos.

Según explica Gonzalo Cots, «los jabalíes, sobre todo, han bajado más desde la sierra, tanto por la ausencia de actividad cinegética como también por el hecho de que la gente estaba confinada en sus casas, por lo que no tenían ningún temor a la hora de acercarse a los campos. Los destrozos, por este motivo, han sido más acusados».

Algo parecido ha sucedido con los conejos, aunque en este caso se trata de un tema que viene de lejos, sin que se haya logrado solucionar. «Es cierto que, a raíz de las exigencias formuladas por los agricultores y la propia Conselleria, la caza de estos animales se ha incrementado. Pero los cazadores siguen sin poner todo el empeño que deberían, y la evidencia es que seguimos sufriendo destrozos», señala Cots.

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