Resultado dispar para las dos principales firmas que forman parte del grupo Bonny, una de las mayores firmas hortofrutícolas de la provincia. Por un lado, Bonnysa Agroalimentaria logró incrementar un 2,9% su cifra de negocios, al pasar de los 62 a los 63,8 millones de euros, una mejora que desde la propia mercantil atribuyeron ayer al aumento registrado por esta sociedad en la comercialización de plátanos y también a la buena evolución de lo que denomina «línea de innovación», es decir, los productos elaborados que comercializa -como el tomate rallado, el salmorejo o la fruta cortada-, que suponen una de sus grandes apuestas de futuro.
Por el contrario, la facturación de SAT Bonnysa se redujo un 7,55%, desde los 77,1 hasta los 71,4 millones. Desde el grupo, recordaron que esta segunda firma está centrada en la comercialización de hortalizas, por lo que el negocio se vio «especialmente lastrado» por el aumento de la competencia que llega de terceros países. Una competencia que afectó en mayor medida al tomate, el principal producto de Bonny. Sin embargo, paradójicamente, esta última compañía mejoró sus resultados, de los 60.327 euros que ganó en 2018 a 173.183 en 2019; mientras que Bonnysa Agroalimentaria los redujo de 3,9 millones a 137.320 euros. En su conjunto, el grupo logró un beneficio de explotación consolidado de 944.000 euros, frente a los 2,4 millones del año anterior, y unas pérdidas consolidadas después de impuestos de 1.091.000 euros, frente al beneficio de 1,5 millones de 2018. Un resultado que los propios responsables de la firma vinculan en sus balances a las menores ganancias que generó la venta de activos que pactó para refinanciar su deuda con la banca y que en 2018 le reportó beneficios de 2,36 millones y en 2019 sólo 224.000 euros.
