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Batacazo histórico del mercado laboral: la provincia pierde 59.200 empleos

El parón de la actividad en el segundo trimestre afecta sobre todo a la industria, con 26.000 ocupados menos, y los servicios, con una caída de 21.200 personas

Un polígono industrial en la ciudad de Alcoy. juani ruz

Poco a poco, los indicadores oficiales empiezan a revelar la magnitud de la crisis económica derivada de la pandemia del covid-19. De acuerdo con la Encuesta de Población Activa que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), las medidas de confinamiento impuestas para frenar la enfermedad y el posterior desplome del consumo provocaron que en el segundo trimestre del año se destruyeran en la provincia 59.200 empleos. Es decir, desparecieron de un plumazo casi el 8% de todos los puestos de trabajo existentes, y eso sin tener en cuenta a los afectados por los ERTE, que oficialmente se contabilizan como ocupados.

Se trata de una caída histórica, tan solo comparable a la que se produjo en el primer trimestre de 2009, cuando en lo más duro de la anterior crisis se esfumaron 59.400 empleos en Alicante, pero con una importante diferencia: en el primer trimestre del año es habitual que desaparezcan varios miles de empleos, con la finalización de los contratos de temporada de las fiestas navideñas, mientras que entre abril y junio lo normal es que la contratación se dispare, por el inicio de la temporada turística. Así en los últimos años siempre se han creado entre 15.000 y 25.000 empleos en esta época del año.

En esta ocasión, sin embargo, el número de ocupados descendió desde los 760.800 del anterior trimestre hasta los 701.600, lo que supone el menor número de alicantinos con trabajo desde el año 2016. En otras palabras, el mercado laboral de la provincia ha retrocedido más de cuatro años en tan solo tres meses.

Récord de inactivos

Por su parte, el número oficial de parados que recoge la EPA pasó de 134.400 a 158.400, un aumento de 24.000 personas que no recoge la realidad del problema por una cuestión metodológica. El propio INE aclara que para que una persona pueda catalogarse como parado debe realizar una búsqueda activa de empleo en las semanas previas a ser encuestado, algo imposible con las empresas cerradas o en teletrabajo, y la población recluida. De esta forma, lo que ha ocurrido es que la mayoría de nuevos desocupados han pasado a engrosar la categoría de inactivos, donde se suman jubilados, estudiantes y todos aquellos que no tienen trabajo, pero se supone que tampoco lo quieren. Un colectivo que, lógicamente, se ha disparado en 38.900 personas, hasta alcanzar las 726.200, la mayor cifra de la serie histórica.

En cuanto a la evolución por sectores, frente a lo que se podría esperar, es la industria la que refleja la mayor caída de la ocupación en el segundo semestre del año en la provincia, al perder 26.000 empleos, frente a los 21.200 que se destruyeron en los servicios, donde se encuadra el sector turístico, que se mantiene como el más afectado por la crisis. Sin embargo, estos datos se explican, por un lado, porque los servicios fueron los primeros en ajustar sus plantillas con el decreto del estado de alarma, lo que provocó que ya la EPA del primer trimestre reflejara una caída de ocupación en este sector de casi 33.000 personas, mientras la industria o la construcción aún sumaron nuevos puestos de trabajo.

No obstante, la secretaria general de UGT en l'Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez, también recuerda que la pandemia ha provocado el retraso en el inicio de algunas campañas industriales en la provincia, como la del calzado o la del juguete, al tiempo que «el exceso de estocaje limita la demanda comercial de nuevos productos, lo que afecta directamente a los pedidos» que reciben las fábricas.

Por su parte, la construcción perdió 7.900 ocupados en este periodo, mientras que la agricultura registró 4.000 trabajadores menos.

En cuanto a la distribución por sexos, las mujeres vuelven a sufrir el mayor golpe, con 32.300 ocupadas menos, «lo que es significativo de la debilidad del empleo que ocupan, cuya precariedad facilita su expulsión del mercado de trabajo», según el responsable de Empleo de CC OO en l'Alacantí i les Marines, José María Ruiz Olmos. Tanto este sindicato como UGT destacan el importante efecto que han tenido los ERTE para atenuar la crisis y apelan al pacto firmado en la Mesa del Diálogo Social con empresarios y Consell como hoja de ruta para salir de la crisis.

Desde la patronal CEV lamentan que la pandemia ha golpeado de manera «más severa» a la Comunidad e insisten en la necesidad de poner en marcha «medidas fiscales y laborales que permitan preservar el tejido productivo y el empleo» a corto plazo, al tiempo que se inician las reformas para garantizar el crecimiento a medio y largo plazo.

Por su parte, el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, anunció que la Generalitat va a poner en marcha «nuevos programas de subvenciones para incentivar el trabajo en los sectores más resilientes». Es decir, en aquellos que han demostrado más capacidad de resistencia.

Más de un millón de puestos de trabajo destruidos en toda España

La pandemia del covid-19 y las estrictas medidas de confinamiento llevaron a la destrucción de 1.074.000 empleos en el segundo trimestre en todo el país, la peor cifra de la serie, y todo pese al paraguas de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) bajo el que estuvieron unos 3,4 millones de trabajadores. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el grueso de esta destrucción de empleo fue en el sector privado -fundamentalmente en los servicios, con 816.900 ocupados menos- y en el empleo temporal, con 671.900 puestos temporales destruidos en el trimestre, tres de cada cuatro. Una caída que, sin contar a los afectados por ERTE, dejó el total de ocupados en 18,6 millones, la menor cifra en los últimos cuatro años.

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