El sector turístico de la Costa Blanca empezó ayer a despertar muy tímidamente del letargo obligado en el que se ha mantenido en los últimos tres meses debido a la pandemia del covid-19. Cerca de un centenar de hoteles de la provincia, la mitad de ellos en Benidorm, reabrieron ayer sus puertas para recibir a los primeros turistas nacionales con una ocupación muy testimonial y, en algunos casos, con la misma cantidad de trabajadores que de clientes. Ofertas especiales en el precio de hasta el 50% y cancelaciones de última hora son el denominador común en los primeros días de esta temporada. Aunque el sector confía en que las primeras aperturas sirvan como efecto llamada para la llegada de nuevos turistas en la segunda quincena.
«El arranque está siendo muy flojo», reconocen fuentes de la patronal hotelera Hosbec, que ayer cifraron en poco más del 30 por ciento la media de ocupación prevista para los próximos días. No en vano, la apertura de fronteras con algunos países sigue sin traducirse en reservas de turistas extranjeros, mientras que el mercado interno todavía refleja «cierto miedo a viajar», muchos por la situación sanitaria y otros porque económicamente no pueden permitírselo: «A los autónomos el cierre de negocios les ha hecho polvo y a los empleados por cuenta ajena, los ERTEs», explica Javier Ramos, director del hotel Benidorm Plaza, todavía sin fecha de reapertura y cuyas reservas se están agrupando en el hotel Belroy, ambos en Benidorm y que son propiedad del Grupo Fuster.
La capital turística es el destino de la provincia con un mayor número de plazas operativas. Cerca de 50 de sus 140 hoteles han abierto sus puertas, lo que se traduce en unas 9.000 plazas hoteleras disponibles, la misma cifra que en toda la ciudad de Alicante. Sin embargo, la oferta sigue estando muy por debajo de la capacidad total de la ciudad, que supera las 40.000 camas de hotel y en una temporada normal rozaría niveles de ocupación del 90%.
«Nosotros abrimos hoy con cinco habitaciones reservadas y para el fin de semana la previsión es llegar a 12 si no pasa nada y no las cancelan a última hora», explica Jordi Guirado, director del Hotel Bilbaíno, que tiene un total de 40 habitaciones. Madrileños, manchegos, valencianos y turistas del norte de España son los que más reservas están realizando. Y lo mismo ocurre en otros establecimientos, como el resort de cabañas Robin Hood, el primero que Magic Costa Blanca ha reabierto en la ciudad y que, de los casi 1.800 clientes que puede alojar, para estos días tiene unos 500, poco más del 25% de su capacidad.
Grandes cadenas, como Magic Costa Blanca, Servigroup, Port Hotels -propiedad el presidente de Hosbec- o Med Playa, tan sólo abrirán en este arranque de la temporada un par de sus hoteles en Benidorm, mientras que establecimientos de gran formato, como el Gran Hotel Bali, continúan cerrados a la espera de que crezcan las reservas.
Para los primeros viajeros, por contra, esta situación es «fantástica»: «No hay aglomeraciones y vamos a poder disfrutar de Benidorm como nunca», afirman algunos de los que llegaron ayer a la ciudad.
«Deseábamos venir. No hay miedo pero sí precaución»
Viven en un pueblo de Cuenca y vienen varias veces al año a Benidorm. Este verano estrenan hotel porque el establecimiento donde se suelen hospedar en todos sus viajes todavía sigue sin fecha de reapertura prevista. Miguel y Brígida conocen la ciudad al dedillo y estaban esperando la ocasión para poder volver.
P ¿Por qué Benidorm?
R Venimos aquí varias veces al año y nos gusta mucho estar cerquita de la playa y alojarnos en hoteles pequeños por la comodidad y el trato, aunque a veces esta ciudad sea un poco odisea por que siempre te encuentras con alguna obra.
P ¿Tienen miedo de poder contagiarse de coronavirus
R Los hoteles están tomando muchas medidas y la gente no se puede relajar. Más que miedo, que no tenemos, hay que tener precaución y seguir las normas, por uno mismo y por los demás.
«Si hay que ir a la playa con mascarilla, se lleva y ya está»
Javier y Loli, una pareja de madrileños que ayer inició sus vacaciones en Benidorm, vienen de una de las ciudades más golpeadas por el covid-19. Aún así, lo hacen «sin miedo, pero con mucha prudencia» y conscientes de que «todos tenemos que ser responsables» para evitar rebrotes.
P¿Por qué han elegido esta fecha para salir de vacaciones?
R Hubiésemos venido antes pero hemos tenido que esperar un poco por toda esta situación. Queríamos venir pronto, pensando que más adelante puede estar todo más masificado y ser peor.
P ¿Cómo afrontan sus vacaciones en una situación tan atípica como ésta?
R Esto nos ha torcido un poco a todos la vida, pero hay que ser responsables. Si tenemos que ir con mascarilla a la playa, pues hay que llevarla y ya está. A nosotros nos gusta mucho ir a bailar y sabemos que este año va a ser imposible, pero aún así esperamos pasarlo bien.
