Los ejercicios, es el tiempo que el Gobierno se prolongará la recuperación económica tras el descalabro provocado por la pandemia. Según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la reactivación comenzará en España en el último trimestre de este año y "al final de la presente Legislatura estaremos en una situación mejor que la que nos deja la pandemia". ¿Es una visión optimista? El informe "El camino de la recuperación de la industria de Consumo", elaborado por Deloitte, considera que sí y sitúa el inicio de esa ascensión un poco más lejos, en el cuarto trimestre del año. Según el análisis, los primeros impactos económicos de la Covid-19 dejan entrever una crisis diferente a las vividas con anterioridad en la que el ICC (Índice de Confianza del Consumidor) sufriría las mayores caídas mensuales históricas. Además, queda reflejado el gran peso y evolución del e-commerce sobre el total del consumo y la importancia que tendrá este en la recuperación si se mantiene la tendencia actual, en la que tan solo durante el pasado mes de marzo pasó de representar el 28% a situarse en el 74%.

Y es que no cabe duda de que el mazazo para los mercados ha sido tremendamente brusco (si lo comparamos con el ritmo de caída de la última crisis) por lo que no es difícil suponer que la recuperación se hará más costosa y el desempleo más duradero y complicado de solventar. Y es que se han perdido meses de producción y ventas de muchísimas empresas y el ejercicio de puesta en marcha de la economía se vaticina duro. El FMI va todavía más allá y en sus previsiones para España augura una caída del 12,8% basada sobre todo en los pésimos datos de la actividad económica más importante del país: el turismo.

Este estudio, que recoge datos de 18 grandes economías, nos coloca a la cabeza del hundimiento mundial y solo por detrás de Japón, Sudáfrica y EEUU en lo que respecta al déficit. No cabe duda de que tanto el déficit como el desempleo van a lastrar la cuenta de resultados del país y las ayudas podrían ser insuficientes para una cobertura adecuada. Quizá por estos motivos, para el FMI, la recuperación española sería lenta, con valores en torno a un crecimiento del 6,3% del PIB en 2021. Desde Datadista, expertos en investigación y datos, la periodista Ana Tudela augura una segunda vertiente del impacto económico de la pandemia: "es hasta dónde pueden resistir las costuras de las cuentas públicas. La deuda parece que todo lo aguanta, cuando el mercado la compra tan barata, y la española tiene una estructura a muy largo plazo. Sin embargo, la hipoteca para las generaciones futuras va a ser enorme. Ahora Europa tiene que demostrar si ayuda a los estados miembros más afectados con préstamos, pero también con dinero a fondo perdido, con condicionalidad dura como en la crisis financiera que estalló en 2008 o sin ella. De todo eso dependerá el impacto en la economía a largo plazo y probablemente también la viabilidad del proyecto europeo, que ya produjo un enorme desencanto y fue el caldo de cultivo de los extremismos tras la crisis anterior".

¿Una recuperación en V en U y en L?

El jefe del Ejecutivo en comparecencia ratificó la previsión del Gobierno, ya comunicada a Bruselas, de que la economía española se anotará una "brusca caída de más del 9%" este año 2020. No obstante, en cuanto a la recuperación, aseguró que la previsión para el país, "al igual que en la UE, es que sea en forma de 'V'", aunque reconoció que "no será simétrica en todos los territorios". En estas fechas en las que todavía no tenemos claro cuándo se producirá la ex tinción del virus, si habrá rebrotes o llegará una vacuna, parece complicado acertar con el valor porcentual de la caída a final de año, y la incertidumbre y volatilidad de los mercados no hacen si no ayudar a que los datos no sean mas halagüeños. La recuperación en 'V' que se prevé para la UE obedece al esquema de 'parón brusco-caída extrema-recuperación igualmente rápida'.

Por otra parte, los expertos predicen que el escenario para una apertura económica más amplia, sin baches que se alarguen en el tiempo sería la recuperación en forma de 'U', a pesar de que los indicadores económicos tarden más en volver a los niveles previos a la crisis. ¿Las previsiones más pesimistas? Las que se asocian a la llamada recuperación en forma de 'L', en la que los valores ascienden de manera tan lenta que es considerada como un periodo de depresión y puede durar varios años. En Datadista apuntan a una cuarta manera de recuperar la economía como opción probable: "Me parece más atinada la imagen que da el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, de un chart con forma de una especie de lámpara de aceite o algo parecido al logo de Nike, como han dicho algunos. Ahora, la recuperación no pasa por la inmediata vuelta a la normalidad. No vivimos en la España de antes del confinamiento. Hay medidas, restricciones y mucha incertidumbre, que es un pésimo aliado del consumo. Y mucha gente que ha quedado en desempleo o sigue en un ERTE que puede acabar en un ERE. Todo eso hará que incluso en el mejor de los casos la recuperación sea a un ritmo mucho más suave que la caída".

La importancia de mantener la confianza del consumidor en cada uno de los sectores

Como ya hemos adelantado, el ejercicio de puesta en marcha de nuestra economía se vaticina duro y pasa por un endeudamiento del estado para lograr esa movilización y, sobre todo, por una concienciación social para reanudar el gasto del individuo que active las demanda y las ventas.

Para Fernando Pasamón, líder global de consultoría en el sector retail, "la recuperación de los sectores estará marcada por los hitos sanitarios y económicos, la movilidad y la confianza del consumidor". Si ponemos el foco en el sector alimentario, crecerá con fuerza por el acopio previo al confinamiento y sufrirá un impacto a la baja en Navidad, debido a la austeridad y al más que probable gasto reducido de las familias. El mismo impacto y por el mismo motivo lo sufrirá el sector retail que, además, durante el confinamiento, basó su modelo de negocio exclusivamente en la venta online. La restauración ha visto un filón y se salva gracias mayoritariamente al servicio a domicilio.

La vuelta progresiva a los puestos de trabajo marcará una recuperación en la que se prevé que se impongan las cadenas de comida rápida y los bares frente a los restaurantes. En cuanto al turismo, Pasamón considera que "la recuperación de este sector vendrá marcada también por la reapertura de los corredores turísticos y la implantación de protocolos higiénicos que den confianza al consumidor. La evolución será del -95% en abril al -55% en diciembre (vs. 2019)". Y parece del todo probable que los turistas que tradicionalmente elegían destinos en el extranjero en esta campaña opten por elegir destinos nacionales. El sector del automóvil, uno de los que más dañados han resultado durante la pandemia con una caída del 97% durante el mes de abril, es tará marcado por las ofertas y favorecido por el decreciente uso del transporte público por miedo al contagio. Las farmacias han sido las grandes reforzadas de la crisis, con un importante cambio que se mantendrá estructural. Y es que durante el confinamiento han sido utilizadas casi como centros de salud por parte de los ciudadanos lo que en cifras se traduce en un crecimiento por encima del año pasado, entre un 2% y un 3% aproximadamente. Las claves de la nueva economía Los expertos lo tienen claro: para salir de esta tenemos que contar con todas las herramientas que impulsen el consumo y la vuelta a la actividad. Así como ampliar los campos de acción de muchas empresas para ir en consonancia con el interés del consumidor (salud, farmacia, seguros, tecnología, alimentación...). ¿Y qué es mejor que evitemos? "No deberíamos centrarnos en los monocultivos del ladrillo, la playa y el sol y sí pensar a futuro porque la economía venía herida desde antes de la pandemia. De momento, además, no parece que la receta vaya a ser todo lo innovadora que debería. Hemos leído a la presidenta del primer banco español recomendar ladrillo, turismo y avales públicos para la banca. Estamos viendo al Gobierno incentivar la compra de vehículos contaminantes. Estamos achicando agua. Eso igual sirve a corto plazo, pero eso no sana la economía."; explica Ana Tudela. Según Deloitte, las compañías deben dotarse de mecanismos de gobierno y de gestión que ayuden a anticipar y gestionar crisis futuras (sanitarías o de otro tipo) que se caractericen por la velocidad, profundidad y por el origen externo a las dinámicas habituales y competitivas de los mercados.

Para la consultora es de vital importancia garantizar la continuidad de las operaciones hoy (reducción costes...) así como preservar las inversiones necesarias en 2020 que nos permitan defender la competitividad y capturar las oportunidades que pueda traer la crisis. A estas alturas no cabe duda de que el comportamiento de los consumidores va a cambiar y de que esto será clave en esa nueva economía. Algunos de estos cambios serán puntuales y volverán a su estado original en los próximos meses, pero otros serán estructurales. El crecimiento del e-commerce o la proliferación de apps (de cocina, de entrenamiento...) parece que han llegado para quedarse. En todo caso, afectarán a los modelos de negocio de las compañías, que no tendrán más remedio que adaptarse e intentar anticiparse a dichos cambios para no perecer por el camino.