El negocio de la venta de viviendas a extranjeros, que supone uno de los pilares del mercado inmobiliario alicantino, cayó con fuerza durante el primer trimestre del año, casi a modo de anticipo de lo que sucedería poco después, cuando la crisis del covid-19 prácticamente paralizó todas las operaciones. La culminación del proceso del Brexit, con las repercusiones que tuvo sobre los posibles compradores del Reino Unido, y la mala marcha de algunos mercados tradicionales, como Suecia o Noruega, se combinaron con los efectos de las primeras semanas del confinamiento para provocar un descenso de casi un 18% en el número de compraventas que se formalizaron.
En concreto, frente a las 5.321 operaciones de 2019, entre enero y marzo de este año se escrituraron en la provincia de Alicante 4.369 compraventas de viviendas por parte de ciudadanos extranjeros, según los datos del Colegio Notarial de València, que advierte de que el retraso en las notificaciones puede variar ligeramente estas cifras. En cualquier caso, un descenso más que notable, que traducido a dinero contante y sonante supuso una pérdida de más de 100 millones de euros -alrededor de 115 millones, para ser exactos- en el volumen de negocio generado por esta actividad.
Tanto los notarios como los promotores alicantinos reconocen que esta caída es sólo la punta del iceberg y que las cifras del segundo trimestre reflejarán retrocesos superiores al 80% que, eso sí, confían en que irán recuperándose en los próximos meses.
De momento, de los datos del primer trimestre, una de las evoluciones más preocupantes es la que refleja el mercado británico, que cayó un 24,3%, al pasar de 1.037 a 785 operaciones, como consecuencia de la incertidumbre que se instaló entre estos ciudadanos ante la salida definitiva del Reino Unido de la UE, que ya había provocado descensos considerables durante el ejercicio anterior. Del mismo modo, también se contrajeron un 28,5% las ventas a ciudadanos noruegos (compraron 175 casas en la Costa Blanca frente a las 245 de un año atrás); y un 25,9% las operaciones protagonizadas por suecos (353 viviendas compradas frente a 425 del primer trimestre de 2019). En estos casos, desde Provia atribuyen esta cifras, además de al covid, a la mala evolución de sus respectivas divisas con respecto al euro, que encarece las compras que realizan en la provincia, y a su propia evolución económica. También retrocedieron un 25,9% las ventas a rusos y bastante menos, alrededor de un 6,5%, las registradas entre compradores franceses.
En el lado opuesto, lograron mantener el tipo o registrar caídas mínimas el mercado belga (544 operaciones, un 1,8% más), el holandés (242 compraventas, un 1,6% menos) o el alemán (294 escrituras, un 1,3% más), aunque en estos casos, en realidad, lo que ocurrió fue que se truncó la buena marcha que llevaban.
Recuperación
El vicedecano del Colegio Notarial de València, el alicantino Delfín Martínez, señala que las cifras del primer trimestre se quedan cortas, con respecto a la paralización que se registró a partir de abril, pero también se muestra convencido de que los números empezarán a recuperarse en la última parte del año. Eso sí, ve difícil que se alcancen los volúmenes de los últimos ejercicios mientras siga la incertidumbre sobre la pandemia, y señala que las perspectivas en el mercado nacional son bastante más pesimistas, ante la «economía de guerra» que se ha instalado en muchas familias a raíz de la crisis derivada del covid-19. De hecho, en el primer trimestre las compras de viviendas de españoles en Alicante cayeron bastante más que la de los extranjeros, alrededor de un 31%.
Por su parte el presidente de Provia, Antonio Fernández, asegura que, tras la parálisis de abril y mayo, los promotores han detectado que ha vuelto el interés de los extranjeros por comprar segundas residencias en la Costa Blanca, como se aprecia en las consultas que reciben y las visitas a sus webs. Un interés que confían en que se traduzca en la vuelta de la ventas en los próximos meses.
