El Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca) celebró ayer su asamblea anual por vía telemática. En la reunión se hizo un análisis general de la situación económica, laboral y social generada por la crisis del coronavirus en la provincia. Su presidente, Rafael Ballester, advirtió de que la pandemia del covid «nos ha golpeado duramente y seguirá haciéndolo durante los próximos meses, pues no se trata de una pandemia solo sanitaria, sino económica y social». Para el empresario, es una «tormenta perfecta», cuyos efectos aún se tardarán en conocer en toda su extensión.
Si en estos meses de confinamiento, y ahora en la desescalada, los ciudadanos «han realizado un gran esfuerzo», para Ballester esta actitud de la población contrasta con la imagen «dada por nuestros representantes públicos en Madrid, que no ha sido ni es la más edificante». E insistió en su crítica anticipando que «esto no lo van a resolver unidos, por lo que parece deducirse de su actividad diaria». Ante este escenario que, a su juicio, no parece que vaya a cambiar, su propuesta de unidad de acción para salir de esta crisis considera que debe hacerse «a distintas escalas», aludiendo al ámbito territorial, más cercano y con «más permeabilidad y empatía».
En este sentido, contrapone los choques de los grupos políticos en el Congreso con la actitud de consenso que se ha registrado en plena pandemia en la provincia y en la Comunidad, «aun con sus errores y aciertos». Para el líder de Ineca, en los territorios más cercanos se ha asistido a acuerdos y consensos «que nos hacen confiar en el liderazgo basado en intereses compartidos». Y es aquí, en este contexto, donde resaltó el valor del asociacionismo empresarial en particular, así como el papel «ejemplar» ejercido por la patronal autonómica y provincial (CEV, aunque sin citarla expresamente) en materia de consenso y diálogo social, pese a la compleja situación.
La unión empresarial
A juicio de Rafael Ballester, esta especie de «comunión» entre las asociaciones empresariales y las organizaciones patronales que les representan se debe al «esfuerzo y generosidad de los últimos años, que facilitó una unidad de acción empresarial sin la cual esta travesía sería seguramente más penosa para todos». Ballester aludió a un periodo de tensión en el empresariado alicantino en los últimos momentos de la anterior patronal provincial y su rechazo a integrarse en la estructura diseñada por la nueva patronal autonómica CEV. Incluso cuando Coepa fue a la liquidación, aún persistieron las resistencias porque la entidad que se considera heredera de la organización alicantina (Uepal), formada por una parte de antiguos socios, también se resistió a su incorporación a la CEV. Al final lo hizo, pero su entrada no supuso un total acercamiento de posturas.
Al margen de ello, en la coyuntura económica actual, Ineca plantea que para salir de la crisis hacen falta inversiones públicas «de forma inteligente para apuntalar un sistema económico que garantice el Estado del bienestar».
Por otra parte, la asamblea de Ineca dio la bienvenida como nuevos socios a José Ramón García, de Cainur; Joaquín Garrido, de Clavei; y a Rafael Martínez-Campillo, de MCR Urbanistas.
