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Cuenca: «Este año es fantástico para viajar. Va a haber mejores ofertas y unos hoteles más exclusivos»

La crisis del covid-19 se ha ensañado especialmente con el sector hotelero

Javier García Cuenca en el Parque Vacacional Magic Robin Hood, en l'Alfàs. david revenga

P La previsión de Hosbec es que este verano se pueda llegar al 50% de ocupación hotelera. ¿Permitirían esas cifras salvar los muebles?

R Si entendemos salvar los muebles como rescatar al máximo de personas del ERTE y reiniciar la actividad, podríamos decir que sí. Lógicamente, la rentabilidad de las empresas se va a ver muy mermada, pero creemos que en el mes agosto, y especialmente en septiembre y octubre, si la evolución del virus sigue siendo positiva, quizás podrían superarse esas cifras de ocupación.

P ¿Y qué previsiones manejan en Magic Costa Blanca

R Va ser un inicio difícil de temporada, y estaremos cerca de las previsiones que hemos dado desde Hosbec, pero confiamos en estar por encima en agosto. Podemos llegar a un 70% en agosto, y en septiembre y octubre seguir más o menos en esa línea. De todos modos, no creo que se vayan a poder abrir todos los hoteles. En general, aproximadamente abrirá entre un 50% y un 60% de la planta hotelera de promedio. Además, todo va a depender de cuándo se abra el espacio aéreo internacional, no sólo en España, también en el Reino Unido, que es el principal cliente de la Costa Blanca y de la Comunidad Valenciana, y que tiene que mejorar sus cifras para poder venir con seguridad. En función de eso, el verano será mejor o peor, pero, en cualquier caso, va a ser muy diferente.

P ¿Puede acabar consiguiendo el covid-19

R Estábamos todos muy asustados, y la verdad es que ni nos enteramos que hubo Brexit. En nuestro caso, por ejemplo, teníamos un 20% más de reservas del mercado británico antes de que apareciese el covid en nuestras vidas. Claro, el covid ha marcado un antes y un después, y, lamentablemente, España va a estar preparada antes para recibir a los turistas que el Reino Unido para enviarlos. Igual puede venir algún vuelo antes, pero no confiamos en que llegue una cifra relevante antes de mitad de julio.

P ¿De qué va a depender que un hotel abra o siga cerrado?

R Hay destinos en la Comunidad y en la Costa Blanca que dependen más del mercado nacional y, lógicamente, tienen una ventaja de partida, porque el turista nacional es el primero que se espera que viaje. Nuestros destinos tienen la ventaja de que te puedes desplazar en coche. Probablemente, Baleares o Canarias sean destinos que se vean más perjudicados, porque el miedo a coger el avión todavía es importante. Luego, aquellos hoteles que tradicionalmente han trabajado con el mercado nacional parten con más ventaja si cabe respecto a otros más internacionalizados o que trabajan más con el público británico, de Portugal, o de otros países.

P Hasta el 1 de julio no se abrirán las fronteras. Sin embargo, con el cambio a la fase 3, se levantarán las restricciones entre las tres provincias, y Puig plantea recuperar la movilidad con Murcia y Baleares. ¿Qué efectos puede tener eso?

R Es una medida positiva que agradecemos, pero va a tener más impacto en la hostelería, en los bares y en la restauración, que realmente en los hoteles. No esperamos que haya apertura de hoteles hasta que termine la fase 3 y comience la nueva normalidad, a partir del 21 de junio. Ahora mismo, el porcentaje de la planta hotelera que está operativo es ínfimo y hasta el 21 de junio no abrirá una tercera parte.

P Baleares podrá recibir este lunes a turistas extranjeros dentro de un plan piloto. ¿Habríamos necesitado una iniciativa similar?

R El plan de Baleares es un plan positivo, porque permite a la industria hotelera y a toda la cadena de valor turística adaptarse a este nuevo escenario. Las pruebas piloto siempre son favorables. En Baleares han tenido una incidencia algo inferior del virus y también han sido los escogidos por el Gobierno. Para la Comunidad, también hubiese sido positivo y lo habríamos agradecido.

P ¿Cómo serán los hoteles a partir del 21 de junio?

R Este año es fantástico para viajar, porque se van a encontrar mejores ofertas y con unos hoteles más exclusivos que nunca. En nuestra cadena y, en general, en el sector no se van a vender el 100% de las plazas. Para adaptarnos y permitir la distancia social dentro del establecimiento, se va a llegar al 50%, al 60% ó al 70%, dependiendo de las zonas comunes. Por tanto, va a ser un verano en el que el cliente va a poder disfrutar de más espacio, más exclusividad y mejor servicio a un precio muy competitivo.

P Y, con esas limitaciones, ¿de dónde ajustan las empresas?

R Los márgenes y la rentabilidad no van a ser los de un verano normal. Estamos hablando de salvar la temporada, de salvar a nuestros empleados y que vuelvan de los ERTE, y de salvar también las finanzas públicas, recuperando a los trabajadores del ERTE. No nos planteamos salvar la rentabilidad, que va a ser muy escasa o prácticamente nula.

P ¿Pueden caer más los precios?

R Los niveles de precios están ya en los límites, porque el mercado ha estado muy parado hasta que el Gobierno anunció que se iba a poder viajar en España, y lo que estamos viendo ahora es ligeros repuntes, pero, evidentemente, va a ser una temporada con precios menores.

P Otros destinos españoles que eran inaccesibles para el turista español por precio o por el nivel de reservas este año podrían ser más asequibles. ¿Les preocupa?

R No nos preocupa, porque ya hemos competido en todos los entornos, de crisis y bonanza, y con todos los destinos, y la Comunidad y, especialmente, la Costa Blanca y Benidorm se han visto beneficiadas porque tienen una relación calidad-precio muy alta. El sector turístico ayudó mucho a salida de la crisis en nuestra zona, y, en ese momento, estaba compitiendo con otros destinos que bajaron mucho los precios. Somos más resilientes que otros destinos. Además, el problema de las islas es el transporte. Es más sencillo hacer un viaje en estos momentos en coche a la Costa Blanca que hacerlo a Baleares, donde los precios tampoco han bajado mucho.

P Por otra parte, están los apartamentos turísticos, que parece que parten con cierta ventaja...

R El apartamento turístico es un modelo más. Todos los apartamentos que son legales y contribuyen a nuestro estado del bienestar son bienvenidos. El problema es la oferta ilegal, y, en estos momentos, el consumidor debe llevar más cuidado que nunca, porque no son empresas que vayan a cumplir con todos los protocolos sanitarios y de desinfección. Por tanto, el cliente va a apostar más por marcas y empresas profesionales que le permitan estar en una estancia segura.

P Los pasaportes sanitarios tienen defensores y detractores. ¿De qué parte se sitúa usted?

R Estoy claramente a favor del pasaporte sanitario. Creo que debemos limitar parte de nuestra libertad por el bien de los demás, y que todos tenemos derechos y obligaciones, y nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás. Por eso, tanto el pasaporte sanitario como renunciar a una parte de nuestra privacidad para trazar los contagios y ayudar a contener el virus es muy positivo. Corea del Sur, que es el gran ejemplo, ha sido capaz de contener el virus sin decretar un cierre de toda su actividad productiva gracias a que los ciudadanos, a través de sus móviles, han cedido parte de su privacidad. Eso ha permitido monitorizar el virus y tomar acciones muy puntuales, en lugar de acciones tan globales y que tanto daño están haciendo a la economía, al empleo y a la vida de las personas.

P Se habla de subvencionar el alojamiento de los sanitarios que viajen a la Comunidad, e incluso Hosbec se ha ofrecido a asumir los costes. ¿Puede parar eso el choque?

R Los hoteleros vamos a tener que hacer un esfuerzo. Todas las familias se han visto afectadas por un ERTE, o por el cierre de su actividad, o por una disminución de la demanda en su sector. Por tanto, tenemos que estar a la altura y, además, dedicarle algo más que un aplauso a esas personas que han sido esenciales y que han estado en primera línea para defendernos del virus mientras los demás nos hemos quedado en casa. De hecho, ya estamos ofreciendo descuentos a todas las personas que han sido esenciales en esta crisis, en nuestro caso, de hasta el 20%, y el sector público también lo debería hacer. Este año no tendremos Imserso porque, hasta que no haya una vacuna o un tratamiento, sus usuarios son personas de riesgo. Eso puede hacer que haya hoteles que cierren y muchas personas se queden en desempleo, y este programa bien se podría sustituir por otro, como ha hecho Italia, con cheques de vacaciones para las personas que han sido esenciales. Incluso sería rentable para el Estado, porque recaudaría más que lo que le cuesta.

P ¿Debemos repensar nuestro modelo turístico de masas?

R La democratización del turismo ha hecho que millones de personas que no podían permitirse unas vacaciones se las puedan permitir, y que muchas personas puedan acceder a puestos de trabajo. El covid es una pausa, pero debemos recuperar nuestras vidas y nuestros derechos, porque las vacaciones son un derecho y no un privilegio.

P ¿Cómo se explican críticas como las del ministro Alberto Garzón o de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra?

R Todos nos equivocamos en esta vida, y ellos, no sé si por desconocimiento o por qué razón, han cometido un error. Si hay un sector en nuestro país que es el número uno en el mundo, reconocido por el Foro Económico Mundial, es el turístico. Entonces, echar piedras sobre el sector más competitivo y en el que hay millones de personas trabajando para hacer felices a otras personas no parece muy acertado.

P Sin embargo, lo cierto es que al sector turístico siempre se le acusa de precariedad y sueldos bajos...

R Hay estudios que indican que en nuestro sector el precio por hora que se paga está entre un 5% y un 10% por encima de la media de otros sectores en España. Además, en la misma categoría, porque los colectivos de cocina o limpieza no sólo trabajan para los hoteles, también para hostelería o caterings, por ejemplo, pagamos un 10% más. Por último, España es el tercer país de Europa que más paga por hora en el sector turístico, más que en Alemania y Reino Unido, donde el nivel de vida es más alto. Por tanto, hablan los hechos y no las etiquetas que se le ponen al sector inmerecidamente.

P ¿Qué va a ocurrir con los trabajadores a partir de ahora?

R Ésa es una de las mayores preocupaciones. Hay zonas en nuestro país y, en concreto, en la Costa Blanca, con ciudades como Benidorm, o en Baleares y Canarias, donde no hay monocultivo, pero casi. Vivimos del turismo y va a ser un año muy duro. Venceremos el virus, pero, para que no se destruya todo el sector y para que los trabajadores no lo pasen mal, necesitamos un plan especial, como han hecho los países de nuestro entorno, entre ellos, Francia o Italia.

P Sin embargo, la prolongación de los ERTE no acaba de llegar. ¿Por qué?

R No sabría explicar por qué, pero sí echamos mucho de menos un plan sectorial para el sector turístico, y los ERTE son fundamentales para que las personas no pierdan su empleo y puedan pasar de la forma más digna posible el año que vamos a tener por delante. Las empresas ahora están con ingresos cero, y vamos a tener ingresos muy reducidos este verano, con precios más bajos y menos ocupación. Necesitamos que el Estado ayude a estas personas y que no tengan que ser despedidas por algo de lo que no son responsables ni los trabajadores ni las empresas.

P Y, más allá de los ERTE, ¿por dónde debería ir ese plan?

R En otros países como Italia se han dado moratorias para hipotecas, y también Francia ha ayudado, a través de las entidades financieras, al sector turístico. Tiene que haber una moratoria para los préstamos, pero sin computarle a la banca como morosidad, y tiene que haber una apuesta por los destinos, con inversiones en infraestructuras y en mejora de la competitividad, para poder competir con otros países que, directamente, van a subvencionar al turismo. Para competir no necesitamos que se subvencione nada, pero sí un plan integral que aborde temas laborales, financieros y de competitividad del destino.

P Su sector ha sido de los más beligerantes con el Gobierno central. ¿Qué ha fallado?

R Creemos que la situación y el sector merecen una respuesta acorde a lo que aporta el turismo. En ese sentido, hemos sido muy exigentes porque también debemos ser consecuentes. Si no hay una ayuda por parte del Gobierno, se van destruir muchos empleos y mucho tejido productivo. Es verdad que el Gobierno no lo ha tenido nada fácil, porque esto es un hecho inédito en nuestra historia reciente, pero el fallo principal es no tener ya un plan integral de reconstrucción de nuestro sector. De todos modos, soy optimista y creo que ese plan va a llegar.

«La parcelación ofrece una protección y permite disfrutar la playa como nunca»

El sector encara el peor verano al que se podía enfrentar, pero Javier García Cuenca cree que, a medio plazo, la marca España puede salir fortalecida respecto a otros competidores

P ¿La parcelación de playas es un incentivo o puede frenar a la gente a la hora de desplazarse al litoral?

R Quizás en un primer momento puede frenar a la gente a viajar, pero, una vez que se implante y nos acostumbremos, va a mejorar la experiencia. En la playa de Levante de Benidorm, ¿quién podría pensar que iba a tener 16 metros cuadrados para sí? Te están protegiendo gracias a una distancia social y vas a poder disfrutar la playa como nunca, además, teniendo en cuenta que este año va a haber menos turismo.

P Tras la emergencia sanitaria, ¿puede acabar saliendo mal parada la marca España?

R No creo que se vaya a ver perjudicada la marca España, porque es un problema global y ha afectado a todos los países. Al contrario, la marca España, a medio plazo, va a salir favorecida, porque, si el virus continúa mucho tiempo, nuestros destinos competidores tienen peor sanidad que España. Además, los europeos van a querer hacer viajes más cortos y a sitios en los que se sienten más seguros. Alemania, por ejemplo, ha extendido hasta el 31 de agosto la recomendación de no viajar a países de fuera de la Unión Europea.

P ¿Por dónde pasa la nueva normalidad?

R Vamos a tener un sector con menos clientes, con hoteles más exclusivos, con mejores servicios, con una experiencia vacacional mejor y con mejores precios, pero con menos rentabilidad para las empresas.

P ¿Cómo será el turismo en la era poscoronavirus?

R Todo va a depender de la duración de la pandemia. Si dura poco, por lo que se ve en las calles, la gente va a recuperar pronto su forma de vida. De hecho, todos queremos recuperar la forma en la que vivíamos antes, el contacto social. Si es así, veremos un sector que se recupera en V, como ha demostrado en otras ocasiones, y que puede ser un tractor de la economía importante. En la anterior crisis el turismo ya demostró su resiliencia y fue uno de los sectores que sacaron al país antes de la crisis. Ahora veo a este sector haciendo lo mismo.

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