Ante el Día Mundial del Medio Ambiente, la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT) considera de interés abordar su significado desde una doble vertiente. Por una parte, la necesidad de que todos los ciudadanos sean conscientes de la importancia del agua, como recurso natural, como elemento esencial para la vida y para la salud pública, como se está viendo en esta crisis sanitaria.

Desde el primer momento de la pandemia, el abastecimiento del agua se ha considerado como servicio esencial para garantizar la disponibilidad de este recurso a toda la sociedad. Otra cuestión es la necesidad de avanzar en la senda de la sostenibilidad, contemplando en su conjunto el complejo sistema que permite abastecer a 80 ayuntamientos.

Los esfuerzos de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT) se focalizan en ganar en eficiencia y versatilidad de todo el sistema. Se han construido diversas infraestructuras que permiten la interconexión reversible de recursos de unas zonas a otras, lo cual ha implicado que, de un sistema ramificado original, donde el agua presentaba un único camino partiendo de la cabecera del río Taibilla, se haya pasado a un sistema en gran parte mallado, que permite una gran versatilidad, pudiendo llevar el agua desalada a una parte importante de la población abastecida por la MCT.

Otro elemento clave es la energía. Están desarrollando el Plan Estratégico para la optimización energética y disminución de la huella de carbono en las instalaciones de la MCT. El objetivo es conseguir en 2030 una reducción de emisiones de CO2 del 84% en todo el sistema de explotación, excluyendo las infraestructuras de desalación.

Su reto a más largo plazo, en sintonía con el proyecto de ley de cambio climático y transición energética que el MITECO ha remitido al Congreso de los Diputados, es reducir considerablemente el consumo energético de la desalación y avanzar en la optimización de las instalaciones, porque es un recurso clave para dar seguridad hídrica al Sureste de este país.