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CORONAVIRUS

Crisis del coronavirus: El coste del rescate de los trabajadores de los ERTE frena las reaperturas

Los hoteles, el comercio o la hostelería advierten de que a muchos negocios no les sale rentable recuperar a parte de la plantilla al tener que abonar un porcentaje de las cotizaciones del resto

Bares cerrados en la conocida como «zona guiri» de Benidorm. david revenga

La regulación de la prórroga de los ERTE por fuerza mayor derivados del covid-19 sigue trayendo de cabeza a muchas empresas, sobre todo del sector turístico, que ya mostró su malestar por las condiciones del acuerdo alcanzado por la CEOE con el Gobierno y los sindicatos para prolongar esta medida. Así, la patronal hotelera de Benidorm (Hosbec), la de hostelería (Apeha) o la del comercio (Facpyme) alertan de que muchos negocios están optando por permanecer cerrados para evitar los elevados costes que supone, en términos de cotizaciones a la Seguridad Social, una reapertura parcial de sus locales.

El principal problema estriba en que, en el momento en que los empresarios deciden recuperar a una parte de la plantilla -aunque sólo sea un trabajador-, deben empezar a pagar también una parte de las cotizaciones del resto de empleados, o un porcentaje mayor del que ya pagaban, si se trata de firmas de más de 50 empleados. De hecho, abonarán más por los trabajadores que sigan de baja que por aquellos que reincorporen. Una medida pensada para incentivar que los negocios recuperen rápidamente el mayor volumen de personal posible, pero que en la práctica supone una carga que muchas compañías no pueden asumir todavía, en las condiciones actuales del mercado.

«No tiene ningún sentido. Hay pequeñas cadenas de tiendas que no han querido abrir porque les supondría perder dinero», señala el secretario general de Facpyme, Francisco Rovira. «Hay mucha gente que no tiene claro qué hacer porque no le salen las cuentas y no hay forma de tener por escrito un criterio claro», apuntan desde la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería. «Para los hoteles supone un 'problemón' porque algunos recuperarían a una parte pequeña de la plantilla para preparar los establecimientos de cara a la reapertura, pero no pueden hacerlo si tienen que pagar también por los que siguen de baja», apunta la secretaria general de Hosbec, Nuria Montes, que recuerda que desde la Confederación Española de Hoteles ya han pedido al Gobierno varias aclaraciones «que no han llegado». Y es que, por ejemplo, Montes señala que tampoco está claro si una cadena debe pagar por los empleados de todos sus establecimientos, aunque decida abrir sólo alguno de ellos. O, incluso, si cualquier hotel que esté en una zona en fase 1 -y, por tanto, pueda abrir parte de sus instalaciones- está obligado a entrar ya en el nuevo sistema.

Nueva regulación

Las dudas surgen por la decisión de dividir los ERTE por fuerza mayor derivados del covid-19 en dos. Por un lado están los «totales», destinados a aquellas empresas que mantienen suspendida su actividad, y en los que el empresario está exonerado de pagar las cotizaciones de la Seguridad Social de los empleados afectados, si la firma tiene menos de 50 empleados, o solo paga un 25%, si tiene más de esa cifra, como ocurría hasta ahora. Pero se ha creado la figura del ERTE por fuerza mayor «parcial» para aquellos negocios que recuperan parte de la actividad. En este caso, las pequeñas empresas pagarán en mayo el 15% de las cotizaciones de los empleados que reincorporan a su puesto de trabajo y el 40% de los que siguen en ERTE, mientras que las firmas de más de 50 empleados abonarán 30% y el 45%, respectivamente. Los porcentajes se incrementan en junio.

El problema estriba en saber quién debe acogerse a cada modalidad, ya que, como destacan los empresarios, está sujeto a interpretación. Unos señalan que cualquier negocio que pueda abrir, aunque decida no hacerlo, debe pasar automáticamente al ERTE parcial y otros piensan que no. «Además de injusto, es un sistema complejo y que va a traer problemas, que prevemos que habrá que resolver caso a caso. Hay casos claros, un bar que no tiene terraza podrá seguir con el ERTE total, pero ¿qué ocurre con el que tiene dos mesas y considera que no le sale rentable? Tendrá que argumentarlo», explica el socio director de Sánchez Butrón Abogados, Cayetano Sánchez Butrón, que advierte de que la Seguridad Social puede revisar las cotizaciones abonadas y exigir los pagos si considera que un negocio pudo tener más actividad.

Desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social trataron ayer de lanzar un mensaje tranquilizador y aseguraron a este diario que las empresas que opten por seguir cerradas podrán mantener el ERTE total, aunque no supieron señalar si este criterio se pondrá por escrito para dar seguridad jurídica, como reclaman los empresarios.

Falta de demanda

Por su parte, desde la patronal autonómica CEV restan importancia al problema y sostienen que, si hay negocios que «no vuelven a la actividad no es por la obligación de tener que cotizar sino por falta de demanda», y recuedan, por ejemplo, que, con la movilidad interprovincial restringida, la demanda hotelera es nula. «Las empresas ganan con el negocio activo», apuntan desde la organización, que anima a reabrir y «contribuir a recuperar la normalidad lo más pronto posible».

Casi la mitad de las empresas recurre a la regulación de empleo

Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) se han convertido durante esta crisis del covid-19 en la principal medida que han adoptado las empresas para ajustar sus costes y resistir el envite que ha supuesto el confinamiento y la paralización de buena parte de la actividad. Así, en el caso de la provincia de Alicante se han beneficiado de esta figura más de 25.600 empresas, según datos de la Conselleria de Economía, lo que supone el 46% de todas las que tenían algún trabajador asalariado al finalizar el mes de septiembre.

Las firmas del sector servicios son las que más han recurrido a estas suspensiones de empleo, con un total de 22.034 expedientes presentados, lo que significa que el 53% de todas las empresas del ramo se han acogido a esta posibilidad. Algo lógico, si se tiene en cuenta que concentra el grueso de negocios que han tenido que cerrar obligatoriamente, como son bares, comercios o los hoteles.

Por su parte, en el caso de la industria han tramitado un ERTE el 36% de las empresas del sector en la provincia, es decir, 2.036 de un total de 5.539. El porcentaje desciende hasta el 24,5% entre las compañías vinculadas al sector de la construcción; mientras que en la agricultura apenas han tenido que mandar temporalmente al paro a una parte de sus empleados el 6% de las empresas.

En cuanto a la cifra de trabajadores afectados, desde el 12 de marzo hasta el pasado domingo han ido temporalmente al paro en algún momento casi 130.000 profesionales de la provincia. Ni el Consell ni el Gobierno facilitan cifras de cuánto se han reincorporado.

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