La llegada del coronavirus ha truncado lo que apuntaba a una remontada de las exportaciones alicantinas, tras unos años de crecimientos más bien tibios. Según el balance que ayer publicó el Instituto de Comercio Exterior (Icex), las ventas de las empresas de la provincia al extranjero sumaron 467 millones de euros durante el pasado mes de enero, lo que supuso un repunte del 5,8% sobre el mismo periodo de 2019. Un incremento que duplica la media nacional, que fue del 2,7%, y que también supone una aceleración notable con respecto al ejercicio anterior, cuando las exportaciones alicantinas solo crecieron un 1,8%.
Una mejora que hizo pensar a muchos productores que la demanda exterior podría atenuar el menor consumo nacional que apuntaban la mayoría de serviciso y gabinetes de estudios para este 2020, con la desaceleración de la actividad, y que, sin embargo, ha quedado en papel mojado ante las consecuencias de la pandemia, que ha supuesto el cierre efectivo del comercio en la mayoría de grandes mercados de los fabricantes alicantinos.
Es el caso del calzado, el principal producto de exportación de la provincia, que acapara una cuarta parte de todos los envíos, y que, según apunta la presidenta de la patronal del ramo (Avecal), Marián Cano, había empezado a estabilizarse, tras unos ejercicios en los que el cambio de modelo en el consumo, con la irrupción del comercio electrónico y el cierre de las tiendas multimarca, había afectado a sus ventas. Así, frente a la caída del 1% con que cerró 2019, los productores de zapatos del Vinalopó lograron mejorar sus ventas un 0,5% en el primer mes del año, hasta sumar 117,9 millones. Unas cifras que no son para tirar cohetes pero que suponían un cambio de signo. En estos momentos, sin embargo, la mayoría de fabricantes están paralizando su actividad, ante la cancelación de los pedidos por la cuarentena que se ha establecido en buena parte de Europa. Y lo peor es que no hay esperanzas de que las ventas perdidas estas semanas se recuperen más adelante. «No es como una lavadora, que te la tienes que comprar sí o sí. Muchas de nuestras ventas no responden a una necesidad inmediata», apunta Cano.
Mejor de lo esperado
Algo similar ocurre con la industria del plástico, que en el mes de enero incrementó un 15,4% sus ventas, hasta sumar 27,9 millones. «Se notaba cierta mejora, que la actividad estaba repuntando más de lo previsto», señala el director de Ibiae, Héctor Torrente, que reconoce que, quizás, una parte de esa mejora se debiera a que en China ya empezaban a notar las consecuencias del coronavirus. Sin embargo, la llegada de la epidemia a España ha cambiado por completo las tornas, y ahora gran parte de la producción en la comarca está paralizada.
No obstante, el verdadero tirón estuvo protagonizado por el sector agroalimentario: las ventas de frutas sumaron 48 millones, un 10,1% más, y las de hortalizas, 36,9 millones, un 8,1% más. Un tirón que, en este caso, sí que parece que se mantiene, ya que la agricultura y la industria transformadora son de los pocos negocios que parecen resistirse a las consecuencias del coronavirus, al tratarse de productos de primera necesidad. Así lo reconocía ayer el secretario general de la Federación de Exportadores y Productos Hortofrutícolas de Alicante (Fexphal), Miguel Vicedo, que señalaba que, «hasta la fecha, estamos trabajando con normalidad».
Es más, algunas empresas del sector incluso están aprovechando el aumento de demanda que se ha registrado con el acaparamiento de víveres de los últimos días. El único nubarrón que se cierne en su horizonte son los efectos en la limitación de la circulación de personas, que podría entorpecer la llegada de trabajadores a las fincas.
Frente a las mejoras anteriores, en enero cayeron los envíos de aluminio -23,3 millones, un 2,8% menos-, y los del mármol, que retrocedió otro 19%, hasta los 7,4 millones de euros.
