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La caída de la compraventa de viviendas se acelera durante enero en la provincia

El número de transacciones inscritas en los Registro de la Propiedad desciende un 12,4% en Alicante, según datos del INE

Varias promociones en construcción en la Playa de San Juan. rafa arjones

Los signos de agotamiento que empezó a mostrar el mercado inmobiliario alicantino en 2019 se aceleraron con el arranque del año y, además, en un porcentaje que sorprendió a los propios profesionales del sector. Mucho antes de la paralización de la actividad que ha supuesto la crisis del coronavirus, la compraventa de viviendas se contrajo en la provincia un 12,4% durante el pasado mes de enero, cuando se contabilizaron 3.276 transacciones frente a las 3.685 del ejercicio anterior, según los datos que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística, que se basan en la información de los Registros de la Propiedad.

Una cifra que supone, por un lado, multiplicar por cinco la caída que se produjo en el conjunto del país -donde el descenso fue de un 2,6%, según las mismas fuentes-, pero también duplicar la contracción que se registró en el conjunto del año pasado en la provincia, que fue de alrededor de un 6%, según esta misma estadística. Además, si en 2019 buena parte de la caída se atribuyó a la paralización momentánea en la tramitación de hipotecas por el cambio que se produjo en la ley -que afectó a las cifras de los meses de julio a octubre-, en esta ocasión el único motivo al que se puede atribuir el descenso es la caída de la demanda.

Como ya ocurrió en 2019, el mayor batacazo se produjo en el mercado de la segunda mano, que supone más del 80% del total y donde el número de transacciones pasó de 3.140 a 2.748, según el INE, alrededor de un 13% menos. Por su parte, la venta de casas de obra nueva aguantó algo mejor, al pasar de 545 a 528 operaciones, solo un 3,1% menos.

La cifra global de descenso sorprendió ayer el presidente de la Asociación Provincia de Promotores (Provia), Antonio Fernández, que señaló que, aunque el sector ya anticipaba una cierta caída del mercado, no se preveía una contracción de esta magnitud. En cualquier caso, lo cierto es que, más allá del problema de las hipotecas, en el último ejercicio ya se constató que la desaceleración económica que afectaba a muchos países europeos y el Brexit habían afectado a las ventas de segundas residencias en la Costa Blanca. Una circunstancia a la que se estaría uniendo cierto agotamiento en el mercado nacional, una vez que la llamada demanda de reposición -las familias que compran un vivienda para sustituir la que tienen por otra mejor-, que es la que había tirado del negocio en los años posteriores a la crisis, ya se habría satisfecho, como apuntaba ayer el director de estudios del portal Pisos.com, Ferran Font. Lo normal en otros ciclos es que los jóvenes hubieran tomado el testigo de esa demanda de reposición, algo que tampoco se ha producido.

Preocupación

En cualquier caso, lo cierto es que, según admitió ayer el presidente de Provia, los promotores alicantinos están en estos momentos bastante más preocupados por las consecuencias que puede acarrear la crisis del coronavirus que por la desaceleración que ya mostraba el mercado. «Ahora mismo la gente no está para pensar en comprar segundas residencias», se lamentaba Antonio Fernández. «Todo va a depender de lo que dure esta situación y también de cómo se extienda por otros países. Esperamos que pase rápido y que haya una recuperación de la actividad en poco tiempo», señaló el empresario.

Eso sí, de momento los promotores ya están viendo de qué forma afrontan las primeras consecuencias de la paralización que ha supuesto el Covid-19, como la suspensión de las entregas de viviendas que había previstas para estas semanas. Al respecto, Fernández recuerda que estos retrasos pueden tensionar la liquidez de las empresas, que ya han ejecutado la inversión, pero que ahora verán retrasada la llegada de los ingresos que tenían previstos.

Desde el sector ya están hablando con las entidades financieras para buscar alguna solución y, según el presidente del Provia, parece que hay disposición por parte de la banca para facilitar algún tipo de entendimiento. «No es como en el año 2008, donde nos echábamos la culpa unos a otros. Ahora todos entendemos que esto es un problema sobrevenido», señala el empresario.

Como el resto de sectores, también los promotores están a la espera de las medidas que pueda adoptar el Gobierno para aliviar la situación por la que atraviesan las empresas ante la paralización del negocio que ha supuesto el decreto del estado de alarma. Ayer, desde Idealista pronosticaban que la caída del mercado puede devolver el negocio inmobiliario a cifras desconocidas desde 2009.

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