Sin límites, sin techo, ni de cristal ni de los otros, revisando con su forma de entender el buen gusto un modelo de negocio reservado históricamente a hombres. Propietaria del restaurante Me Apetece en el Muelle de Levante del Puerto de Alicante desde hace 13 años, Sara Calatayud ha elevado a categoría de éxito una fábrica de cerveza artesana con su epicentro en la capital. Cervezas Postiguet, presente en todos los clubes gourmet de El Corte Inglés en toda España, es 100% alicantina y su implantación, a punto de cumplir tres años de vida, es imparable.

P Nacieron en 2017 para que su apuesta artesanal fuera referencia en Alicante, ¿lo han conseguido?

R Sí, hemos logrado posicionarnos como la cerveza artesana de referencia la ciudad. Estamos presentes en más de 60 locales de restauración.

P ¿Esperaban lograrlo tan pronto?

R Es lo que esperábamos, sobre todo porque le estamos dedicando mucho trabajo. Como país, nos falta cultura cervecera. La vitivinícola está muy arraigada, pero la de la cerveza está costando más. España es, históricamente, consumidora de «lager» industrial, y la gente no sabe que hay más de 200 tipos diferentes, pero ponemos mucho empeño para que eso cambie.

P ¿Lo más complejo es la distribución?

R Desde hace dos años, se venden nuestras cervezas en los clubes gourmet de El Corte Inglés en todo el país y, desde hace uno, en las más de 70 supermercados Consum de la provincia de Alicante. También estamos presente en el «duty free» del aeropuerto de Alicante-Elche? Así que tenemos bastante rotación.

P Y, por su puesto, en su fábrica, ¿no?

R Claro. Ofrecemos la posibilidad de probar nuestros productos en nuestra Tap-Room. Además de concertar visitas para ver cómo elaboramos nuestras variedades, disponemos de servicio de restaurante en el que servimos al público de martes a sábado. Es una pequeña cervecería que funciona muy bien porque hacemos catas, conciertos, maridajes con menú especial desde 12 euros? Es un local de ocio con mucha actividad alrededor de la cerveza.

P ¿Cuántas variedades ofrecen?

R Ahora tenemos siete, pero las dos originales, la dorada y la tostada, son nuestro motor. Son dos cervezas muy del gusto alicantino, cervezas ricas que se beben fácil. En muchos locales, nuestra cerveza es la que se sirve cuando el cliente pide un tercio de dorada.

P ¿Qué muro deben derribar aún?

R La cerveza artesanal se encuentra aún con la barrera del precio, algo que con el vino no ocurre. La gente sabe que un vino en tetrabrik vale menos que uno en botella, y que un vino joven es diferente a un reserva y que los precios son diferentes. Hacer una cerveza artesanal vale bastante más que una industrial, pero eso se nota en el sabor, y si quieres beber una buena cerveza tienes que entender que te va a costar más de los 50 céntimos que vale una lata de «lager» industrial. A medida que crezca la cultura cervecera, esa barrera irá cayendo.

P ¿En qué se le nota el toque femenino a Cervezas Postiguet?

R Aporto mi forma de entender el negocio a todos los procesos. Las mujeres siguen controlando la cesta de la compra, incluidas la cerveza que se bebe en casa, así que son una clientela a la que tratamos de mimar, de satisfacer porque son muy exigentes. Como mujer, me demuestro a diario que puedo hacerlo todo, me lo recuerdo a diario y me felicito por ello. Y, aunque yo me he sumado al mundo empresarial cuando los avances en igualdad empezaban a ser una realidad, es cierto que trabajo en un sector que arrastra clichés que aún se tienen que cambiar. Las mujeres trabajamos para que se vayan apagando esos focos, para que si vas con un hombre a cenar y pides un café solo y otro cortado, no le den directamente el solo a él sin preguntar... En mis negocios, eso no pasa, ya me encargo yo de dejarlo bien claro.

P Recomiéndeme una de sus cervezas.

R Nuestra dorada es una apuesta segura.