Definitivamente no ha sido una buena semana para la familia de empresarios vinculados al sector del transporte de pasajeros por autobús Ríos. Si el pasado lunes el Boletín Oficial del Estado publicaba la entrada en concurso de Autocares Ríos Alicante, propiedad del patriarca de la familia, Joaquín Ríos Riquelme, y que administra su hija desde el pasado mes de septiembre, María Ríos Belmar; ayer fue la firma benidormense Premierbus, propiedad de otro de sus hijos, Antonio Joaquín Ríos Belmar, la que seguía el mismo camino. Además, en esta ocasión acompañada directamente de la apertura de la fase de liquidación de la empresa, y su posterior disolución.

Aunque formalmente ambos procesos no están conectados, las fuentes sindicales y del sector consultadas apuntan a las disputas familiares como uno de los motivos que han llevado a la compañía benidormense a esta situación. En este sentido, según reflejan las cuentas depositadas en el Registro Mercantil, entre 2014 y 2018 Premierbus logró incrementar su facturación desde los 1,7 hasta los 2,9 millones de euros, aunque este último año, a diferencia de los anteriores, registró unas pérdidas de 106.000 euros. La firma se dedicaba a realizar transportes discrecionales, excursiones para turistas, transfers al aeropuerto, además de algunas rutas de transporte escolar.

Por aquel entonces, aunque se trataba de una firma independiente, Premierbus se apoyaba y recibía encargos de Autocares Ríos Alicante, donde el hijo del propietario trabajaba como gerente y de la que también era consejero y apoderado mancomunado, al tiempo que mantenía su propio negocio en Benidorm. Sin embargo, una disputa entre el patriarca y su vástago acabó con la salida de éste de la firma familiar.

Fue entonces cuando, según las fuentes del sector consultadas, Premierbus empezó a registrar problemas, lo que llevó a que, poco a poco, una parte de la plantilla empezara a abandonar la empresa, hasta llegar a la situación actual. En la sede de la compañía se veían ayer algunos autobuses aparcados y cinta de precinto policial en la puerta. Además, los teléfonos que aparecen en la página web de la firma no estaban operativos, por lo que este diario no pudo contactar con sus responsables para recabar su versión.

Una década de enfrentamientos

En cualquier caso, esta no es la primera disputa en el seno de esta familia de empresarios. El propietario de Autocares Ríos Alicante ya tuvo un conflicto con su hermano en el año 2007, que llevó a que la compañía familiar originaria se escindiera en dos partes: la citada Autocares Ríos Alicante y Autocares Ríos SA, con sede en Murcia. Un reparto que no acabó bien y que, de hecho, ocasionó una denuncia en los juzgados, en la que la parte murciana reclamaba una cuantiosa indemnización a la alicantina. El Juzgado de Primera Instancia número 4 de Alicante dio la razón a los murcianos en 2018 y el 9 de mayo de 2019 la Audiencia Provincial ratificaba el fallo. Éste fue uno de los motivos que pudo llevar a Autocares Ríos Alicante al concurso.

Se da la circunstancia de que tanto esta última firma como Premierbus y otras vinculadas a la familia fueron también sancionadas el año pasado por la Comisión de la Competencia por participar en un cártel para amañar el transporte escolar en Murcia.