La compañía Wintermere Canal SL, conocida anteriormente como Autocares Ríos Alicante, se ha declarado oficialmente en concurso de acreedores, después de que el pasado mes de enero liquidara definitivamente los contratos de los 36 empleados que seguían oficialmente en plantilla, aunque en realidad llevaban sin poder trabajar desde el pasado 29 de noviembre, cuando la firma cesó la mayoría de sus servicios. El proceso ha recaído en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante y la administradora única de la firma, María Ríos Belmar, mantendrá sus facultades, pero sometidas a la intervención de la administración concursal, para la que se ha designado al especialista Eduardo Gómez, de Andreu y Gómez Soler SLP.

La compañía, que entre los años 2013 y 2017 llegó a facturar cerca de seis millones de euros anuales, según las cuentas que depositó en el Registro Mercantil, anunció el pasado noviembre a sus empleados que cesaba el servicio que prestaba a varios colegios privados y que suponía su principal actividad. Lo hizo durante la negociación de un ERE que pretendía aplicar a su plantilla y después de que los trabajadores anunciaran la realización de una huelga como medida de presión.

La situación tomó un cariz rocambolesco cuando, una vez finalizada la protesta, la empresa ya no permitió que los trabajadores volvieran a incorporarse a sus puestos y, de hecho, ni siquiera les dejaba acceder a las instalaciones. De esta forma, la plantilla se presentaba cada mañana en la compañía y, ante la imposibilidad de entrar, acudía a la Inspección de Trabajo para denunciar la situación, que se vio agravada por el impago de las nóminas. Poco a poco, una parte de los empleados se incorporó a las empresas que asumieron los servicios que abandonó Autocares Ríos hasta que, finalmente, se aplicó un nuevo ERE para liquidar a los 36 que quedaban. Los responsables de la firma no atendieron ayer la llamada de este diario.