Los promotores alicantinos están dispuestos a viajar cada vez más lejos en busca de compradores que quieran a invertir su dinero en una segunda residencia en la Costa Blanca. Hace ya muchos años que los empresarios del sector tienen claro que la clave para mantener una actividad más o menos estable es una diversificación de mercados que les permita compensar la caída de unos destinos con otros, y, tras haber cubierto prácticamente todo el continente europeo, consideran que ha llegado la hora de probar suerte al otro lado del Atlántico.
Así, la Asociación Provincial de Promotores (Provia), a través del grupo especializado que tiene en turismo residencial, ha empezado a sondear el mercado norteamericano para comprobar las posibilidades reales que existen de hacer negocio, y ya trabaja en establecer los primeros contactos con las agencias inmobiliarias de distintas zonas del país para presentarles su oferta. Una decisión que llega ante el creciente interés del público norteamericano por el Mediterráneo como destino residencial, sobre todo entre aquellos que huyen de los dos enclaves clásicos que hasta ahora han canalizado la mayoría de la demanda de la zona: la península de Florida y el Caribe, donde, además, problemas como el sargazo -las algas gigantes que proliferan en la zona- o la contaminación de algunos enclaves por los restos de plástico han restado algo de atractivo a sus playas.
Frente a esto, los promotores de la Costa Blanca creen que pueden competir con unos precios bastante más ajustados que los que ofrecen la mayoría de destinos que los compradores norteamericanos suelen frecuentar. Además, consideran que las numerosas conexiones que ofrece el aeropuerto de El Altet puede contribuir a vender la provincia como destino base desde el que visitar otros países europeos.
Sin vuelo directo
Los empresarios alicantinos también recuerdan que los norteamericanos están acostumbrados a realizar grandes trayectos en avión y a realizar escalas para llegar a su destino, ante las enormes distancias que deben cubrir en su país, por lo que consideran que la ausencia de un vuelo directo entre Estados Unidos y la provincia no supone un obstáculo excesivo. Eso sí, también creen que, si logran consolidar este mercado, las aerolíneas acabarían siguiendo a los compradores.
En cualquier caso, desde Provia se muestran realistas y, según las fuentes consultadas, su objetivo no sería que Estados Unidos se situara entre los principales mercados del inmobiliario alicantino, sino que contribuya a diversificar la procedencia de los compradores de segunda residencia para que no haya una excesiva dependencia de ningún mercado y no ocurra como el año pasado, cuando la caída de ventas entre los ingleses por el Brexit lastró el número total de operaciones de compraventa que se cerraron.
De momento, y, a falta de otras estadísticas, un informe preliminar encargado por la patronal de los promotores refleja el creciente interés de los norteamericanos por la zona. Así, el año pasado se registraron casi 2.000 alquileres de apartamentos por parte de visitantes norteamericanos, sólo a través de los principales portales (Airbnb y Homeaway). En concreto, 1.919.
Su destino principal dentro de la provincia fue la ciudad de Alicante, con más de un millar de alquileres, seguido muy de lejos por Dénia (130), Benidorm (102) y Altea (97). En cuanto a su procedencia, curiosamente el estado norteamericano que más turistas envió a la Costa Blanca fue California, el más alejado geográficamente, con 334 alquileres. En segundo lugar se situó Nueva York y, por detrás, Florida y Texas.
Un modelo distinto al europeo
Frente al modelo europeo, los norteamericanos no suelen tener demasiadas vacaciones al año, pero intentan jubilarse antes, momento para el que suelen buscar una segunda residencia, siempre que su estatus económico se lo permita. No obstante, incluso en este periodo de su vida no acostumbran a pasar tanto tiempo como británicos o nórdicos en sus viviendas vacacionales y lo habitual es que el tiempo que no la utilizan la tengan en alquiler.
De hecho, en el Caribe son habituales las promociones en las que los compradores se reservan únicamente unas semanas al año y el resto ceden las viviendas para su explotación como parte de un complejo hotelero. Unas costumbres que obligarían a los promotores a adaptarse, aunque algunas grandes promotoras de la zona ya ofrecen este tipo de servicios de realquiler para sus clientes.
De momento, desde Provia ya han establecido contactos preliminares con redes inmobiliarias estadounidenses y se prevé que una delegación de esta asociación viaje a Estados Unidos en los próximos meses para continuar con los trabajos de apertura de este mercado.
