De la cantera a lo más alto de la cúpula de una multinacional. De València a Palo Alto (California). De despuntar como ejecutivo en el mercado de los ordenadores e impresoras a defenderse del apetito insaciable de un competidor. Es la historia de Enrique Lores, consejero delegado de la tecnológica estadounidense HP desde el pasado noviembre.
Lores nació en Madrid en 1965, pero es valenciano de adopción, y tiene casa en Xàbia (ama la náutica y el esquí). Nieto de abogado e hijo de médico militar, su familia se mudó a València cuando él tenía 15 años, por un traslado profesional de su padre. El mayor de cinco hermanos, eligió su propio camino profesional (lejos de la medicina que ejercía su progenitor) y se convirtió en ingeniero electrónico por la Universitat Politècnica de València (UPV). El paso por las aulas, con nueve alumnos por clase, acabaría teniendo una importancia capital. En el último curso encontró al gran referente de su vida, HP. Varios ingenieros de la compañía impartieron una charla en la UPV y explicaron cómo diseñaban sus impresoras, algo que sedujo a Lores al instante, igual que sucedió con las becas que HP ofrecía a los estudiantes para trabajar en San Diego (California, Estados Unidos). Se presentó a la convocatoria y fue elegido, entrando entonces en una empresa de la que ya nunca ha salido y en la que lleva más de tres décadas.
Casado y padre de tres hijos, después de la beca volvió a España coincidiendo con la apertura de una fábrica de impresoras de HP en Barcelona. Fue el encaje perfecto. De la ciudad catalana volvió tiempo después a California, pero esta vez a Palo Alto, donde HP tiene su sede central. Perfeccionista y multifacético, ocupó distintos puestos hasta alcanzar la máxima responsabilidad mundial de la división de imagen, impresión y soluciones de negocio, cargo que ocupaba hasta el momento de ser elegido consejero delegado. Fue en noviembre del año 2019 y sustituyó a Dion Weisler.
Lores, que pilota una empresa que en 2019 facturó 58.800 millones de dólares, se enfrenta en este momento a uno de los trances más complicados, el embiste de Xerox, uno de sus grandes rivales, que ha lanzado una opa hostil para comprar HP por 33.000 millones de euros. El consejo ha rechazado la oferta, porque considera que infravalora la empresa, pero Xerox todavía no ha renunciado a la operación y cuenta con el apoyo de uno de los grandes tiburones de Wall Street, el financiero Carl Icahn. Si alguien conoce HP desde sus entrañas y puede intentar actuar como escudo antiXerox es Lores.
