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La compañía de gestión de impuestos GTT busca a sus cuartos propietarios

El fondo de capital riesgo GED pone en circulación el cuaderno de venta de la empresa alicantina para salir de su accionariado

Fernando Plaza, de pie, en las instalaciones de GTT en Alicante. pilar cortés

Es lo que sucede cuando una compañía está en manos de un fondo de capital riesgo. Cada pocos años se produce un cambio de propietarios, a medida que los gestores de estos vehículos consideran que han rentabilizado su inversión y que pueden salir del accionariado con plusvalías. Y eso es exactamente lo que le ha sucedido a la alicantina Gestión Tributaria Territorial (GTT), la firma que creó el también fundador de Suma, Fernando Plaza, con el objetivo de replicar en el sector privado el modelo de gestión del organismo de recaudación de impuestos de la Diputación de Alicante.

Los actuales dueños de la compañía, los fondos GED -que tiene el 75% del accionariado- y Oquendo Capital han contratado al banco de inversión Rothschild para que busque a un posible comprador, para lo que esta misma semana han puesto en circulación el cuaderno de venta de la firma, tras sondear el interés del mercado. Una decisión que ahora abre un periodo de varios meses en el que los fondos recibirán las ofertas de los interesados e irán descartando aquellas que no les convenzan.

Si la operación se cierra con éxito, los compradores se convertirán en los cuartos propietarios que toman las riendas de una compañía que nació en 1998 auspiciada por un grupo de 23 cajas de ahorros españolas -entre ellas, la CAM, que por aquel entonces dirigía Juan Antonio Gisbert- y la consultora Analistas Financieros Internacionales, pero que siempre ha encabezado Fernando Plaza y su equipo, el mismo que puso en marcha el proyecto de Suma.

La firma opera básicamente con dos modelos de negocio. En unos casos colabora en todo el proceso de gestión y cobro de los tributos de las administraciones que contratan sus servicios, de manera similar a cómo lo hace Suma en la provincia de Alicante; mientras que, en otros, lo que hace es facilitar la herramienta informática para la tramitación de los tributos. Esta última es la parte del negocio que más crece en estos momentos.

Un negocio muy rentable

La compañía se ha mostrado altamente rentable, hasta el punto que ha dado notables beneficios incluso en lo más duro de la crisis económica. Tanto es así que en 2008 se permitió el lujo de comprar a su principal competencia, Tribugest, entonces participada por Agbar y BBVA. Fue la caída de las cajas de ahorros lo que propició su primer cambio de manos, cuatro años después, a finales de 2012, cuando las entidades fundadoras vendieron la compañía alicantina al fondo de capital riesgo Realza, que se mantuvo en el accionariado hasta el verano de 2017, momento en el que traspasó la participación a GED y Oquendo.

El actual accionista mayoritario de GTT es un fondo capitaneado por Enrique Centelles, uno de los pioneros del capital riesgo en España que, además, ocupó durante varios años diversos cargos de dirección en el entonces Instituto Nacional de Industria (INI), la actual Sepi. Además de la firma alicantina, tiene participaciones en el grupo de aviación Habock, Isla Mágica o Quirón Salud en Córdoba.

Aunque lo habitual es que los plazos de permanencia de los fondos en el accionariado de sus participadas sean algo más prolongados de los poco más de dos años y medio que GED lleva en la firma alicantina, su decisión de vender podría estar relacionada con la gran liquidez que existe en los mercados, con una gran cantidad de dinero en busca de inversiones rentables. Una situación que favorecería que el fondo pueda salir de GTT con notables plusvalías.

La incógnita del comprador

La gran incógnita que se abre es si los posibles compradores estarán dispuestos a pagar el precio que quiere GED y qué tipo de inversor será. Sin lugar a dudas, para la firma alicantina lo mejor sería que otro fondo de inversión tomara el relevo, ya que estos suelen dejar libertad a los equipos directivos y, además, se mantendría la independencia de la firma. La situación sería más complicada si el comprador es una compañía industrial, alguna gran consultora del estilo de Indra o Accenture, que suelen intervenir más en la gestión y que podría optar por integrar los servicios que presta la alicantina en sus departamentos.

Con independencia de esto, lo cierto es que el crecimiento de la empresa ha sido notable en los últimos años y el pasado ejercicio GTT prevía cerrar con una facturación de 39 millones de euros, lo que supondría un crecimiento de entre un 15% y un 20% sobre las cifras de 2018. Un aumento de ingresos que vino dado por la consecución de nuevos contratos con administraciones públicas, pero también por la adquisición de la compañía dominicana Consorcio GSM y de la vasca Gesmunpal. En la actualidad el grupo emplea a unas 800 personas de las que 90 trabajan en el país caribeño. En 2018, el último con cuentas depositadas en el Registro Mercantil, la compañía ganó más de cinco millones de euros.

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