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El calzado redobla la presión para que la feria regrese a la provincia

El certamen de la capital pasa de contar con un centenar de expositores a una quincena y el sector lo achaca a los cambios de fecha y ubicación

El calzado redobla la presión para que la Momad regrese a la provincia

La feria de calzado de Madrid, la Momad, ha perdido mucho fuelle. El certamen, que arrancó ayer en los pabellones de Ifema, ha pasado de contar con un centenar de expositores, una veintena de ellos de la provincia, en su última edición, el pasado mes de septiembre, a contar con apenas una quincena de estands, ocho de ellos de firmas alicantinas: Azarey, Cambili, Exe Shoes, Javiera, Lápiz de Oro, Mamalola, Popa Brand y Top 3/Isteria. El sector zapatero cree que los cambios de fechas y ubicación -la feria estaba prevista para marzo y el año pasado se celebró en el recinto La Nave-, unido a la cercanía con la gran cita internacional, la feria de Milán, que comenzará el próximo 16 de febrero, han sido los factores clave que han llevado a muchos fabricantes a dar la espalda al certamen madrileño. Ante este panorama, son crecientes las voces entre los empresarios que consideran que lo mejor sería un reinicio completo y que la feria volviera a celebrarse en los pabellones de la Institución Ferial Alicantina (IFA), idea que se respalda por las buenas comunicaciones que ofrece la provincia gracias al aeropuerto y la alta velocidad ferroviaria y a un clima y una oferta gastronómica que suman puntos de interés en el evento del calzado.

«Somos muy pocos zapateros en Madrid y no hay actividades específicas para nosotros», aseguraba ayer desde Ifema el responsable de la firma Exe Shoes, Paco García, en el arranque de la feria. «El problema no es que de cien expositores hayamos pasado a ser quince, lo más complicado para nosotros es que apenas vienen clientes», añadía García antes de lanzar su idea para revitalizar el encuentro: «Hay que darle una vuelta al 100%, empezar de cero y volver a exponer en la provincia. Necesitamos la implicación de los zapateros de Elda y Villena para ser nosotros de nuevo los que tengamos el control. Y apostar por el cliente nacional, por cada uno que viene de fuera podemos contar con diez de España».

Desde las firmas ilicitanas Mamalola y La Strada, Francisco Pomares cree que la cercanía de la feria de Madrid con la de Milán ha sido decisiva, ya que muchos empresarios han apostado por destinar sus recursos a la cita italiana. «Marzo hubiera sido una mejor fecha para nosotros, pero sí que veo una idea acertada que nos hayamos mezclado con el textil porque nos permite acercarnos a más clientes», apuntaba un industrial que, igualmente, es partidario del regreso a la provincia: «Poder enseñar también a los visitantes nuestras fábricas supone un valor añadido».

La inestabilidad de la feria de Madrid en cuanto a los vaivenes en la ubicación y la fecha y la falta de un proyecto definido a medio plazo son, en palabras del director de Popa Brand, Miguel Ángel Lucas, las claves de que el globo se haya pinchado en el encuentro que ayer comenzó en Ifema. «Han conseguido que muchas marcas no hayan querido venir con tanto cambio de última hora. No vemos objetivos a la larga, solo bandazos. Aquí no funciona y en la provincia habría más expositores. Podríamos ofrecer la experiencia de nuestras fábricas y crear un networking después de la feria», señala Lucas.

Cautela de las patronales

Si los empresarios lo tienen claro a la hora de hablar del fracaso de la cita madrileña y piden abiertamente el retorno a tierras alicantinas, desde las patronales se muestran más cautos y prefieren esperar a que concluya la cita en la capital española para hacer un análisis con más datos en la mano. «La edición de invierno siempre es más complicada y hay que ver cómo evoluciona. Tenemos que esperar a que todos los expositores nos transmitan su valoración», indica la presidenta de Avecal, Marián Cano. También prefiere que transcurra más tiempo para dar su visión el presidente de Fice, José Monzonís, que se limita a destacar el «buen ambiente de visitantes» en el primer día de la feria. De la misma forma, quiso poner el acento en el buen arranque de la feria Alejandro Borreguero, de la firma Azarey: «La mayoría son clientes de ropa que apuestan por el calzado como complemento».

El cambio de emplazamiento de la feria, que pasó de La Nave a Ifema, se dio a conocer a mediados del pasado mes de noviembre y, en un primer momento, fue bien recibido por empresarios y patronales, al valorar las mejores comunicaciones que ofrece el recinto ferial madrileño. Pese a ello, el sector ha acabado por dar la espalda a la cita y pide cambios.

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