El Sabadell ganó el año pasado 768 millones de euros, un 134% más que en el ejercicio anterior, una vez superada la crisis informática de su filial británica -el TSB, que en 2018 le generó un agujero de casi 340 millones en sus cuentas-, y tras haber limpiado su balance de buena parte de los activos problemáticos ligados al ladrillo, lo que le permitió reducir las provisiones. De esta forma, la entidad con sede en Alicante da por normalizada su situación, tras el «annus horribilis» que, desde el punto de vista de la rentabilidad, sufrió un año antes.

En este sentido, la entidad consiguió elevar alrededor de un 1% los ingresos procedentes del negocio puramente bancario, ya que, aunque los bajos tipos redujeron un 1,4% su margen de interés, hasta los 3.622 millones, las comisiones por la prestación de servicios se elevaron un 7,7%, hasta sumar 1.439 millones. En el otro lado de la ecuación, la entidad redujo un 1,8% sus costes, hasta los 3.213 millones, al tiempo que recortó de 1.320 a 938 millones las dotaciones por morosidad y por deterioro de activos.

En este sentido, uno de los hitos del ejercicio fue el cierre el pasado mes de la venta de tres carteras con 8.200 millones de euros en activos problemáticos al fondo Cerberus, una operación que se había acordado en el verano de 2018 pero que seguía pendiente de ejecutar debido a las autorizaciones necesarias. En concreto, la entidad traspasó el 20 de diciembre cerca de 46.000 activos inmobiliarios a una nueva sociedad conjunta, participada en un 80% por el fondo y otro 20% por el propio banco, mientras tiene pendientes de transmitir otros 15.000 donde existen derechos de tanteo por parte de terceros. Un saneamiento que sitúa el nivel de activos problemáticos en el 1,7% de su balance.

Por otro lado, desde el Sabadell también destacan la mejora del negocio en el Reino Unido, donde este otoño presentaron su nuevo plan estratégico, con el que quieren dejar atrás la crisis provocada por la migración de plataforma informática, que impidió a millones de clientes acceder a sus cuentas durante varios días. Así, la entidad presidida por Josep Oliu señala que el TSB aumentó un 8,6% su volumen de créditos y un 9% los fondos de clientes gesitonados, por lo que confía en que la filial pronto empiece a aportar cifras considerables al beneficio del grupo.

Más solvencia

Por otro lado, la generación de beneficios y las ventas de activos realizadas permitieron elevar el ratio de capital hasta el 11,7%, que ascenderá hasta el 12,1% cuando se cierre definitivamente el traspaso de su gestora de fondos a la francesa Amundi, que se anunció hace unos días. El consejo de la administración del Sabadell también aprobó este jueves el reparto de un dividendo complementario en efectivo de 2 céntimos, que se suma a los 2 céntimos que ya se distribuyeron. De esta forma, el banco destina a retribuir a sus accionistas el 40% de sus ganancias.

Negocio en Alicante

La provincia se mantiene como uno de los mercados más importantes para el Sabadell, que desde octubre de 2017 tiene su domicilio social en la ciudad de Alicante, en la antigua sede de la CAM. De esta forma, la entidad concedió el año pasado 5.212 millones de euros en nuevos créditos en la demarcación, de los que 4.816 millones fueron para financiar a empresas y 396 para particulares. Al respecto, destacó el incremento del 13% en la concesión de hipotecas, con 3.941 operaciones, y la formalización de créditos al consumo por valor de 158 millones. Además, el banco vendió seguros a 159.607 clientes, que sumaron unas primas de 148,4 millones. Por otra parte, tras las ventas de carteras, el volumen de ladrillo tóxico heredado de la CAM se ha reducido a 2.705 millones, de los 24.644 iniciales.