La compañía especializada en la distribución de material de papelería y artículos promocionales Carpetas Abadías SL se ha declarado en concurso voluntario de acreedores, según recogía ayer el Boletín Oficial del Registro Mercantil. La compañía con sede en Agost llegó a facturar casi 2,4 millones de euros anuales, pero en el último ejercicio con cuentas depositadas, el de 2018, sus ingresos habían descendido casi un 30%, hasta los 1,68 millones. Una caída de facturación que llevó las pérdidas de la firma, que ya estaba en números rojos desde el año anterior, hasta los 413.985 euros y provocó que cerrara el ejercicio con un fondo de maniobra negativo de 466.602, según consta en los balances oficiales de la propia compañía.

El procedimiento ha recaído en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante, del que es titular Salvador Calero, que también ha decretado la suspensión de las facultades de administración de la compañía y ha designado a la firma Yardman Auditores SLP como administradores concursales. El juez también ha decretado ya la disolución de la firma, al no ver opciones de viabilidad.

Creada hace más de 20 años, en 1998, la firma fue ampliando la gama de productos que comercializaba, desde artículos de papelería, como carpetas, libretas o bolígrafos, hacia mochilas, bolsas e, incluso, productos tecnológicos, como baterías externas, altavoces o auriculares. Su principal reclamo era la personalización de todos estos artículos, con la inclusión del logo de los clientes, por lo que tenía distintas líneas de negocio dedicadas, por ejemplo, a la personalización de artículos para eventos como congresos o convenciones, kits promocionales o material para centros formativos o empresas.

Entre 2014 y 2017 la firma se benefició de la recuperación y vio aumentar su cifra de facturación desde los 1,6 hasta los 2,4 millones de euros, pero ya este último ejercicio cerró con pérdidas. En 2018 su facturación cayó un 30% y las pérdidas se agravaron hasta que, finalmente, tal y como ayer recogía el Borme, la firma solicitó el concurso voluntario de acreedores a finales de 2019.