Tras liderar la expansión internacional que permitió a la compañía sobrevivir durante los años más duros de la crisis, Enrique Peláez abandona la constructora que constituyó su padre, Manuel Peláez Castillo, hace ahora 51 años. Una decisión que refleja claramente los cambios que ha sufrido la estructura de Ecisa en los últimos tiempos, en los que la familia fundadora ha ido cediendo cada vez más parcelas de poder en favor del fondo qatarí Al Alfia -que ya controla el 76% del accionariado-, al tiempo que se profesionalizaba la dirección con ejecutivos externos.

Un cambio de modelo que empezó a gestarse en octubre de 2017, cuando los socios qatarís, que habían entrado en la constructora alicantina tres años antes, alcanzaron la mayoría del capital de la firma; y que culminó en junio de este año, cuando Manuel Peláez Robles abandonó la presidencia de la compañía por motivos de salud. Un paso que sirvió, por un lado, para que Al Alfia asumiera definitivamente el liderazgo de la compañía, al situar a Johnny DeGouveia como presidente del consejo de administración, y, por otro, para separar definitivamente la propiedad de la firma de su estructura ejecutiva y de gestión.

Una separación de poderes, consensuada, que se consolidó con el nombramiento de un nuevo consejero delegado de la constructora en octubre, un cargo para el que se escogió a un ejecutivo externo y completamente ajeno a los fundadores, el gallego Enrique Barreiro.

Todos estos cambios habían dejado a Enrique Peláez y a su hermando Manuel Peláez como simples accionistas, con sendos asientos no ejecutivos en el consejo de administración. Un papel con el que Manuel Peláez, algo mayor y aquejado de problemas de salud, parece conformarse, pero que no ha sido suficiente para retener a Enrique, que ha optado por desvincularse de la compañía para emprender nuevos proyectos profesionales.

Una desvinculación que, además, será completa ya que, según anunció ayer el propio empresario, también ha llegado a un acuerdo para venderle su paquete accionarial a su hermano, de forma que será éste quien se quede con el 24% del capital que ahora ostentaba la familia fundadora. El tercer miembro del clan, Javier Peláez, hace tiempo que salió de este negocio. No obstante, el acuerdo de compraventa de acciones aún no se ha formalizado ante notario, según explicaron las fuentes consultadas.

Salto a la consultoría

En cuanto al futuro, Enrique Peláez se limitó a señalar ayer, a través de un comunicado, que quiere aprovechar su «amplio bagaje en el ámbito de la internacionalización y su experiencia en gestión» para iniciar nuevos proyectos profesionales «en los campos de la formación, la consultoría y el asesoramiento empresarial». Además, expresó su «agradecimiento a Al Alfia» por el apoyo que ha prestado a la compañía y su deseo de que Ecisa siga «en la senda de crecimiento que ha iniciado, afiance su estrategia y logre crecer en su cuota de mercado».

Por su parte, el actual presidente de la constructora, Johnny DeGouveia, también tuvo palabras de agradecimiento hacia el ejecutivo y destacó que, en cualquier caso, la familia fundadora seguirá en el accionariado y el consejo de la compañía. Además, reiteró la apuesta de Al Alfia por Ecisa «de cara al futuro», reconociendo «el potencial del mercado español de la construcción» y el «talento del equipo que conforma actualmente la compañía». Para dejar claro este apoyo, DeGouveia anunció que la firma contará el próximo mes de febrero con una nueva línea de financiación internacional complementaria de 10 millones de euros. «Nuestro compromiso con el presente y futuro de la compañía es total, y confiamos plenamente en que el nuevo equipo de gestión consiga que se cumplan los objetivos marcados por el consejo de administración», insistió el ejecutivo.

En cualquier caso, no deja de ser paradójico que Enrique Peláez deja el negocio familiar tras unos cambios que él mismo propició, cuando se alió con el fondo qatarí para entrar en el mercado de este pequeño emirato árabe, que supuso el primer paso de la expansión internacional que llevó a la compañía a ejecutar obras en países tan lejanos como Tailandia, Irlanda, Argelia o Chile, donde, eso sí, tuvo uno de sus grandes pinchazos por las desavenencias con el Gobierno chileno por los sobrecostes de un proyecto. Al respecto, Peláez siempre ha defendido que, a pesar de las cesiones que ha supuesto, la entrada de los socios de Al Alfia ha permitido que Ecisa se mantuviera como una de las mayores compañías de la provincia, mientras muchas otras firmas del sector desaparecían. Algo que, sin embargo, ahora no le ha impedido iniciar un nuevo rumbo profesional.

En busca de nuevas líneas de negocio para mejorar la rentabilidad

El nuevo consejero delegado quiere reorientar la actividad de la firma para potenciar la rehabilitación y las instalaciones

Después de más de una década volcada en el exterior, la Ecisa que ahora deja Enrique Peláez se encuentra en pleno proceso de reorientación de su negocio, con un regreso al mercado nacional, para aprovechar la recuperación del sector inmobiliario en España, y la búsqueda, por parte de su nuevo consejero delegado, Enrique Barreiro, de nuevas líneas de negocio que mejoren la rentabilidad de la firma. En plena expansión internacional, la constructora alicantina llegó a facturar casi 219 millones de euros en 2016, una cifra que ahora se ha reducido a menos de la mitad -el año pasado se cerró con unos ingresos de 82,7 millones-, después de que Al Alfia haya asumido directamente el negocio de Qatar, que llegó a representar más de la mitad de la cartera de obras, y se hayan abandonado otros mercados. Por su parte, los resultados consolidados de la compañía acumulan seis años en números rojos, que se dispararon el año pasado, cuando la firma registró un agujero de 25,6 millones, por las pérdidas ocasionadas por su disputa con el Gobierno chileno, y los costes del repliegue de determinados mercados, como ya se ha apuntado.

Ante esta situación, la receta que quiere aplicar el nuevo consejero delegado es la de un mayor control de costes en todos los departamentos y, sobre todo, en la ejecución de las obras contratadas, para evitar que no salgan rentables. Además, Barreiro pretende potenciar áreas como la rehabilitación, que la firma sólo realiza ahora de forma puntual, y la división de instalaciones, donde ve un gran potencial de recorrido, gracias al auge de las energías renovables y del autoconsumo eléctrico, entre otros aspectos. Además, quiere reforzar su presencia en los concursos de obra pública para diversificar sus fuentes de ingresos.