El sector del vino alicantino está consiguiendo remontar la dura caída de la cosecha de uva de vinificación registrada en 2016, que significó un descenso del 19% debido a la histórica sequía que afectó aquel año a la provincia y que provocó que la campaña se cerrase con solo 26.332.072 kilos de uva recogida. Pero ya en 2018, las bodegas de la Denominación de Origen Vinos Alicante se recuperaron y tomaron oxígeno. Y en la actual campaña, las cifras hablan de un aumento de la cosecha del 5,26%, tras haberse alcanzado los 32.098.127 kilos de uva, según datos del Consejo Regulador.

Para la Denominación de Origen, llegar a estos volúmenes representa una «estabilización en el registro de las últimas añadas», ya que la recogida media de las campañas en la provincia suele moverse en una horquilla de entre 32 y 35 millones de kilos de uva de vinificación. No obstante, estas cifras fueron superadas anteriormente. En los años 2010 y 2013 se registraron cosechas «excepcionales» al superarse los 40 millones de kilos de uva. De estos picos de sierra parece que no está exento el sector provincial, pese a la estabilización, ya que, a veces, a «campañas de muchos kilos le suceden otras de menos cantidad», según fuentes de la denominación.

Al margen de ello, el repunte actual tiene una significación especial, ya que en plena vendimia se produjeron los fuertes temporales de septiembre que asolaron la provincia, especialmente la zona sur. Sin embargo, los efectos de la gota fría «no afectaron para mal a las comarcas vitivinícolas de la provincia», según fuentes del Consejo.

Poca afectación de la gota fría

Aunque entre el Vinalopó Medio y el Alto se recogieron cerca de 80 litros por metros cuadrado, las tormentas no perjudicaron a la calidad de los frutos. «La maduración lenta del verano y el excelente vigor de las plantas, junto a los aires y secados rápidos, permitieron una alta calidad de maduración, especialmente de la principal variedad más tardía como es la monastrell», subrayaron en la Denominación de Origen. De hecho, el presidente del Consejo, Antonio Miguel Navarro, destacó «las grandes posibilidades que ofrece esta cosecha para vinos y blancos y el bonito trabajo que representa para los enólogos». Con estos volúmenes de uva de vinificación recogida, la previsión es que la producción embotellada de la campaña 2018/2019 alcance los 12 millones de unidades, una cifra ligeramente inferior a los 13 millones de la anterior, aunque desde el Consejo atribuyen más esta disminución a «cuestiones comerciales porque el parque de bodegas está estable».

Los vinos de la provincia están viviendo una época de reconocimiento. «Cada vez se valora más el denominado "kilómetro cero", la cercanía de la producción y se va tomando conciencia de que el vino es expresión de un territorio», apuntaba Juan José Sellés, gerente de Bardysa, empresa del sector de la distribución, quien añadía que el reconocimiento es tanto nacional como internacional, ya que algunos caldos alicantinos aparecen en destacados puestos en listas especializadas, como la del crítico estadounidense Robert Parker o en la española Guía Peñín.

Igualmente, avalan esta proyección los últimos balances exportadores. El pasado año, el comercio exterior de los vinos provinciales creció un 15%, siendo Alemania y China los principales clientes, mientras que las ventas en el mercado doméstico crecieron un 8,7%, según los mismos datos del Consejo. En estas cifras, probablemente, tenga mucho que ver la comercialización que se produce en las fechas navideñas, que suelen representar un aumento de las ventas de entre el 20% y 30%, según estimaba Gaspar Tomás, director de Bodegas Bocopa, quien, además, apuntaba que los caldos alicantinos no están viéndose excesivamente afectados por la subida de aranceles de EE UU, al tener una graduación superior al límite en grados que grava la Administración de Donald Trump.Menos superficie

Probablemente, el punto débil del sector vitivinícola sea la superficie dedicada a la producción protegida, ya que en la última década ha pasado de tener 14.459 hectáreas en 2008 a las 10.622 del pasado año. Un descenso provocado por los incentivos al arranque de viñas de vino a los que optaron algunos viticultores ante los precios bajos de la uva y del vino. Unos terrenos que se sustituyeron, en algunos casos, por el cultivo de la almendra, que es más rentable, según explicaron fuentes del Consejo Regulador.

La parte más positiva proviene de la incorporación de nuevas bodegas a la Denominación, seis en los últimos dos años. «Es gente joven que tiene viñedos y que elaboran pequeñas producciones», explicaban. Con estas entradas, Vinos de Alicante ya suma 41 bodegas adheridas al sello de calidad.

30% Dinamización de las ventas en Navidad

Las fiestas navideñas son una época en las que se dinamizan las ventas de vino. En el caso de la provincia, llegan a aumentar entre un 20% y un 30%, según cuantifican fuentes del sector.