La Institución Ferial Alicantina (IFA) ha dado un giro de 180 grados en los últimos años. De estar totalmente asfixiada por las deudas e incluso con algún que otro embargo de por medio, se ha pasado a unos presupuestos -los de 2020- que, por segundo año consecutivo, dejan atrás los números rojos. Son cifras modestas, en esta ocasión, con un ebitda (cifras antes de amortizaciones e intereses) de 578.490 euros, y con un resultado de negocio de 4.690 euros. Así se aprobó en el patronato que celebró ayer la institución ferial. Una hoja de ruta económica que llega dos años después de que la Generalitat pusiera en marcha la maquinaria para salir al rescate de IFA y, de este modo, dejar el contador de la deuda a cero. En este sentido, el presupuesto es bastante continuista, incluso conservador, respecto al que se aprobó para el ejercicio en curso. Las variaciones son mínimas: para 2019 se preveía un resultado de negocio de 11.000 euros y un ebitda de 541.000 euros. Tanto desde la Conselleria de Economía como desde la cúpula de la institución se amparaban en que, al final, de lo que se ha tratado es de ser realista. Por la actividad ferial, el recinto ha presupuestado 1,6 millones de ingresos, mientras que para la actividad no ferial se han previsto algo más de 360.000 euros. Mientras, los gastos de estructura se sitúan en 1,6 millones, por citar algunas partidas.

En cualquier caso, las cuentas del próximo año se aprobaron en el marco de una reunión en la que tanto el conseller de Economía, Rafa Climent, como presidente del Patronato IFA, y el presidente ejecutivo de la institución, José Luis Gisbert, pusieron el acento en que se trata de unos presupuestos que «presentan un resultado equilibrado», y apuntaron a que 2020 debe ser el año de consolidación de la feria, una vez que ya se han dejado atrás las convulsiones que marcaron la última etapa. «Actualmente, la actividad de la institución es sostenible, pero aún muy ajustada. Cualquier imprevisto arrojado desde tiempos pasados, todavía los hay, nos puede hacer perder esta tan ansiada proporcionalidad entre gastos e ingresos», defendió Gisbert. «Se ha conseguido darle la vuelta como si fuera un calcetín a la situación de la feria, con unos presupuestos muy reales e incluso con beneficios, y ahora lo importante es seguir invirtiendo», señaló el conseller. Al respecto, si este año Economía ha inyectado en torno a medio millón de euros en el recinto, para crear 500 nuevas plazas de aparcamiento más y para mejorar el sistema de climatización o de electricidad, en 2020 se ha previsto una dotación de un millón de euros, para continuar con las obras de reforma.

Por otra parte, se ratificó el nombramiento de Francisco Candela como tesorero, sustituyendo así a Jesús Vicente, de Gesem, que salió de la institución tras el verano. De hecho, inicialmente el tesorero accidental era Antonio Martínez, gerente de Pimesa, pero su renuncia hace unas semanas a seguir en el comité hizo que, al final, no llegara a ejercer el cargo. A priori, Candela desempañará esa función hasta que en mayo o junio se renueven los órganos directivos de la feria. Además, el puesto de Jesús Vicente será cubierto por otra ilicitana, Ana Maruenda, de Grupo Alcudia, que también está en la patronal de Elche Cedelco. Economía da entrada así a una mujer por su cuota tras el reproche de la Cámara por la falta de paridad en sus nombramientos. Falta por ver a quién nombra el Ayuntamiento de Elche en sustitución de Antonio Martínez, a quien tanto Climent como Gisbert le agradecieron ayer el trabajo que ha desarrollado en IFA en los últimos tres años y medio. «Su profesionalidad en todas sus actuaciones ha sido impecable», defendió el presidente de la feria. «Ha hecho un gran trabajo en un momento muy complicado», alegó Rafa Climent.