Ni los diez años de crisis ni la apuesta de las administraciones por la economía digital y el cambio de modelo productivo. Nada ha conseguido romper con la fuerte estacionalidad que presenta el mercado laboral y que provoca que cada mes de noviembre, con la llegada del mal tiempo, cierren los últimos establecimientos de temporada en la costa, y la mayoría de bares y restaurantes ajusten sus plantillas de cara al invierno, lo que lleva a una inevitable subida del paro.

Así, ni siquiera el éxito arrollador de fenómenos como el del Black Friday, que en los últimos años ha adelantado parte de las contrataciones que el comercio realiza para la campaña navideña, pudieron evitar que el pasado mes acabara en Alicante con 1.678 desempleados más, en lo que supone el cuarto incremento consecutivo de este indicador, con lo que la cifra total de parados de la provincia asciende ya a 148.954. Una situación en línea con lo ocurrido en el conjunto del país -donde la cifra de desocupados aumentó en 20.525, hasta situarse en los 3.198.184- pero que contrasta con la evolución del resto de la Comunidad, que en su conjunto, vio descender el desempleo en 3.807 personas, por los buenos datos de Castellón y, sobre todo, de la provincia de Valencia.

Como era de prever, fueron los servicios los que acumularon la mayor subida del paro (+2.501 desocupados), acompañados de la agricultura (+119), mientras que bajaron las cifras de inscritos como demandantes de empleo en la industria (-593), la construcción (-323) y el colectivo de los que buscan su primer trabajo (-26).

En consonancia con lo anterior, los datos de afiliación a la Seguridad Social, con la pérdida de 711 cotizantes, hasta dejar el total en 667.069. En este caso, el análisis por actividades permite hacerse una idea aún más clara de lo ocurrido y de la dependencia que la economía provincial aún mantiene del sector turístico. Y es que sólo durante el pasado mes la hostelería destruyó más de 5.000 empleos en la zona -casi tantos como en el mes de septiembre, tras el fin de la temporada alta-, una cifra que fue imposible de compensar ni con el tradicional tirón de la industria en estas fechas, que generó 1.752 nuevos puestos de trabajo; ni con el millar de contrataciones del sector educativo; ni tampoco con las cerca de 800 personas en que aumentaron las plantillas de los comercios de la zona, con el citado adelanto de las contrataciones navideñas para atender la demanda del Black Friday.

Ralentización económica

Así, habrá que esperar a que la campaña avance más y a que los restaurantes refuercen su personal de cara a las fiestas para que las cifras del paro vuelvan a caer, y se inicie de nuevo el ciclo de subidas y bajadas que caracteriza el mercado laboral alicantino. La buena noticia es que tanto la subida del paro como la caída de la afiliación de este noviembre fueron inferiores a los registrados en años anteriores, al contrario de lo ocurrido a nivel nacional. Sin embargo, la mala noticia es que la evolución interanual de estos indicadores reflejan claramente la ralentización que vive la economía. Así, en los últimos doce meses el número de inscritos en las oficinas de Labora -el antiguo Servef- apenas se ha reducido en 3.454 personas en la provincia, frente a las casi 8.000 del año precedente o el descenso interanual de 11.366 personas que había en noviembre de 2017. Igualmente, con respecto a hace un año la Seguridad Social sólo ha sumado 16.915 nuevos cotizantes, frente a los 21.000 que ganó en los 12 meses anteriores o los 24.000 del periodo precedente.

Ante este panorama, patronal y sindicatos coincidieron ayer en la necesidad de tomar medidas para desestacionalizar la economía alicantina. Así, el presidente de CEV Alicante, Perfecto Palacio, reclamó «un mayor estímulo a la inversión y políticas que hagan que nuestras empresas sean más competitivas». Por su parte, desde CC OO, José María Ruiz Olmos, señaló que «la situación está cambiando y requiere un nuevo marco legal», por lo que abogó por derogar la reforma laboral que, a su juicio está en el origen de la extrema precariedad del empleo actual. Una afirmación que también compartió Yaissel Sánchez, de UGT, recordó que una buena parte de la actividad depende del consumo interno y, por tanto, de los salarios y la estabilidad que logren los trabajadores.

Los peores datos desde el inicio de la recuperación

En el conjunto de España, el mes de septiembre se saldó con una subida del paro de 20.525 personas y una caída de la afiliación a la Seguridad Social de 53.515 personas, lo que supone el peor dato para este mes desde el inicio de la recuperación, en 2013. Por autonomías, el paro sólo bajo en noviembre en Madrid, País Vasco, Aragón, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana y subió en el resto de regiones.