España sigue registrando algunas de las peores cifras de siniestralidad laboral de la Unión Europea. En concreto, de los accidentes que implicaron baja, se produjeron 2629 graves y 327 mortales en 2018. Solo en España, durante el primer trimestre de 2019, se produjeron más de 420.000 accidentes laborales, según datos recogidos por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Por ello se recuerda la obligación por parte del empresario de proporcionar a los trabajadores los equipos de protección adecuados para el desempeño de sus funciones, de acuerdo a la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales.

Sin embargo, en 2018 se llevaron a cabo algunos avances para reforzar la legislación vigente, siendo uno de los más relevantes la aplicación del nuevo Reglamento Europeo 2016/425.

Desde ASEPAL señalan la importancia de iniciar un cambio de mentalidad de las instituciones, del empresario y del trabajador con respecto al nivel de exigencia en prevención y seguridad laboral. Cabe destacar que los EPI (equipos de protección individual) deben ser adecuados para las circunstancias del lugar y el trabajador, adaptables a las condiciones anatómicas, fisiológicas y de salud del profesional, y que cuenten con parámetros mínimos en cuanto a peso y volumen.

Protección laboral, salario emocional y responsabilidad social empresarial

Desde principio del siglo XX las empresas emprendieron el camino de la búsqueda de la productividad de sus equipos humanos. Al principio eran incentivos económicos por objetivos los que mejoraban la productividad y rentabilidad de las empresas, pero con el paso del tiempo se vislumbraba que el principal motor de crecimiento era la motivación y el compromiso.

Hace años que conceptos como salario emocional y responsabilidad social de las empresas entroncan en un mismo objetivo: la misión de las empresas a largo plazo.

A esos conceptos queremos añadir hoy el de la protección y seguridad laboral como factor distintivo y diferenciador que, aunque responde a exigencias del entorno normativo laboral, su cumplimiento estricto puede suponer un elemento diferenciador como el salario emocional percibido por los trabajadores, y un pilar básico de la responsabilidad social de una empresa determinada.

En Ferri Villena creen en todo esto y ofrecen soluciones técnicas en vestuario, calzado y equipos de protección laboral.

La cercanía y la implicación con el cliente, la prioridad para Gabinete SME

El equipo que forma Gabinete SME.

Gabinete SME cree firmemente que la Prevención de Riesgos Laborales va más allá del simple cumplimiento de la legislación vigente. Es por ello que ofrece un amplio abanico de servicios integrales y apuesta por un concepto amplio de la salud y la seguridad laboral, integrando el concepto de Wellbeing entre los profesionales de la empresa.

Cabe destacar que el gabinete ofrece servicios de Prevención de Riesgos Laborales con clínica propia para los reconocimientos médicos. Además, sus expertos cubren todo lo que exige la ley y realizan todos los cursos de Prevención de Riesgos homologados para estar actualizados con las novedades en el sector y ofrecer así un mejor servicio a sus clientes.

Gabinete SME cuenta con la confianza de más de 9.000 clientes a lo largo de toda la geografía española, todos ellos con un perfil muy diverso en cuanto a dimensión y sectores de actividad empresarial se refiere: desde grandes grupos empresariales y multinacionales hasta pequeñas y medianas empresas y profesionales independientes.

El valor fundamental de SME es la cercanía con el cliente y la implicación en las soluciones para su empresa, ofreciéndoles a ca da uno de ellos una respuesta rápida a todas sus solicitudes. Todo ello bajo una actuación totalmente personalizada, según las peticiones recibidas y las problemáticas que detecta el equipo de SME en sus evaluaciones de riesgos.

Disponen de oficinas en Alicante, Elda y Benidorm. Teléfono: 965130567 - 644179704. E-mail: fhurtado@gsmep.com

Ingenieros civiles 1959-2019: 60 años como técnicos en prevención

Eduardo Vílchez López, Decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas / Ingenieros Civiles de Alicante

La preocupación por las condiciones de trabajo en la construcción no es una cuestión reciente, de hecho, ya en la Biblia, en uno de los cinco libros del Pentateuco, aparece la primera norma sobre protección perimetral para evitar caídas de altura:

«Cuando edificares casa nueva, harás alrededor del terrado un pretil para que no cargue deuda de sangre sobre tu casa, si alguien cayese desde ella». (Deuteronomio 22,8)

Por su parte, también el imaginario español es muy rico en este sentido de divulgación pedagógica de la prevención: «Hombre prevenido vale por dos» o «Más vale prevenir que curar» son dos ejemplos de nuestro refranero, harto populares.

Desde 1959, año en que nuestros profesionales son liberados de la exclusividad de servicio como funcionarios del Ministerio de Fomento (situación que llevaba vigente desde el periodo isabelino en pleno siglo XIX), nuestros ingenieros civiles planifican y dirigen la prevención de riesgos laborales en todo tipo de obras: infraestructuras y edificios, públicos o privados, rehabilitaciones y reformas.

Además de estas referidas actividades, que son objeto del vigente Real Decreto 1627/97, la formación avanzada del ingeniero civil y técnico de obras públicas también le ha hecho protagonista de la prevención de riesgos en todo tipo de industrias y comercios, en general allá donde se desarrolla cualquier actividad de gestión y económica, pública o privada, intervención particularmente notoria desde la promulgación en 1986 de la Ley de Atribuciones Profesionales de los Ingenieros Técnicos y, más recientemente, por la protección y liberalización de la actividad profesional establecida por normas de inspiración europea como la Ley de Defensa de la Competencia y la Ley de Garantía de Unidad de Mercado.

Pero esto no es todo, pues las desgraciadas consecuencias de la DANA en el Levante Español y particularmente en nuestra Vega Baja del Segura, no solo están demostrando la idoneidad de los ingenieros civiles a la hora de la evaluación de daños o del proyecto y dirección de obras de emergencia, sino también su intervención en favor de ayuntamientos y mancomunidades para la actualización de sus distintos instrumentos de prevención, tales como los PAMRI (planes municipales antirriadas), PEP (planes de emergencia de presas), PERI (planes de riesgo de inundaciones conforme a las directrices de Protección Civil), y en general todo tipo de Planes de Autoprotección y Emergencias para espacios y edificios públicos y privados. De hecho son también innumerables las empresas y comercios que están recurriendo a los ingenieros civiles para su rehabilitación y para la mejora de sus sistemas de prevención.

Por último, y en sintonía con la brillante trayectoria iniciada en 1958 que está convirtiendo al Ingeniero Civil y Técnico de Obras Públicas en la indiscutible referencia de la ingeniería española del siglo XXI, reitero el ofrecimiento de nuestros colegiados técnicos de prevención tanto a empresas, administraciones, comunidades de propietarios, titulares de edificios e infraestructuras y administradores de fincas, como a cualquier particular que requiera de estos técnicos. Podrán sin duda comprobar su idóneo perfil y su polivalencia para el asesoramiento integral que les sea preciso en materia de gestión y vigilancia de la seguridad laboral, emergencias y autoprotección.