El director de estrategia de divisas para Europa de BBVA Global Strategies&Research, Roberto Cobo, estuvo en València para asesorar a clientes del banco de cómo protegerse de los riesgos provocados por la incertidumbre del escenario político y económico mundial y calibrar las oportunidades de negocio.

«Vientos de cara, incertidumbres e implicaciones para el mercado de FX» fue el título de la conferencia que ofreció a usuarios del BBVA que actúan en el mercado de divisas, con el objetivo de que protejan adecuadamente sus valores.

- ¿Cuál es la función de su departamento?

BBVA ha apostado fuerte por el departamento de «research», es decir aquel que proporciona información a los clientes para facilitar su toma de decisiones respecto a su exposición a los mercados financieros. Nosotros lo que hacemos es seguir el mercado, la evolución de los datos macro, del contexto político y de todas las variables que afectan a las divisas que cubrimos, principalmente G-10, Latinoamérica, China y Turquía.

- Para una economía eminentemente exportadora como es la valenciana, ¿cómo afectan cuestiones como la guerra comercial entre Estados Unidos y China?

Para cualquier economía exportadora, un contexto como el actual de incertidumbre comercial tiene dos tipos de efectos: uno derivado de las distorsiones en el corto plazo generadas por la mayor volatilidad de los mercados y, el segundo, por el efecto sobre la toma de decisiones empresariales, especialmente a la hora de invertir, ante un contexto menos previsible.

Una guerra comercial tiene impacto directo en el mercado de divisas, vía expectativas, confianza e incertidumbre. En el mercado de divisas el dólar, el yen y el franco suizo son las monedas refugio por excelencia. Es decir, cuando hay incertidumbre, miedo y aversión al riesgo, esas divisas se suelen apreciar. Un agravamiento de la guerra comercial generaría una mayor demanda de dichas divisas por el deterioro de las expectativas de crecimiento y el aumento de la aversión al riesgo.

- El Brexit es una amenaza para la economía valenciana porque casi 30.000 británicos residen en nuestro territorio, ¿pero la situación de la libra es más preocupante?

Yo soy optimista sobre el Brexit porque Europa parece querer entenderse con el Reino Unido y el parlamento británico parece querer entenderse con Europa. Si al final hay una salida ordenada, la amenaza sobre la economía valenciana se reduciría considerablemente. Además, favorecería una apreciación de la libra, con un efecto positivo en la capacidad de compra del inglés medio que visita España.

- En la actual coyuntura internacional, ¿qué consejo les daría a los empresarios valencianos?

El contexto al que nos enfrentamos es de incertidumbre, derivada también del contexto geopolítico. Tenemos una situación más favorable que este verano, pero las incertidumbres continúan como muestran las revisiones de las previsiones económicas mundiales y en España a la baja.

En este escenario la recomendación que haríamos a los clientes que tienen una exposición alta al mercado de divisas es que hagan coberturas ante posibles movimientos imprevistos. Ahora mismo tenemos volatilidades bajas en el tipo de cambio del euro-dólar y eso implica que tomar coberturas vía derivados es bastante barato.

En nuestra opinión es recomendable en un escenario tan incierto reducir el impacto de la volatilidad de las variables financieras sobre los resultados de las empresas. El ejemplo claro es la libra. El euro-libra este verano alcanzó niveles de 0,93 y ahora está en 0,86, un movimiento que puede tener un impacto terrible en una cuenta de resultados.

- ¿Estamos abocados a una recesión?

En BBVA no pensamos que estamos a las puertas de una crisis y mucho menos similar a la que sufrimos en 2008. Sí que es verdad que nos enfrentamos a un escenario de un crecimiento menor al de años anteriores y en el que Estados Unidos está mostrando de forma clara síntomas de ralentización. Además, los síntomas de debilidad en Europa se están agravando.

Alemania publicará probablemente la semana que viene los datos de crecimiento del tercer trimestre, los que confirmarán que está en una recesión técnica tras la contracción observada del PIB del segundo trimestre. No es un colapso, pero sí una recesión derivada de un ajuste estructural de sectores como el automovilístico y la incertidumbre global. En definitiva, nos enfrentamos a un escenario menos positivo, pero seguimos teniendo herramientas para hacerle frente.

Contamos con un contexto monetario más laxo por las actuaciones del Banco Central Europeo o la Reserva Federal, demostrando que están dispuestos a hacer lo necesario para evitar una crisis como la de 2008. Además, los niveles de endeudamiento en el sector privado en Europa son inferiores a los de entonces. Por todo ello, pensamos que la economía global se enfrenta a una desaceleración cíclica, pero no estamos previendo una recesión para los próximos dos años.

- ¿Qué fortaleza tiene el euro ante una situación como la que se prevé?

Este mes se produce el relevo en la presidencia del Banco Central Europeo. Mario Draghi ha sido un actor clave en la consolidación del euro como una divisa internacional después de la crisis soberana de los países periféricos en 2011 y 2012.

La Unión Europea ha dado pasos importantes como la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad, orientado a salvaguardar la estabilidad de la zona euro o la creación del Mecanismo Único de Supervisión, clave en el progreso hacia la unión bancaria. Claramente, el euro está mejor situado que en 2008 para enfrentarse a una crisis

- ¿Hacen falta reformas para enfrentarse a una crisis económica?

Se necesita seguir dando pasos en Europa para consolidar el euro como una de las principales divisas a nivel global. Hay temas importantes que figuran en la agenda europea en los próximos años, como la creación de un fondo de garantía de depósitos común en Europa o seguir avanzando en la armonización fiscal.