Entre inquietos y preocupados. Así andan en estos momentos en la Cámara de Comercio de Alicante. ¿La causa? La caída -bastante drástica, por otro lado- que ha registrado la institución cameral en las peticiones de certificados de origen, necesarios para exportar a muchos países, y, en paralelo, de solicitudes de legalización de documentos comerciales que, hasta ahora, cursaba el gigante Tempe, la empresa que comercializa y distribuye el calzado y los complementos que el grupo Inditex destina a marcas como Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka o Stradivarius. Una bajada en la que es una de las principales empresas exportadoras de la provincia, con las implicaciones económicas que eso puede acabar teniendo al cierre del año para la entidad que preside Juan Riera. La situación es tal que incluso ya se ha puesto sobre la mesa en alguna de las últimas reuniones que ha mantenido la cúpula directiva de la Cámara.
El certificado de origen es un documento que justifica y acredita el país de origen de cada partida de mercancías y que la autoridad aduanera de importación del país de destino suele exigir por una cuestión de política comercial. El coste de expedición de cada documento en cuestión, según consta en la propia web de la Cámara de Alicante, es de 42,50 euros. No obstante, junto al certificado de origen, las autoridades aduaneras en ocasiones también piden otros documentos comerciales legalizados, como, sin ir más lejos, facturas. Pues bien, parece ser que las peticiones de esos certificados por parte de la sociedad que comparten al 50% Vicente García y Amancio Ortega han caído en los primeros diez meses de este año en torno a un 60% entre unas cosas y otras, lo que, de momento, se podría traducir en una bajada de ingresos que podría rondar en estos momentos los 50.000 euros, según los cálculos que se manejan en determinados círculos de la institución. Todo a expensas de lo que ocurra en el último tramo de este ejercicio. Un «bocado» importante para la entidad, sobre todo si se tiene en cuenta que la Cámara tiene un presupuesto de 5,9 millones de euros, y que los ingresos y los gastos suelen estar bastante ajustados. Tanto es así que incluso este descenso, de mantenerse o incluso incrementarse al cierre del año, y siempre que no se compense por otras vías, podría tener un reflejo, para mal, en las cuentas anuales.
Evidentemente, teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra Tempe, en plena fase de expansión, y que en 2008 volvió a batir récord de ventas con más de 1.300 millones de euros y registró un beneficio neto de 113 millones de euros, un 39% más que un año antes, absolutamente nadie cree que eso responda a una caída tan drástica de las exportaciones. Nada más lejos de la realidad. Todas las miradas apuntan hacia la Cámara de A Coruña. Se da por hecho que es allí donde Tempe está pidiendo esas certificaciones. Más después de que se haya ido implantando el registro telemático -también en la Cámara de Alicante-y todo partiendo de la base de que, si bien es cierto que el domicilio comercial de Tempe está en Elche Parque Empresarial, la sede social está en Arteixo, donde Inditex tiene su cuartel general. Simple y llanamente, se ha cambiado la Cámara de Comercio de Alicante por la de A Coruña, comentan con pesadumbre en círculos empresariales.
