En pleno verano, cuando los negocios vinculados al turismo dinamizan el empleo, en Alicante aumentó el número de hogares con todos sus miembros en paro y también los que, con algún desempleado, sobreviven con la pensión del abuelo o de la abuela. Esta evolución al alza entre junio y septiembre se entiende como un efecto directo de la ralentización en la creación de empleo por los no menos advertidos síntomas de desaceleración que vienen reiterando los distintos servicios de estudios económicos.
En el tercer trimestre del año, sin embargo, mejoró el indicador de las viviendas sin perceptores de ingresos. Estas han pasado de las 36.800 del segundo trimestre a las 34.900 del siguiente. «Y es que empleo se ha creado en la campaña estival, pero menos que otros años. De ahí que las economías de algunas familias hayan mejorado en este tiempo, al margen de que, también, en muchas casas hay desempleados que cobran algún tipo de prestación», argumentaba la secretaria territorial de UGT en l’Alacantí-La Marina, Yaissel Sánchez.
Para los expertos, esta reducción es lógica en un periodo de dinamismo de la actividad y la contratación en los sectores turísticos y en algunas zonas de la provincia. Es una variación que se produce conforme la economía genera empleo, aunque sea transitoria y temporal. No obstante, puede fluctuar», advertía Alfredo Masó, profesor de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Alicante (UA). Aun así, la mejoría trimestral en los hogares en los que no entran ingresos no ha podido compensar el efecto del menor ritmo de creación de trabajo, ya que al cierre de septiembre había 40.200 hogares alicantinos en los que todos sus miembros estaban desocupados.
La cifra es similar a la del año anterior, pero significa un destacado aumento con respecto al segundo trimestre, ya que ahora hay 6.500 familias más que se encuentran en esta situación. Y en paralelo, el número de casas donde algunos de los miembros de la familia están sin trabajo y que salen adelante con los únicos recursos que suponen la pensión del abuelo o de la abuela ha aumentado en 3.500 con relación al segundo trimestre. Ahora hay 12.600, que, además, representan 2.400 más que un año antes.
Situación heredada de la crisis
Estas circunstancias las vienen sufriendo muchas familias alicantinas desde los duros años de la crisis y han registrado variaciones a la baja, especialmente en los momentos en que se iniciaba la recuperación económica. «Pero, incluso, aunque se alivie la situación, lo que nos indican estos datos sobre hogares sin ingresos o con parados es que la precariedad laboral y el riesgo de pobreza sigue haciendo mella en las familias, tras la crisis. El Instituto Nacional de Estadística (INE) debería de incluir en los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) otro indicador nuevo con el título: Viviendas con ingresos insuficientes, lo que completaría la radiografía del empleo y de la situación real de las familias de nuestra provincia», apuntaba José María Ruiz Olmos, responsable de Empleo de CC OO en l’Alacantí-Les Marines. Por su parte, el profesor Masó apostillaba que en estos indicadores se debería desglosar el tipo de población, distribuir por géneros y nacionalidades «para aplicar las medidas o políticas más adecuadas», señalaba el experto.
Además, Masó advertía de que en los balances estadísticos sobre desempleo «va a haber una variación cada vez más pequeña del desempleo». Fundamentalmente, porque ha crecido la población activa en la provincia y el margen para reducir el paro es menor. En el tercer trimestre, la tasa de desempleo de Alicante bajó al 13,57%. «Es por primera vez más baja que la media en España», que se situó en el 13,92%, subrayaba Masó. Ahora, pese a que este dato es significativo para Alicante, «hay que tener en cuenta que conforme nos acerquemos a tasas anteriores a la crisis, que estaban en el 7,5% o el 8,5%, la variación será más pequeña. El mercado está más tenso», añadía Alfredo Masó.
No obstante, los sindicatos y el propio analista de la UA manifiestan una preocupación por los resultados del cuarto trimestre del año. Las señales de los mercados no parecen muy favorables. «Alemania puede entrar en recesión técnica, Italia y Francia crecen a un ritmo bajo y para España los servicios de estudios económicos han rebajado sus previsiones de crecimiento. Y eso no es un contexto positivo», explicaba Alfredo Masó.
Preocupación por la evolución
Los sindicatos también se muestran preocupados porque unos tambores de desaceleración tocando cada vez más fuerte y una situación de ralentización en la creación de empleo no benefician al mercado laboral, teniendo en cuenta, además, de que la provincia aún tiene una bolsa de parados de larga duración que conforman más de 54.800 personas. Unas 18.300 que llevan entre uno y dos años buscando un trabajo y 36.500 que ya superan los 24 meses. «Eso da una idea de que una parte del paro se ha cronificado desde la crisis, sobre todo para los más mayores, que desde que perdieron el empleo no han encontrado una oportunidad de trabajo. Y cuando esa situación se prolonga en el tiempo, cada vez es más difícil su reincorporación al mundo laboral», lamentaba Yaissel Sánchez.
Previsiones de que la contratación suba un 7% por Navidad
En las cercanías de que comience la contratación temporal para la próxima campaña navideña, las empresas van a demandar este año perfiles de candidatos con mayores competencias digitales debido, fundamentalmente, al auge de las plataformas tecnológicas y al comercio online, según subraya la empresa de recursos humanos Randstad. Las previsiones de la compañía para la provincia calculan que en esta campaña de Navidad se crearán 16.350 empleos. Una cifra que supone un incremento del 7,4% con relación al año anterior. Como en otras ocasiones, el mayor dinamismo en la contratación se sustentará en los sectores del transporte y la logística, así como la hostelería y el turismo.
