El director financiero de Bankia, Leopoldo Alvear, aseguró ayer que la entidad cuenta actualmente con «algunas» carteras de activos improductivos (NPAs) en fase de comercialización que espera ejecutar en el cuarto trimestre y bajar así el volumen de tóxicos en unos 600 millones de euros. Así lo indicó a preguntas de los analistas, tras la presentación de los resultados correspondientes a los nueve primeros meses del año, periodo en el que el banco obtuvo un beneficio neto atribuido de 575 millones de euros, un 22,26% inferior al mismo periodo de un año antes.

La caída de las ganancias ha venido derivada, en parte, de un repunte de las provisiones asociadas a la aceleración del ritmo en la reducción de activos dudosos. La dotación a provisiones y otros resultados totalizaron un gasto de 384 millones de euros acumulado hasta septiembre (+14,5%), asociado al coste de las ventas de carteras de crédito y al deterioro de activos no financieros.

Por otro lado, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, se mostró convencido de que la entidad generará los 2.500 millones de euros comprometidos para repartir entre sus accionistas. A cierre del trimestre, ha acumulado 1.280 millones de euros, el 51,2% del objetivo.

Sevilla negó que la entidad vaya a cobrar a los clientes particulares por los depósitos, si bien confirmó que a las empresas sí que se les está repercutiendo, sea cual sea su tamaño. «Nuestra intención es no repercutir el tipo de depósito a los particulares», subrayó el consejero delegado de Bankia, al tiempo que defendió la continuidad de su política de trasladar estos costes financieros a las personas jurídicas. Según explicó, Bankia comenzó cobrando por los depósitos a las grandes empresas de tipo multinacional o a las vinculadas al mundo financiero, como las gestoras de activos o aseguradoras. No obstante, a medida que el escenario de tipos negativos ha continuado acelerándose y las perspectivas de su mantenimiento en el tiempo se han prolongado, la entidad «ha ido bajando al ámbito de las empresas en sentido amplio». Preguntado por si algún competidor moverá ficha en este sentido, Sevilla dijo que no sabe qué hará el resto del sector, pero insistió en que «lo razonable es que con estos niveles no se repercuta a clientes particulares».

Sin fusiones

Por otra parte, José Sevilla indicó que las especulaciones sobre una posible fusión entre la entidad parcialmente nacionalizada y Banco Sabadell o ING, o cualquier otro emparejamiento (BBVA, Caixabank) «no está ni encima ni debajo de la mesa». El directivo relató que a lo largo del año se han escuchado posibles emparejamientos que lo único que demuestran es que «hay interés de consolidación».