El Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de la Provincia de Alicante celebró ayer su 50 aniversario en una gala en la que reunió en las instalaciones de IFA a más de 500 colegiados y donde se reivindicó la profesión, reclamando más atenciones y apoyo a las administraciones por la función ciudadana y como garante del patrimonio inmobiliario de las ciudades de la provincia de Alicante y defensores de la calidad de la edificación.

Durante la gala, en la que estuvo presente el alcalde de Elche, Carlos González; los diputados provinciales Juan Francisco Pérez, Francisco Javier Sendra y Javier Gutiérrez; el director general de calidad, rehabilitación y eficiencia energética, Jaume Monfort; y los concejales de urbanismo de Elche y Alicante, Ana Arabid y Adrián Santos Pérez; el presidente del Colegio, Martín Pomares, reclamó "que las administraciones reconozcan la labor tan importante que hacemos por nuestra sociedad", y defendió la labor de los profesionales porque "estamos al servicio del ciudadano para ayudarle, informarle, valorar el estado de los edificios, realizar obras y reformas, velar por el mantenimiento y la calidad de lo edificado y la gestión de trámites administrativos".

Además, Pomares reivindicó la labor que los profesionales realizan a favor del patrimonio y el sostenimiento de las ciudades y pueblos de la provincia de Alicante. "Velamos por el parque inmobiliario de la provincia, pues es imprescindible para el desarrollo de las ciudades. No hacerlo puede suponer el abandono y degradación de ciertos barrios. Trabajamos por mantener nuestras ciudades, nuestra provincia", añadió.

Durante la gala, se entregó la Insignia de Plata a los colegiados con más de 25 años de profesión, y la Insignia de Oro a aquellos colegiados con más de 65 años. A través de varios vídeos se mostró la historia del Colegio, que comenzó en 1969 y que a lo largo de sus cinco décadas de vida ha contado con el ejercicio de nueve presidentes y se puso en valor la importancia de la profesión y la colegiación.

El presidente actual, relató los importantes cambios que ha sufrido la profesión, y la multiplicación de servicios que ofrece el Colegio. Pomares destacó, entre otros hitos históricos en la vida del Colegio, la entrada de la mujer que en estos momentos ocupa un número importante en las escuelas universitarias y entre los profesionales.

Además, recordó la creación de la mutua Musaat, la puesta en marcha del Laboratorio de ensayos para garantizar la calidad de las obras y por tanto para la sociedad; o la Correduría de Seguros COATEC para ofrecer mejores seguros y más competitivos tanto para el colectivo como para sus clientes.

25 años después, gracias por existir

Fernando Ónega, periodista

Esta es una carta a los aparejadores de Alicante. Una carta para felicitaros por el 50 aniversario de vuestro Colegio profesional. La última vez que escribí al aparejador ha sido hace 25 años, que es el tiempo que se atribuye a una generación. Durante ese cuarto de siglo ha pasado de todo en nuestro país: se celebraron infinidad de elecciones, hubo conflictos que no es preciso recordar, alegrías deportivas, celebraciones culturales, nuevas leyes, fenómenos sociales crecientes como el protagonismo de la mujer, previsiones alarmantes como el cambio climático, una crisis económica que cambió nuestra vida y nuestra confianza en el futuro€

Esa crisis de que hablo os afectó gravemente. El frenazo de la construcción, aquella maldita burbuja, hizo que en muchos de vuestros despachos se oyese la palabra "paro". Conozco casos de aparejadores y arquitectos que pasaron del bienestar a la escasez en cuestión de semanas. Ahora, al acercarme nuevamente a vosotros, tendría que empezar por preguntaros si habéis notado la recuperación o qué sentís cuando se publica que se ha vuelto a frenar la venta de viviendas o cuando la palabra más publicada es "desaceleración". Me asomo a la ciudad donde vivo, que es Madrid, veo grúas y pienso que la vida ha vuelto a los estudios donde trabaja el aparejador.

Felicidades, Colegio de Alicante. Vuestra historia, medio siglo, es la historia de la nueva España de las libertades. Si como nación podemos sentir el orgullo de situarnos entre las mejores democracias del mundo, tú, Colegio, puedes sentir el orgullo de haber defendido los derechos y los intereses de tus profesionales. ¿Y sabéis lo que más me maravilla? Que has incorporado a tu nombre los nuevos conceptos de Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación, pero sigues poniendo por delante de ellos el nombre casi sagrado de Aparejadores. Es que el Aparejador sigue existiendo, por mucho que cambien los títulos académicos. Es que la denominación de Aparejador forma parte de nuestra cultura. Es que tendrá que pasar mucho tiempo, quizá varias generaciones, para que desaparezca del uso ordinario en las conversaciones. Si yo miro el cartel anunciador de una obra y no veo que hay un Aparejador, pensaré que es una obra ilegal€

En estas líneas apresuradas que os envío en vuestro 50 aniversario quiero deciros que mantengo intactos el afecto, la reverencia y la admiración que hace 25 años os confesé públicamente. He repasado vuestras competencias y es difícil encontrar una profesión que tenga más, porque van desde la redacción de proyectos a las tasaciones. En vuestro oficio se cuidan especialmente conceptos como planificación, dirección, organización, contratación, control, servicios, medioambiente, gestión económica, mantenimiento, energía, calidad, seguridad, salud€ No, no puede haber una profesión que abarque tantas competencias. Lo diré de otra forma: que tenga más responsabilidades, con los debidos respetos al arquitecto. Y lo que es más importante: en un ámbito que nos afecta a todos directamente y en nuestra vida, porque no hay nada más sensible para el ser humano que la casa donde vive, el lugar donde trabaja o la instalación donde encuentra el ocio.

Felicidades, Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Construcción de Alicante. Si las cosas se midieran solamente por el tiempo de vida, creo que cuando se alcanza el medio siglo se adquiere la categoría de institución. En vuestro caso, sois institución por albergar en vuestro seno lo mejor y lo más útil de nuestra sociedad: la profesión que existe para que la edificación sea una actividad económica, pero también artística; la que usa sus conocimientos para mejorar nuestra calidad de vida, y la que, quizá por encima de todo, nos garantiza la seguridad. Ante todo ello, me hubiera pasado esos 50 años diciendo: gracias por existir.