Vicente Lladró Dolz (Almàssera, 1932), el último de los cofundadores en vida de la conocida empresa de cerámica decorativa, falleció ayer en València. Casado con Amparo Roig y padre de tres hijos (Juan Vicente, Inmaculada y David), el menor de esta saga familiar participó en ese lejano 1953 en la puesta en marcha del pequeño taller local en su municipio natal de l'Horta Nord que dio origen a la Ciudad de la Cerámica de Tavernes Blanques junto a sus hermanos Juan, que murió en diciembre de 2017, a los 91 años, y José, fallecido también el pasado mes de junio y cuando tenía esa misma edad.

De trabajar en el campo y en una fábrica de ladrillos a la Escuela de Artes y Oficios de San Carlos en València. Así comenzó Vicente Lladró Dolz su trayectoria profesional. Juan y José estudiaron dibujo, pintura y composición decorativa, mientras que Vicente se dedicó a la escultura. Sus biógrafos cuentan que «la mano más artística y precoz fue la de Vicente, el pequeño».

A principios de los sesenta sus conocimientos fueron claves para crear el taller de aprendizaje junto a su primera fábrica y transmitir sus conocimientos sobre la elaboración de figuras de porcelana. Con más de cuarenta años apostó también por la formación económica a través del programa de Alta Dirección del IESE para centrarse en la gestión y la expansión de la compañía en España y en exterior, sobre todo en Estados Unidos.

Expansión internacional

Alejado de focos mediáticos y cargos institucionales en organismos empresariales de la Comunidad Valenciana, Vicente Lladró Dolz optó por entregarse de lleno al día a día del aquel imperio de la porcelana decorativa. En la década de los ochenta colaboró en el desarrollo internacional en Asia, con filiales en Japón y China, un proceso que continuó de manera constante en mercados emergentes como Rusia, Europa del Este o India. Pero llegó la deceleración tras el desplome de ventas en Estados Unidos, su principal mercado. En 2003 la familia decidió romper la sociedad, que se repartía entre los tres hermanos al 33%, de modo que Juan y sus cuatro hijas pasaron a controlar el 70%, y el 30% restante, a partes iguales entre los otros dos hermanos, José (y dos hijas) y Vicente (y sus tres hijos). El recién fallecido también se apartó de la gestión de Lladró para que tomaran las riendas de la compañía sus hijos Juan Vicente y luego, David. Pero las disputas familiares y la marcha de la mercantil truncó pronto el control de sus vástagos y la hija de Juan, Rosa, fue la encargada de gobernar una nave que ya navegaba a la deriva hasta su venta.

La mercantil acabó en manos del fondo de inversión PHI Industrial a finales de 2017 tras su graves pérdidas y hundimiento de las ventas. Vicente Lladró Dolz se resistió hasta última hora a esa venta. No quería que la familia perdiera la propiedad. Pero ya era tarde.

Hoy sábado, de 11 a 18 horas, el féretro con los restos mortales de Vicente Lladró estará en el tanatorio municipal de València, donde se celebrará una misa esta tarde, a las 17 horas. La familia del empresario tiene previsto organizar mañana domingo, en la intimidad, el entierro del cofundador de la firma de cerámica decorativa. Será en el cementerio de Almàssera.