El textil, la cerámica y otras industrias de la provincia y de la Comunidad viven tiempos revueltos por los elevados costes energéticos que soportan y, sobre todo, en los últimos días por las declaraciones del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien recientemente calificó como una «barbaridad» la revisión a la baja de los precios del gas, como ha propuesto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que esta inmersa la reforma del sector gasista.
Las asociaciones industriales llevan tiempo poniendo de manifiesto el lastre que suponen para su competitividad los costes energéticos, en este caso del gas. Con más énfasis lo están haciendo en los últimos días, detallando con cifras su desventaja con respecto a sus competidores europeos en su acción exportadora. «En Alemania, los precios son seis veces inferiores a los que pagamos la industria española», según subrayaba ayer Càndid Penalba, presidente del Consejo Intertextil Español, que tiene su sede en la Comunidad.
El lastre al desarrollo que suponen las actuales tarifas son, para Penalba, argumentos suficientes para que el presidente de la CEOE «tenga claro» cuál es el impacto en el sector industrial, por lo que no entiende las recientes palabras de Garamendi criticando la revisión a la baja de los costes del gas que ha propuesto la CNMC y que pide la industria. Este organismo, que tiene ahora las competencias en materia de energía, emitió este verano una circular donde planteaba un recorte a la retribución que reciben las empresas de distribución energética, especialmente de gas.
Ante el malestar manifestado por los representantes de la cerámica y del textil, el presidente de la patronal autonómica CEV, Salvador Navarro, ha movido ficha y ha propiciado una reunión para el próximo 8 de octubre entre estos sectores y el líder de la CEOE con el fin de trasladarle su preocupación y explicarle el impacto que supondría en las empresas encarecer más la factura energética.
Lastre a la competitividad
Desde el Consejo Intertextil, Penalba también incidía en que elevar las tarifas agravaría la situación de un sector consumidor intensivo de gas en varios de sus procesos, netamente exportador y que está remontando la crisis, «época en la que se han perdido muchas empresas en toda España». Desde el calzado y el metal provincial, aunque son industrias con un menor consumo de gas en la fabricación, también piden reducir los costes energéticos para «que la industria española compita en igualdad de condiciones frente a los países europeos», señalaba Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal). Además de que estas tarifas «ya suponen una parte importante de la factura energética de las empresas», advertía Luis Rodríguez, secretario general de Fempa, patronal provincial del metal, sector al que afectan más los costes de la electricidad en sus procesos productivos, según admitía.
